Grupos de aficionados mantienen viva esta tradición teatral en Catalunya cuyo origen eran dramas medievales

Barcelona, Mataró, Vilanova i la Geltrú, Calaf, Manresa, Terrassa, Ripoll o L'Espluga de Francolí son algunos de los muchos lugares donde se representa esta obra estos días

Alberto Gómez

0

Es una de las tradiciones navideñas más arraigadas en Catalunya, siendo una cita cultural imprescindible para miles de familias cada año. Son Els Pastorets (Los Pastorcillos) y se trata de una representación teatral que combina historia, humor y música y que se ha consolidado como un fenómeno social que traspasa generaciones y mantiene vivo el espíritu festivo durante estos días en torno al día de Navidad en muchísimos municipios catalanes. ¿Y cuáles son los orígenes de este género? Pues según aseguran muchos expertos, estos se remontan a los dramas religiosos medievales que se celebraban originalmente dentro de las iglesias. 

Dicha escenificaciones, conocidas como Officium Pastorum o adoración de los pastores, formaban parte de los oficios de la víspera de Navidad, específicamente durante la misa del Gallo, con el fin de realizar pedagogía sobre la historia sagrada entre una población que mayoritariamente no sabía leer. A pesar de su carácter religioso, la tradición sufrió un declive a partir del siglo XVI debido a las disposiciones del Concilio de Trento, que prohibieron las representaciones teatrales en el interior de los templos. Esto obligó a que las funciones se trasladaran inicialmente a las calles y, posteriormente, a locales sociales y teatros, lo que derivó en una progresiva secularización de sus contenidos, que es en parte como ha llegado hasta la actualidad.

El resurgimiento moderno del género se produjo en el siglo XIX, destacando la figura de Miquel Saurina, quien en 1887 publicó la primera versión moderna en catalán bajo el título Los Pastorets de Betlem. Este hito marcó el inicio de una nueva etapa donde el texto empezó a ganar popularidad a través de la red de centros católicos de toda la geografía catalana. Pocos años después, el dramaturgo Frederic Soler, conocido como ‘Pitarra’, dignificó la obra elevándola a la categoría de teatro culto con el estreno de El bressol de Jesús en 1891. Su versión introdujo personajes emblemáticos como Garrofa y Pallanga, consolidando una estructura que mezclaba lo solemne con lo cómico. No obstante, la obra más representada y popular actualmente es la escrita por Josep Maria Folch i Torres en 1916, titulada Els Pastorets o l’adveniment de l’nfant Jesús

La tradición de esta obra sirvió como un refugio para la lengua catalana, aunque durante la dictadura franquista se llegó a ordenar su traducción obligatoria al castellano

En este caso se trata de una obra que fue escrita en apenas una semana para el barrio de Gracia en Barcelona, versión que se convirtió rápidamente en un clásico de la cultura popular catalana por su capacidad de conectar con el público infantil y juvenil. Sea cual sea el título que se interprete, el argumento de todas estas obras se articula generalmente en tres hilos narrativos que ocurren en el cielo, la tierra y el infierno. Mientras se narra el viaje de José y María hacia Belén, se desarrolla en paralelo la lucha eterna entre ángeles y demonios, junto a las peripecias cómicas de pastores como Lluquet y Rovelló, quienes enfrentan a las fuerzas malignas con astucia.

Cantera para actores

Durante el siglo XX, la tradición sirvió como un refugio para la lengua catalana frente a la represión, aunque durante la dictadura franquista se llegó a ordenar su traducción obligatoria al castellano. Con la llegada de la democracia, el género floreció nuevamente en su lengua original, sirviendo además como cantera para muchos actores que hoy triunfan en el cine y la televisión. En la actualidad, la Coordinadora de Pastorets de Catalunya agrupa a unos 70 grupos que realizan centenares de funciones cada temporada navideña, atrayendo a miles de espectadores, sumando grandes y pequeños. Esta vitalidad demuestra que, a pesar de la modernización de la sociedad, Els Pastorets siguen siendo una herramienta pedagógica y lúdica que reafirma los valores de la cultura popular catalana año tras año.

Que hoy siga viva dicha tradición es gracias en parte a los numerosos grupos de aficionados que todavía ensayan y, por fin, interpretan la obra estos días en diferentes locales de toda Catalunya. En la ciudad de Barcelona, por ejemplo, la oferta es amplísima, destacando Els Pastorets de Els lluïsos d’Horta, que cuentan con funciones ininterrumpidas desde 1866. Otros centros emblemáticos como el Centre Catòlic de Sants, el Foment Hortenc o diversas parroquias en barrios como San Medir y Vallvidrera mantienen viva la llama de esta representación amateur a través de sus entidades sociales.

Fuera de la capital catalana, la lista es igualmente interminable, ya que existen lugares con una profundidad histórica notable, como Mataró y Vilanova i la Geltrú, donde la tradición está documentada desde el siglo XVIII. En Mataró, la Sala Cabanyes ofrece un montaje espectacular con orquesta en directo basado en la obra de Ramon Pàmies, mientras que en Vilanova la representación es un pilar de su patrimonio cultural y de la diferente oferta de actos de la población durante estas fiestas. Otros municipios celebran centenarios con el mismo orgullo, como Calaf, Manresa o Terrassa, donde las funciones se han mantenido como un hecho transversal reconocido como patrimonio inmaterial local. Localidades como Ripoll mantienen versiones singulares basadas en la zarzuela pastoril, mientras que en L'Espluga de Francolí tiene lugar desde hace más de 140 años este episodio navideño catalán vinculado a una más que viva tradición teatral.

Etiquetas
stats