La “excelencia” de la robótica europea se reúne por primera vez en Sevilla para elevar su potencial “a nuevos niveles”

Coordinadores de la red europea de excelencia centrada en robótica, junto a algunos de los humanoides que se han congregado en el primer evento celebrado en Sevilla

Sara Rojas

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La red europea de excelencia que surge del proyecto euROBIN ha escogido la ciudad de Sevilla como sede para celebrar su primer evento internacional, centrado en robótica e inteligencia artificial (IA). Durante una semana, más de 150 participantes de las 31 instituciones asociadas a euROBIN y procedentes de 14 países diferentes (como Italia, Alemania, Francia o Suiza) se han dado cita en un evento “único en Europa” para intercambiar conocimientos e impulsar mejoras en el campo de la robótica basada en la IA, tejiendo nuevas sinergias.

“Se trata de una oportunidad única porque nunca hemos tenido en Europa tantos robots juntos en un mismo lugar e interactuando entre sí”, remarca a este periódico el coordinador del proyecto, Alin Albu-Schäffer, perteneciente al Instituto de Robótica y Mecatrónica del Centro Aeroespacial Alemán. En efecto, más de medio centenar de robots, entre los que se encuentran “algunos de los mejores del planeta”, se han concentrado del 15 al 19 de mayo en el laboratorio del Grupo de investigación de Robótica, Visión y Control (GRVC) de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSI).

En cuanto a la elección de la capital andaluza como escenario para este encuentro, Alin Albu-Schäffer entiende que Sevilla, como “el top de Europa”, es “el lugar en el que teníamos que estar”. Asimismo, ha elogiado “las facilidades” que les ha concedido la Universidad hispalense a través de Aníbal Ollero y Alejandro Suárez (organizadores del evento), al poner a su disposición infraestructuras como el citado laboratorio de robótica del GRVC, que permite reunir en un solo espacio los robots móviles, humanoides y demás inventos desarrollados por los distintos grupos de trabajo que integran el proyecto.

Robots al servicio de los humanos

De esta forma, a lo largo de toda la semana se han llevado a cabo diversas actividades científicas (ponencias, talleres y tutoriales), así como “hackathons” de robótica, donde se fusiona el espíritu propio de una competición con dinámicas colaborativas. Con esta programación, se pretende alcanzar el objetivo fijado por euROBIN para este evento: “aumentar la transferibilidad y reutilización de los resultados de nuestros robots y poner el progreso a disposición de toda la comunidad”.

Asimismo, de acuerdo con el coordinador del proyecto, esta primera edición aspira a avanzar en la “aplicación de las soluciones robóticas” en tres campos predominantes: la industria manufacturera, los robots personales (que sirven, por ejemplo, para asistir a las personas mayores dentro de sus casas) y los robots que se utilizan al aire libre y se conducen como los drones. En este sentido, Alin Albu-Schäffer está convencido de que la implantación de estas máquinas en un periodo de tiempo de 5 a 15 años será determinante para el desempeño de tareas de logística asociadas a los repartos de los pedidos online, entre otros departamentos.

De hecho, la escena que ha ofrecido estos días el laboratorio de robótica de la ETSI permite adivinar ya cómo será el reparto en “un futuro completamente robotizado”. Por un lado, robots con brazos articulados y pinzas empaquetarán convenientemente los pedidos. Otros con ruedas y capacidad de orientarse y desplazarse se encargarán de ordenar y transportar los paquetes. Mientras que en casa, recogida la entrega, los humanoides de interior serán quienes ayuden a sus usuarios a cargarlos y desempaquetarlos.

“Ese mundo robotizado no significa que no haya humanos”, matiza en este punto Aníbal Ollero, catedrático en la Hispalense y uno de los mayores expertos en robótica aérea a nivel mundial. “Los humanos son esencialmente los usuarios finales de esta tecnología”, asevera para explicar, a continuación, que “los robots van a ser los asistentes y servidores” de las personas, mejorando los servicios que estas reciben mediante su aplicación en las grandes empresas, almacenes y cadenas de distribución, entre otros ámbitos, incluido el doméstico.

Reto: que Europa pueda competir fuera de Europa

“Estamos desarrollando robots para humanos”, añade en este mismo sentido su colega alemán, que defiende la utilidad de los humanoides en una sociedad demográficamente abocada al envejecimiento, pero en la que todavía no se ha apostado por el desarrollo de estas soluciones como sí en otras potencias tecnológicas como China. Al respecto, Aníbal Ollero reconoce que Europa “es fuerte” en esta parcela de la tecnología, pero todavía hace falta “sumar esfuerzos de los centros excelentes de diferentes países” para poder “competir con grandes industrias tecnológicas como Google, Amazon o Tesla”, tal y como apunta Alin Albu-Schäffer.

En línea similar, Serena Ivaldi, una de las coordinadoras procedente de Francia, lamenta que las compañías europeas aún no se atrevan a “asumir el riesgo e invertir” en la proporción que lo hacen las empresas norteamericanas o asiáticas, sobre todo, cuando se trata de apostar por la robótica en la línea de los humanoides. Precisamente, siguiendo a esta experta, la falta de inversión es la que ralentiza el progreso de la industria robótica europea, cuyos laboratorios generan “muchos avances, conocimiento y valor”, que luego no se ve recompensado en el mercado, copado por las soluciones de grupos chinos y americanos, a ojos de Ivaldi.

Otro de los escollos que tiene que sortear el sector es el de los precios, tal y como señala Carlos Azevedo, representando a Portugal. Después de presentar a su robot (muy práctico para el entorno comercial o el desempeño de tareas domésticas como poner lavavajillas), admite que su principal problema es que ronda los 50.000 euros. Con todo, su compañera francesa entiende que una mayor inversión vendría a rebajar el importe final del producto, en tanto que los ejemplares que se muestran hoy son “prototipos de laboratorio”, mucho más costosos que los artículos que se producen en masa. 

“Sumar fuerzas”

En cualquier caso, los socios del proyecto euROBIN son defensores del potencial que encierran los países europeos en el terreno de la robótica basada en inteligencia artificial. De ahí que hayan impulsado la iniciativa de reunir a sus mejores exponentes en el evento que ha acogido durante cinco días Sevilla, con la pretensión de mostrar al mundo que “nuestras grandes ideas y conceptos realmente funcionan en la práctica”, en palabras del coordinador del proyecto.

Por todo ello, esta primera experiencia se ha constatado como una fórmula efectiva para “sumar fuerzas” e “intercambiar ideas” entre investigadores de robótica como Vicente Pérez, doctorando del departamento de Robótica Área de la ETSI implicado en las jornadas, que valora como “muy productivo” este encuentro con otros colegas de la red europea de excelencia. Promoviendo estas sinergias, se persigue elevar la red productiva industrial y de conocimientos europea en materia de robótica “a nuevos niveles”.

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