La historia de Héctor y Aquiles reaparece en un mosaico británico que contradice la versión de Homero: la batalla perdida de Troya que nunca se contó en la Ilíada

El enfrentamiento entre Aquiles y Héctor encarnó el contraste entre la arrogancia del vencedor y la dignidad del vencido

Héctor Farrés

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El enfrentamiento entre Aquiles y Héctor fue más que una leyenda. Representó el choque entre el orgullo del vencedor y la resistencia del derrotado, una lucha en la que ambos guerreros se convirtieron en símbolos opuestos de valor y destino. El relato, conservado durante siglos, ha sido interpretado en poesía, escultura y pintura como ejemplo extremo del honor y la pérdida.

Cada versión del mito ha intentado explicar qué significó para los antiguos esa confrontación mortal ante las murallas de Troya. La historia de los dos héroes no solo mostró la violencia de la guerra, también reveló cómo el recuerdo de la derrota llegó a convertirse en una forma de arte y en parte del patrimonio cultural del mundo clásico.

Un mosaico romano recupera una versión perdida de la guerra de Troya

El mosaico de Ketton reinterpreta el duelo entre Aquiles y Héctor, recuperando una versión perdida de la guerra de Troya en el contexto romano. La composición, hallada en una villa de Rutland, presenta las tres fases del combate: la lucha, el arrastre del cuerpo y su rescate mediante oro, siguiendo una secuencia que no procede de la Ilíada de Homero. Los investigadores han vinculado esta narración visual con la tragedia Frigios del dramaturgo ateniense Esquilo, desaparecida desde hace siglos y solo conocida por referencias dispersas en textos antiguos.

Los paneles muestran el combate, el arrastre del cuerpo y el rescate del cadáver

La obra revela influencias de Esquilo y de un repertorio artístico común en el Mediterráneo antiguo. Los especialistas de la Universidad de Leicester, encabezados por la doctora Jane Masséglia, identificaron que la estructura de los paneles repite patrones decorativos empleados en Grecia, Asia Menor y la Galia. Algunos diseños proceden de vasijas del siglo V a. C., mientras que otros derivan de monedas y objetos de plata romanos. El mosaico demuestra que los artesanos de Britania no trabajaban aislados, sino dentro de una red que transmitía motivos y composiciones entre talleres del Imperio.

Jim Irvine detectó las marcas y confirmó que se trataba de una villa romana. Su observación comenzó cuando localizó fragmentos de cerámica y conchas en su finca familiar y comprobó, mediante imágenes por satélite, que el terreno mostraba la forma de un edificio rectangular con ábsides. Tras excavar una pequeña zona y encontrar parte del suelo decorado, avisó de inmediato al equipo de arqueología del condado de Leicestershire, que verificó la autenticidad y relevancia del hallazgo.

La pieza hallada en Rutland ofrece una narración diferente a la de Homero, estructurada en tres escenas que coinciden con la trama desaparecida de Esquilo

El mosaico de Ketton muestra episodios del combate entre Aquiles y Héctor, distintos a los de Homero. La primera escena representa el momento previo al enfrentamiento, la segunda el arrastre del cuerpo de Héctor por el carro de Aquiles y la tercera el rescate del cadáver por su padre, el rey Príamo. Esta última no aparece en la Ilíada, lo que permitió a los investigadores atribuir el conjunto a la versión de Esquilo. La secuencia, organizada en paneles con marcos de trenza, mantiene una composición precisa y una técnica de teselas de pequeño tamaño, indicios de un taller cualificado.

Las excavaciones certificaron la magnitud y el valor del conjunto descubierto

El hallazgo fue investigado por arqueólogos y reconocido como un descubrimiento mayor. La inspección oficial confirmó que el mosaico se encontraba a poca profundidad y en buen estado de conservación. La autoridad de Historic England lo declaró Monumento Programado, garantizando su protección. Las excavaciones posteriores, dirigidas por la Universidad de Leicester, documentaron la villa y revelaron que el mosaico tenía más de 11 metros de longitud, lo que indica una residencia de alto nivel económico y cultural.

En 2020, un paseo familiar en Rutland llevó al hallazgo del mosaico. La familia de Irvine, confinada por las restricciones sanitarias de aquel verano, observó los restos en superficie y comenzó una cadena de investigaciones que culminó con uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo en el Reino Unido. De esta manera, lo que empezó como una simple observación terminó mostrando que la Britania romana mantenía lazos activos con el arte y las ideas del Mediterráneo antiguo, en un testimonio excepcional de continuidad cultural.

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