Sevilla tiene en el Guadalquivir la nave que recuerda la hazaña que unió por primera vez todos los mares del mundo gracias a Elcano y Magallanes

La réplica actual mantiene vivo el vínculo entre Sevilla y el mar

Héctor Farrés

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El timón marcó la dirección hacia el oeste y la travesía se inició. Aquella partida fue el comienzo de una empresa que transformó la comprensión del planeta. El regreso, tres años después, ocurrió en soledad, con una sola nave y 18 hombres exhaustos. Su llegada confirmó que la Tierra podía recorrerse por completo y que el océano no era una frontera, sino un camino. Ese viaje selló una gesta que hoy vuelve a tener presencia tangible en el mismo punto del que partió.

La réplica sevillana revive la primera vuelta al mundo

La Nao Victoria 500 está amarrada en el muelle del Paseo Marqués de Contadero, junto a la Torre del Oro, como homenaje a aquella primera circunnavegación. Su presencia forma parte del programa de conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, impulsado por la Fundación Nao Victoria con el apoyo de la Junta de Andalucía. La nave llegó a Sevilla tras ser remolcada desde Punta Umbría y ocupa el mismo escenario desde el que zarpó la original. En el Espacio Exploraterra, justo enfrente de la nave, los visitantes puede conocer más sobre esta importante gesta.

La expedición de Magallanes y Elcano desafió los límites del océano

La réplica fue botada en febrero de 2020 tras 18 meses de construcción en los varaderos de Punta Umbría. En el proyecto participaron más de 70 profesionales, entre ellos carpinteros de ribera, rederos, veleros, artesanos, ingenieros e historiadores de las provincias de Huelva y Sevilla. La embarcación reproduce las formas y proporciones de la nave del siglo XVI a escala real. Tiene una eslora de 26 metros, una manga de 6,6 y un calado de 3, con tres mástiles y un bauprés que sostienen seis velas de un total de 290 metros cuadrados. Los mástiles alcanzan hasta 20 metros de altura, y su arboladura se instaló junto al muelle sevillano antes de su apertura al público.

Cada detalle de la construcción responde a un estudio histórico basado en crónicas, tratados y planos de la época. La Fundación Nao Victoria ya había levantado antes el Galeón Andalucía y una réplica de la Nao Santa María, y aplicó esa experiencia para reproducir la Victoria con fidelidad documental. El resultado se ha convertido en una pieza de referencia dentro del programa oficial del V Centenario y en una atracción permanente que apuntala el protagonismo de Sevilla en la historia naval.

Elcano llevó la travesía hasta el final y confirmó la redondez del planeta

La expedición que inspiró esta réplica partió el 10 de agosto de 1519. La flota estaba formada por cinco naves: la Trinidad, la San Antonio, la Concepción, la Santiago y la Victoria. En ellas embarcaron 243 hombres bajo el mando de Fernando de Magallanes. El objetivo era alcanzar las Molucas por el oeste, demostrando la pertenencia española de aquellas islas según el Tratado de Tordesillas. Después de cruzar el Atlántico y explorar Río de la Plata, los tripulantes pasaron el invierno en Puerto San Julián, donde un motín fue sofocado y varios oficiales ejecutados.

Juan Sebastián Elcano

En noviembre de 1520, tras superar el estrecho que hoy lleva el nombre de Magallanes, las tres naves supervivientes alcanzaron el Pacífico. La travesía resultó agotadora y la falta de víveres provocó numerosas muertes. Al llegar a Filipinas, Magallanes cayó en la batalla de Mactán. La Trinidad y la Victoria prosiguieron hasta las Molucas, donde cargaron clavo y otras especias. La primera quedó inutilizada y fue capturada por los portugueses, mientras que la Victoria, al mando de Juan Sebastián Elcano, emprendió el regreso por el Índico.

Elcano sorteó los dominios lusos navegando sin escalas por el sur de África. Pese a las tormentas y a la pérdida de hombres, consiguió doblar el Cabo de Buena Esperanza y avanzar hacia el Atlántico. El 6 de septiembre de 1522, la Victoria arribó a Sanlúcar de Barrameda y, dos días después, alcanzó Sevilla. Aquellos 18 supervivientes se convirtieron en los primeros seres humanos en completar la vuelta al mundo. La travesía probó de forma empírica la redondez de la Tierra y abrió una vía marítima que consolidó el comercio entre Europa y Asia.

Cinco siglos después, la réplica amarrada frente a la Torre del Oro recuerda aquella proeza y mantiene viva la relación de la ciudad con la navegación. La Nao Victoria 500, nacida de la investigación y el trabajo artesanal, prolonga la memoria de un viaje que cambió para siempre la escala del planeta.

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