La película de Pixar que es la última en anunciar secuela y sigue entre las más populares 18 años después

El 3 de agosto de 2007 llegaba a los cines españoles una nueva película de Pixar y se convertía en una de las más populares de ese año, así como una de las más taquilleras con 620 millones de dólares y con gran acogida por parte de la crítica, que 18 años después sigue estableciéndola como uno de los mejores largometrajes de la factoría de Toy Story o Del Revés, entre otros.

Hablamos de Ratatouille, que suele estar entre las películas más vistas en la plataforma Disney + y que está de actualidad por el hecho de que se habría confirmado que se trabaja en su secuela como uno de los próximos proyectos de Pixar en un contexto dominado por secuelas, reboots y spin-offs.

La realista recreación de París en Ratatouille y el trabajo con ratas reales

Con la futura Ratatouille 2 volverán la rata chef Remy y Linguini, que trajeron al mundo en los cines Brad Bird, autor de éxitos como Los increíbles, y Jan Pinkava en aquel 2007 en el que maravillaron al público con su recreación realista de París, tanto de su paisaje con la torre Eiffel de fondo o las catacumbas.

De hecho, ese fue uno de los primeros problemas que solucionó la película durante su producción, pues Jan Pinkava había ambientado gran parte del largometraje en las catacumbas de París, y cuando se colocó al frente del proyecto Brad Bird solo dejó una pequeña parte en esa zona de la capital francesa.

Uno de los grandes retos de Ratatouille fue el replicar el movimiento y el realismo de las ratas que consiguieron conviviendo con ellas durante la producción, intentando recrear la atmósfera, al igual que se hizo con El rey León cuando se viajó a la sabana africana por parte de Disney. Precisamente el que una rata fuera la protagonista fue un gran problema de la película, que no tuvo apenas patrocinios de marcas.

Un chef profesional y una teoría de internet desmentida

El mundo de la gastronomía profesional es la gran protagonista junto a la historia de Remy, y al igual que ambientaron el trabajo con ratas reales, también se introdujeron en el ámbito culinario, por eso el chef Thomas Keller fue contratado para educar al equipo de Ratatouille, que asistieron a su propio restaurante. Como agradecimiento tuvo un pequeño rol de doblaje en el equipo de Gusteau.

La popularidad de Ratatouille ha hecho que tampoco haya escapado de las teorías de fans en internet y redes sociales, siendo una de las más divulgadas el hecho de que el crítico Anton Ego era el hijo de la mujer en cuya casa vivía Remy y donde había aprendido a cocinar. Esto se asentaba en el hecho de que cuando Ego rememora su infancia al probar el plato ratatouille se podía ver una casa con elementos iguales.

Sin embargo, esta fue desmentida por el propio director de la cinta, Brad Bird, que aseguró que esto se debió a que cuando hicieron cambios al entrar él a dirigir el proyecto no tenían suficiente presupuesto y utilizaron ya material que habían empleado anteriormente.