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La vacuna de la meningitis puede frenar el avance de la gonorrea, que cada vez es más resistente a los tratamientos

La gonorrea multiplica su incidencia mientras se hace resistente a los tratamientos tradicionales.

Daniel Sánchez Caballero

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Cada vez hay más gonorrea en el mundo. Crece a un ritmo vertiginoso: su impacto se ha multiplicado por 10 en un par de décadas escasas. Además, los tratamientos tradicionales están perdiendo eficacia y la enfermedad no tiene una vacuna específica, una combinación de factores que preocupa a la comunidad médica porque puede acabar inutilizando el medicamento que hoy se usa contra esta Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS), aunque este problema, por el momento, está localizado en ciertas partes del mundo. Hay más malas noticias: si no se trata, la gonorrea puede provocar graves problemas de salud, desde infertilidad en mujeres en el medio plazo hasta incrementar el riesgo de contraer VIH, el virus causante del sida.

Pero también hay buenas noticias: tres estudios recién publicados en la revista The Lancet Infectious Diseases muestran que la vacuna contra la meningitis ofrece buenos resultados también contra la gonorrea, especialmente entre los jóvenes –las personas más afectadas– y los hombres homosexuales, aclara la revista. En 2020 se diagnosticaron más de 80 millones de casos de esta enfermedad en el mundo. En España la incidencia se ha multiplicado por 15 en un par de décadas, pasando de 805 casos por cada 100.000 habitantes en 2001 a 12.359 en 2019 (últimos datos disponibles).



“La caída en la efectividad de los tratamientos contra la bacteria responsable –Neisseria gonorrhoeae– y la falta de una vacuna para prevenir la infección han levantado preocupación respecto a la posibilidad de que la gonorrea se vuelva más resistente al tratamiento, o incluso no se pueda tratar en el futuro”, explica la revista.

Matilde Sánchez Conde, infectóloga y responsable del departamento de ETS del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, pone en contexto el impacto de la gonorrea en el mundo: “En España crece un 20% anual. En los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC) lo incluyen entre los cinco grandes problemas de salud que hay que resolver. Es un problema de salud mundial que afecta a gente bastante joven y que es preocupante”, describe, además de por las consecuencias propias que tiene, “porque tener una ETS favorece adquirir otras. El riesgo de contraer VIH se multiplica por tres si tienes otra enfermedad de transmisión sexual”, ilustra.

La experta también matiza que la situación no es la misma en España que en otros lugares del mundo. “En nuestro medio ha habido poco desarrollo de resistencia al tratamiento con antibióticos, que normalmente funciona. Sí se han descrito en algunos sitios de Asia, como Japón, o de EEUU. En Europa hubo un mini brote de un viajero que venía de Japón y contagió a dos mujeres de un gonococo que era resistente básicamente a todo. Pero en general en España y Europa no está pasando”, explica. En lugares como estos el riesgo puede ser la infradetección, añade, porque en ocasiones la enfermedad se confunde con otras dolencias o es asintomática.

The Lancet relata que a partir de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que se utilicen las vacunas contra la meningitis para reducir el impacto de esta enfermedad, incluyendo su uso en niños como parte de las estrategias de vacunación nacionales, la mayor disponibilidad de este preparado ha permitido comprobar que también ofrece protección contra la gonorrea. “Incluso una protección parcial podría reducir las infecciones considerablemente”, explica The Lancet en una nota de prensa.

“En 2016, la OMS fijó el objetivo de reducir la incidencia de la gonorrea en un 90% para 2030, pero todavía no existe una vacuna efectiva”, recuerda la revista. “Tres estudios sugieren que la vacuna 4CMenB [para la meningitis B] puede ofrecer protección significativa para jóvenes adultos y hombres que tienen sexo con hombres, quienes pueden presentar un riesgo de infección más alto”, señala.

Entre el 33% y el 40% de protección

El primero de los estudios se realizó en el estado de Nueva York, incluida la ciudad, y en Filadelfia. El grupo del doctor Winston Abara, del CDC, evaluó a más de 110.000 jóvenes con infecciones confirmadas en laboratorio de gonorrea, clamidia (otra ETS) o de las dos, de los que 7.692 estaban vacunados, aproximadamente la mitad con una dosis y la otra mitad con dos. Entre estos, observó el doctor, una pauta completa de la vacuna de la meningitis (dos dosis) ofrecía un 40% de protección y una sola inyección un 26%.

“Nuestros hallazgos sugieren que las vacunas contra la meningitis que solo son moderadamente efectivas protegiendo contra la gonorrea pueden tener un gran impacto en la prevención y el control de la enfermedad”, explica Winston Abara. “Son necesarios ensayos clínicos sobre el uso de la 4CMenB contra la gonorrea para entender mejor sus efectos protectores, y también ofrecer conocimiento sobre para avanzar hacia el desarrollo de una vacuna específica contra la gonorrea”.

Una conclusión similar alcanzó el equipo de la profesora Helen Marshall, del Women's and Children's Hospital de Adelaida, Australia, el país, dice The Lancet, con el programa de vacunación de 4CMenB más amplio del mundo, que incluye a niños, adolescentes y jóvenes adultos. En este caso, la protección se fijó en un 33% contra la gonorrea, aunque la propia autora admite que su estudio tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, un número reducido de sujetos.

Un enfoque ligeramente diferente adoptaron en Reino Unido, donde se preguntaron qué ahorro económico efectivo y qué impacto en la salud podría tener el uso de la vacuna para reducir la incidencia de la gonorrea. El profesor Peter White, del Imperial College, desarrolló un modelo para comparar tres posibles maneras de vacunar a un grupo específicamente proclive a contraer gonorrea: los hombres que tienen sexo con otros hombres. La duda era si es mejor vacunar a los que van a las clínicas de salud sexual, a los que tienen gonorrea confirmada o a los que presentan un mayor riesgo de infección.

Según el análisis realizado, los autores del estudio llegaron a la conclusión de que lo más efectivo es vacunar a los perfiles de riesgo con 4CMenB, y que esta medida podría ahorrarle al sistema británico 110.000 casos y ocho millones de libras –9,6 millones de euros– en diez años. “Con una vacuna específica para la gonorrea que llevará años desarrollar, la pregunta clave es si la vacuna contra la meningitis 4CMenB debería usarse contra la gonorrea. Nuestro análisis sugiere que dársela a quienes más riesgo de infección presentan es la manera más efectiva para evitar grandes cifras de contagios”, concluye White.

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