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500 años de la vuelta al mundo de Elcano: héroe español en Sanlúcar de Barrameda y referente euskaldun en Getaria

Representación del desembarco de Juan Sebastián Elcano en Getaria en el año 1925

Iker Rioja Andueza

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Este martes, 6 de septiembre de 2022, el calendario vasco estrena un día marcado rojo. Es un puente en pleno regreso de vacaciones y su origen es desconocido para muchos. Conmemora el quinto centenario de la culminación de la primera vuelta al mundo, que tuvo su principio y su final en Sanlúcar de Barrameda y que estuvo promovida por la Corona de Castilla. Ya están en circulación también las nuevas monedas de dos euros españolas con ese motivo y La Vuelta partirá este martes desde la localidad gaditana.

Los actos oficiales, en la propia Sanlúcar de Barrameda, estarán presididos por el jefe del Estado, el rey Felipe VI, y a Elcano con ‘c’ le acompañarán banderas españolas y un despliegue militar. Si España en su día pugnó con Portugal por la españolidad de la singladura, Euskadi reivindica ahora la vasquidad del capitán que completó la expedición, Juan Sebastián Elcano, hasta el punto de redactarlo con ‘k’ en algunos de los documentos oficiales de los actos institucionales programados en su localidad natal, Getaria, en Gipuzkoa, que emulará el desembarco en Cádiz como viene haciendo desde 1922. 

“Elkano era getariarra y era euskaldun. En euskera, Elkano es con ‘k’. Eso en parte nos diferencia de otros puntos de vista. Elkano era euskaldun”, insiste al otro lado del teléfono el alcalde de Getaria, Haritz Alberdi, que es de EH Bildu y que defiende un “relato nuevo” de la historia de la circunnavegación. “Lo de Sanlúcar [de Barrameda] y Sevilla no va a tener nada que ver con lo nuestro. Teníamos claro que tenía que ser completamente civil”, explica el regidor, que asegura haber recibido –y descartado– ofrecimientos del Ministerio de Defensa para colaborar con la recreación de la llegada a tierra de la única de las naves que partieron en 1519 y que en aquel momento estaban comandadas por Fernando de Magallanes, originario del reino de Portugal. 

“Tenemos derecho a soñar, a seguir soñando, a crear ese mundo utópico. Soñamos con un mundo en el que haya libertad y paz, antimilitarista, que reconozca a pueblos y naciones”, abunda el alcalde de un municipio de unos 2.800 habitantes que también vio nacer a otro personaje mundialmente reconocido, Cristóbal Balenciaga. Y abunda: “No se puede olvidar la deuda histórica con los pueblos originarios, las graves consecuencias a otros pueblos. En parte hemos sufrido eso mismo por parte de otros […]. Sobre Elkano, la historia oficial la han escrito otros... Nosotros no nos vemos identificados”. Se felicita de que estos días haya podido explicar a medios extranjeros como la BBC el punto de vista propio sobre este efeméride.

En los actos de Getaria participará el lehendakari, Iñigo Urkullu, y también están anunciados la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, y los consejeros Arantxa Tapia, Javier Hurtado y Bingen Zupiria. Éste último, titular de Cultura y portavoz del Ejecutivo, ha expresado lo siguiente sobre “Elkano” en una entrevista publicada por la web de Dibulitoon Studio: “Aquí, Elkano ha desaparecido de las escuelas y de los temarios del sistema educativo, y por eso es difícil saber sobre él. […] Por ejemplo, me gustaría saber qué relación tenía con el euskera. Fue un vasco que se marchó a vivir a la corte y a trabajar a Sevilla y a la mar. En casa, de joven, seguramente hablaría en euskera con su madre y su tío cura, y también con los vecinos de Getaria. Pero, ¿mantuvo el euskera cuando volvió de la expedición? ¿Hablaría en euskera con Urdaneta, el ordiziarra que firmó su testamente, y con sus compañeros marineros vascos de la expedición? A lo mejor tenía las mismas costumbres que nosotros con respecto al euskera, hace ahora quinientos años”.

El alcalde de Getaria destaca que el “nuevo relato” sobre la figura de Elcano bebe de un proceso de participación de “seis o siete meses” impulsado por “90 getariarras” para recrear el desembarco. Entre las decisiones adoptadas se halla la de añadir a la tripulación de 18 marineros supervivientes –entre más de 200 que partieron– tres más, moluqueños traídos como esclavos y que también formaban parte de la expedición. Además, uno de ellos será interpretado por una mujer. Se trata de Izaro Lestayo, mujer de mar conocida por ser patrona de una trainera masculina. Alberdi recuerda que la recreación de Getaria surgió hace ya un siglo y confía en que la de 2022 sea recordada dentro de cien años. Sin posibilidad de usar la réplica de la nao que completó la circunnavegación, que participará en los actos de Estado, está amarrado ya en Getaria la carabela Vera Cruz, de pabellón portugués y una réplica de las embarcaciones de aquel reino que llegaron a Brasil. 

La historia de la nao Vitoria

En este contexto, el historiador, periodista y funcionario de la Unión Europea Ramón Jiménez Fraile ha publicado un libro desmontando algunos mitos en torno a la primera vuelta al mundo, aunque destaca con pasión su relevancia histórica por haberse logrado semejante hazaña. Lo compara con la llegada a la Luna en el siglo XX. Jiménez Fraile se reúne con elDiario.es/Euskadi en la biblioteca del campus de Álava de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que muestra estos días en una pequeña exposición reproducciones de mapas y documentos relativos a la hazaña de Magallanes y Elcano. Preguntado por la disquisición de si usar la ‘c’ o la ‘k’, recuerda que en los documentos históricos consta cómo el propio marino vasco firmaba como “Delcano”. Y añade que el buque-escuela del Ejército español aporta otra cuarta denominación, “De Elcano”. El único descubrimiento de Elcano tras la muerte de Magallanes y su liderazgo en la expedición fue la pequeña isla de Ámsterdam, ahora posesión francesa y que se ubica entre Australia y Madagascar. Allí hay una zona llamada “Pointe del Cano”. Como sexta opción, en los sellos franceses se alude a “Sebastián de El Cano”. Él, a título particular, acepta en su libro “Elcano” aunque admite su malestar por este tipo de convenciones. A Neil Armstrong nadie le ha cambiado el nombre desde que pisó la Luna, razona.

Su gran hallazgo –y el que da título a su libro, 'La Vitoria de Magallanes' (Universo de Letras)– es la constatación histórica de que la nao que completó la vuelta al mundo no se llamaba “Victoria”, como es mundialmente conocida, sino “Vitoria”, como la ciudad en la que transcurre la entrevista. Lo prueba con documentos que ha ampliado y plastificado y porta en un maletín que le acompaña para mostrar con entusiasmo a todo aquel con quien se encuentra. Incluso se ha reunido con el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran.

Explica que, durante siglos, en España se orilló este acontecimiento y que la única literatura al respecto era en latín, lo que convirtió el “Vitoria” en “Victoria” siguiendo sus normas fonéticas. El autor, el periodista local Francisco Góngora y otros historiadores remarcan que el emperador, Carlos I, se instaló en 1524 precisamente en Vitoria y en febrero se firmó el denominado “Tratado de Vitoria” como primer paso en el conflicto hispano–portugués para la posesión de las islas Molucas, reclamadas por Elcano tras su regreso y puerto clave para el tráfico de especias. Jiménez Fraile sostiene que lo uno no se entiende sin lo otro.

El libro cuestiona también la propia imagen que ha llegado a nuestros días de Elcano fruto de retratos, cuadros, billetes, monedas o estatuas, y sostiene que es una recreación más moderna, de cuando en el siglo XIX los nacionalismos buscaron construir héroes nacionales. También asegura que en algunos cuadros hay errores de bulto, como mapas que se representan como si el mundo ya fuese conocido, cuando la expedición fue precisamente decisiva para ello y se hizo por rutas desconocidas y arriesgadas porque Elcano quería evitar a toda costa conflictos en la parte portuguesa del planeta surgida del pacto de Tordesillas. Aunque los moluqueños aparezcan retratados dotados con armas, denuncia que su posición era de esclavitud.

También alerta del canibalismo hacia los oriundos de las tierras por las que pasó la circunnavegación, una práctica que está documentada: “Casquería la hubo y en cantidad [...]. No dejan en buen lugar a los emisarios de nuestra civilización, no ya en términos éticos sino a nivel de lo que hoy llamaríamos 'diplomacia pública'”. Se emplearon muchas armas también. “Tan sólo el plomo embarcado para fabricar proyectiles pesaba más de dos toneladas y media. Y, por lo visto, en ningún momento hubo escasez de pólvora, puesto que, tres años después de iniciar la singladura, la Vitoria celebró su regreso a Sanlúcar [de Barrameda] con salvas de artillería”, escribe.

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