'Pussypedia', la nueva enciclopedia de Larousse para entender tu vagina y romper tabúes
¿Sabías que la humanidad aterrizó en la Luna 29 años antes de que se describiera con exactitud el órgano responsable de la mitad de los orgasmos del planeta? Sí, el clítoris comenzó a aparecer en los libros de medicina hace relativamente poco y no fue hasta 1998, rozando el siglo XXI, cuando su estructura interna completa fue detallada por primera vez por la uróloga australiana Helen O'Connell. ¿Por qué sabemos tanto sobre el pene y tan poco sobre el clítoris?
A esta y otras muchas preguntas pretende responder Pussypedia, una obra de la escritora e investigadora Zoe Mendelson e ilustrada por María Conejo recién publicada por Larousse, la editorial por excelencia de las enciclopedias. Sí, una enciclopedia del pussy (en inglés, vagina o coño) que busca arrojar luz sobre la parte del cuerpo de las mujeres más estigmatizada históricamente y menos investigada. “Si hay un sello especializado en enciclopedias, ese es Larousse Editorial, así que solo nosotros podíamos publicar una enciclopedia sobre el pussy”, dice la editorial en su información promocional.
Poco tiene que ver la Pussypedia con lo que estamos acostumbradas a encontrar en las páginas de una obra de este tipo. Hay detrás un proceso estricto de verificación y una extensa bibliografía científica, pero en tono desenfadado y cargado de humor, con el que las autoras pretenden hacer accesible la información más actualizada que existe sobre la anatomía y la fisiología del pussy, la reproducción, las hormonas, el sexo o la menstruación. Y lo hacen desde una perspectiva feminista que disputa el relato masculino, los mitos y los tabúes con los que tradicionalmente se ha explicado el cuerpo de las mujeres.
“El patriarcado tiene muchos trucos para hacer que las personas con pussy se sientan una mierda”, escribe Mendelson en la introducción de la obra, originalmente publicada en inglés. Por eso su objetivo es doble: “informar y combatir la vergüenza”, asegura la autora a este medio. “Y hablar desde una perspectiva más orientada al placer”, negado históricamente a las mujeres, y menos orientada al estigma, añade Conejo.
Un pussy para englobarlo todo
Todo empezó con una pregunta. “¿Pueden eyacular todas las mujeres?”. Esto buscó Mendelson una noche de 2016 tras la insistencia de su novio en que sí “se relajaba” lo conseguiría. Lo que se encontró en Google fue un batiburrillo de información “tremendamente contradictoria”, así que decidió bucear en artículos científicos. Apenas entendía nada y debía buscar el significado de casi todas las palabras. “¿Por qué demonios había vivido sin toda esa información fundamental sobre mi cuerpo?”, se pregunta. El siguiente paso fue contactar con Conejo. “Tenemos que hacer un proyecto sobre vaginas”, le dijo. Así nació en 2019 Pussypedia.net, el germen del libro, que solo en su primer año recibió tres millones de visitas.
En realidad, el proyecto no va solo sobre la vagina, que proviene de la palabra latina vaina, que significa literalmente “funda para guardar la espada”. “No estamos de acuerdo con que las vaginas existan al servicio de los penes”, dicen las autoras. Es el término habitualmente utilizado, pero “únicamente se refiere al canal vaginal”, por lo que si llamamos a todo vaginas “ignoramos otras partes del cuerpo importantes”, explican. Por eso, la obra propone un nuevo uso de la palabra pussy, que no se traduce en ningún momento del texto, con la que englobar también a la vulva, el clítoris, el ano, el recto, el útero y demás partes para las que, en conjunto, no existe un término.
Otro aviso que hace la obra al principio tiene que ver también con las palabras. Y es que utiliza durante todo el texto “personas con pussy” o “con útero”, nunca mujeres, a no ser que se refieran específicamente a las mujeres cis (no trans) porque “muchas personas con pussy no son mujeres y muchas mujeres no tienen pussy”, advierten. Las autoras apuestan por la inclusión de las personas trans, no binarias e intersexuales –a ellas se refieren a lo largo de la obra– y rechazan que este lenguaje invisibilice a las mujeres cis porque “tienen pussy, con lo cual están incluidas”, cree Mendelson.
Partes con nombres de hombre y preguntas sin respuesta
La ambiciosa tarea de divulgación de Pussypedia aborda desde las partes del pussy al funcionamiento de las hormonas o las infecciones de transmisión sexual. Uno de los capítulos está dedicado al clítoris. Es el órgano central del placer del pussy y el equivalente al pene, pero “la mayoría de la gente no sería capaz de dibujarlo ni de explicarte cómo funciona o dónde se ubica”. Hay, explica la obra, un “borrado” y un menosprecio del clítoris a lo largo de la historia. Un dato curioso: tiene “aproximadamente el mismo tamaño” que un pene (“nueve centímetros en estado flácido”), pero en su definición aparece la palabra “pequeño”.
Aún así hay muchas cuestiones sobre las que todavía existe un vacío científico y preguntas sin respuesta. O, al menos, una respuesta concluyente. Es lo que ocurre con las glándulas parauretrales, de las que se desconoce su estructura. A veces llamadas próstata femenina, estas glándulas son las que pueden producir la eyaculación femenina, un concepto “minimizado en los siglos XVIII y XIX” hasta “ser eliminado” e incluso confundido habitualmente con el pis, pero aún existen muchas incógnitas al respecto del fenómeno y de las propias glándulas. ¿Alguien duda hoy en día de que los hombres eyaculan y cómo actúa su cuerpo?
Las parauretrales han sido siempre llamadas las glándulas de Skene, a las que se suman las de Bartolino o las trompas de Falopio. Todos hombres que “descubrieron” estas partes de la anatomía femenina y que las autoras reclaman renombrar. En el lenguaje es fácil ver cómo se ha ido construyendo una narrativa patriarcal sobre los cuerpos de las mujeres. A la palabra vagina hay que sumarle “himen”, procedente del dios griego del matrimonio Himeneo, e histerectomía (extracción del útero), que, las autoras aseguran que “viene de histeria”, la enfermedad inventada y asociada a las mujeres hasta el siglo XIX.
Qué tipos de flujo vaginal hay y cómo identificarlos, qué características tiene cada anticonceptivo (y “cómo se probaron en personas de color sin su consentimiento”, asegura la enciclopedia) o qué efecto producen en el cuerpo los fármacos usados para abortar son otros de los contenidos que aborda. También por qué la masturbación femenina sigue siendo un tabú, si existe el Punto G o qué sabemos sobre el síndrome premenstrual (SPM) o la candidiasis vaginal, que tendrán en algún momento de sus vidas hasta el 75% de las mujeres. Sin embargo, de nuevo, incógnitas: aún los científicos desconocen las funciones de la microbiota vaginal, aunque sospechan que puede ser igual de clave que la del intestino.
No oculta Mendelson que el camino de la Pussypedia ha sido largo y a veces desasosegante. Y así lo deja por escrito en la introducción: “Ha habido momentos en los que he tenido que preguntarme: ¿de verdad tengo que dedicar este tiempo a comparar la composición química de una eyaculación femenina y el pipí? Pero entonces me recuerdo a mí misma que mucha gente tiene pussy y que mucha de esa gente vive con gran parte de su espacio mental ocupado por un montón de basura patriarcal inútil y que, si podemos liberarlo, aunque sea un poquito, o restituir el placer o el mando, aunque sea otro poquito, entonces habrá más espacio, más alegría y tendremos un pussy más poderoso para la revolución. Y la respuesta es siempre sí”.
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