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DIARIO DE CAMPAÑA
El que a buen Juanma Moreno se arrima, buena sombra le cobija

Juan Manuel Moreno y José Luis Sanz, de charla en el banco de campaña en el Altozano.

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Es como el Viajando con chester de Risto Mejide, pero pasado por el tamiz de la micropolítica. El candidato del PP en Sevilla, José Luis Sanz, va por los barrios con un banco a cuestas (es un decir) que instala en una plaza y por el que van desfilando vecinos, que se sientan a su lado para normalmente decir que la cosa está muy mal por allí y proclamar que cuentan los días para verle como alcalde. Este martes el banco (que lleva rotulado Un proyecto llamado Sevilla, uno de los lemas de campaña de Sanz) se ha plantado en la puerta de Triana, en pleno Altozano, y ha contado con un invitado muy especial: ni más ni menos que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno.

El encuentro electoral se ha celebrado al pie del puente de Triana y a la sombra de un enorme y esplendoroso ficus, a un tiro de piedra del que hace unos meses estuvo a punto de talarse con gran revuelo en la vecina San Jacinto. Ha sido la tercera vez que Moreno y Sanz han confluido en una semana, después de un paseo por el centro y el acto de apertura de campaña del pasado jueves, un despliegue con el que ha acallado el runrún de que el jefe del Ejecutivo no estaba muy por la labor de implicarse en exceso con su aspirante en la capital hispalense, designado por la anterior dirección provincial entonces alineada con Pablo Casado en Génova y enfrentada al PP andaluz. “José Luis es una apuesta firme que estoy defendiendo con vehemencia”, ha subrayado Moreno, que ha defendido las propuestas de Sanz para diseñar la Sevilla de dentro de una década, “un proyecto en el que creo”.

“Hoy ha aparecido por aquí alguien que no es vecino de Triana, pero sí de Sevilla”, ha introducido el candidato a Moreno, recién aterrizado tras el Consejo de Gobierno celebrado en San Telmo. Antes, algunos vecinos han hecho de teloneros sentándose en el banco para criticar la suciedad y la falta de aparcamientos en Triana, lo que le ha servido a Sanz para denunciar que es que no hay manera, que a las ocho de la tarde ya hay en toda Sevilla una fila de coches en doble fila que no se mueve hasta las siete de la mañana. En un encomiable esfuerzo por refrendar las palabras con hechos, su furgoneta electoral estaba estacionada en doble fila en pleno Altozano.

Arrimados a Moreno

“Gracias, José Luis, por sentarme en este banco”, ha saludado Moreno a Sanz, que se ha dirigido a él con un más formal “querido presidente”. Moreno no sólo ha refrendado a su aspirante, sino que ha vuelto a demostrar que es el principal activo del PP en todas las plazas, de ahí que su gente se le arrime para que le dé buena sombra. “Yo soy el candidato de Juan Manuel Moreno”, se ha llegado a presentar Sanz a los vecinos antes de que irrumpiera el presidente, cuya aparición ha generado en la concurrencia una expectación similar a la que despiertan los ciriales que anteceden al palio de la Macarena y que anuncian su llegada tras un buen rato de espera.

“Ya está ahí Juanma”, ha corrido la voz entre el centenar de vecinos y simpatizantes, con mención especial para un grupo de señoras de Madrid que se han declarado rendidas admiradoras de él y de Isabel Díaz Ayuso. “Qué joven parece”, han comentado las madrileñas ante un Moreno que no ha necesitado mayor presentación. Distinto ha sido el tercio de Sanz, al que una vecina de la cercana calle San Vicente de Paúl le ha soltado directamente un “yo a usted no le conozco” adobado con que “nunca había visto su cara”, animándole a dejarse ver más por el barrio porque “le veo bonachón como a Moreno Bonilla”. “Pero si estoy todo el día en la calle”, ha replicado el candidato popular, que inició la carrera electoral hace más de 20 meses.

Además de apoyar a Sanz, hacerse fotos y repartir besos y estrechones de mano, Moreno ha vuelto a incidir en un mensaje que no es la primera vez que suelta: a Sevilla le va a ir mejor con un alcalde del PP si tenemos en cuenta que el presidente de la Junta también es del PP. Si hemos apoyado a Sevilla con un alcalde socialista, ha venido a decir el presidente, ¿no lo vamos a hacer con José Luis? “Hay sintonía personal y política”, ha subrayado, así que la “complicidad” va a ser mayor porque “coincido en el modelo de ciudad, de sociedad y remamos en la misma dirección”.

El serio de José Luis

“José Luis va a despertar a Sevilla”, ha proclamado, porque la ciudad ahora “está muy sucia” y eso hay que arreglarlo “por salubridad e imagen”. De paso, ha lamentado que Zaragoza ha superado a la capital hispalense como cuarta ciudad de España, algo que como presidente andaluz no le hace especial gracia. “A mí no me gusta”, aunque ha justificado que claro, que “allí se han puesto las pilas” y así han adelantado a una Sevilla “en la que las cosas no van bien y que ha entrado en letargo”.

Moreno ha entrado incluso en uno de los sambenitos que arrastra el candidato popular, su extrema seriedad. “A mí es que me dicen que José Luis es muy serio”, a lo que el presidente andaluz pregunta a su interlocutor si es que “se lo va a llevar a casa para que le cuente chistes”. Cuando el interpelado responde que claro que no, que lo que quiere es alguien que gestione bien la ciudad, pues blanco y en botella para Moreno: “José Luis es un gestor y de los buenos”, y su seriedad es porque “se toma en serio su trabajo y los problemas de los ciudadanos”. “Va a ser el mejor embajador de los sevillanos”, ha augurado, aunque entre la montaña de alabanzas ha colado que “desde muy joven su ilusión es ser alcalde de Sevilla”, que es de imaginar que no hará especial gracia en Tomares, donde fue regidor entre 2007 y 2021.

Tras los últimos achuchones de rigor –“querido José Luis, lo vas a conseguir”–, ha acabado un acto tras el que el presidente andaluz ha sido el más requerido para intercambiar saludos y hacerse fotos. Abandonando la protectora sombra del ficus, Sanz ha caminado luego junto a la protectora sombra de Moreno adentrándose en Triana para tomarse algo en un bar, quizás en homenaje al paseo por el centro con el que (cerveza incluida) avaló su candidatura tras meses de tiranteces con la dirección nacional del PP entonces presidida por un hoy olvidado Pablo Casado. Por cierto, que mientras se procedía con el ágape, la furgoneta electoral de Sanz por fin había conseguido aparcar... en una zona prohibida porque está reservada de 8 a 18 horas para carga y descarga.

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