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Una niña de 3 años cuenta la desaparición de los dinosaurios en una melancólica canción que se ha hecho viral

Imagen del videoclip creado por Hannah Jacobs para el tema de Fenn Rosenthal

Felipe G. Gil

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“La desesperación tiene grados ascendentes. De la postración se viaja a la aflicción y de la aflicción a la melancolía. La melancolía es un crepúsculo. El sufrimiento se derrite en una sombría alegría. La melancolía es la felicidad de estar triste”. En 1866 la sociedad tenía a Víctor Hugo, que firma esta cita. En 2020 tenemos tantos medios expresivos a nuestro alcance que las posibilidades de producir alegrías tristes se multiplican.

Lo sorprendente es que Fenn Rosenthal lo haya conseguido con tan solo 3 años y la ayuda de su padre el músico Tom Rosenthal. Señoras y señores, preparen los pañuelos, porque esta canción de tan solo 60 segundos os hará reír y llorar a la vez. Tal y como explicara Víctor Hugo al definir los crepusculares sentimientos que se producen al experimentar la melancolía.

Lo sorprendente es que Fenn Rosenthal lo haya conseguido con tan solo 3 años. Su padre, Tom Rosenthal, es un músico británico de de 33 años que explicaba en Mashable que sus dos hijas suelen entrar a su estudio cuando están un poco aburridas. “Se les ocurre la letra y, a menudo, la melodía. Simplemente las guío para componer una canción completa”.

Tal y como ha sucedido en esta ocasión y explicaba él en su Instagram: “Mi hija pequeña ha compuesto su primera canción en solitario hoy. Se llama ‘Dinosaurios enamorados’ y es una bastante triste. Ella creó todas las palabras por sí misma y yo solo puse la música”.

Las redes suelen amar lo que se considera adorable . Lo curioso del contenido cute por excelencia es que suele tratarse de niños pequeños haciendo algo que nos empuja a abrazarlos a ellos o a otros seres humanos mientras emitimos un sonoro y paternalista “oooooooh”. La canción de Fenn Rosenthal no produce una simple carantoña. Pega un pellizco fuerte.

En un solo minuto se condensa todo: amor y tragedia, amistad y drama. Esa combinación va más allá de lo superficialmente encantador. Y tiene una potencia creativa desbordante. De hecho, fue lo que llevó a ilustradora Hannah Jacobs y a su equipo artístico a crear un videoclip animado para una canción que hasta el momento no contaba con imágenes.

“Normalmente le pregunto sobre qué quiere hacer una canción y esta vez fueron dinosaurios”, explicaba Tom Rosenthal que también se sorprendió de la difusión: “fue una sorpresa que se volviera viral. Nunca esperas estas cosas. ¡Es bonito hacer que el día de algunas personas sea un poco mejor!” aunque reconoce que la artista no es consciente del impacto: “ella sabe contar hasta 17...o sea que no creo que entienda la idea de que millones han visto la canción!”. Pero más allá de las visualizaciones, el vídeo ha generado todo tipo de versiones. Como la versión en violín. O la de Jimmy Fallon.

Las reacciones al vídeo demuestran que efectivamente la canción de Fenn Rosenthal y su padre toca las teclas para conectar con algunos sentimientos profundos. Como el usuario de Twitter que recordaba el triste dibujo en el que una mamá dinosaurio le dice a su hija dinosaurio: “Cierra los ojos y cuenta hasta 30. Tal y como hacemos cuando jugamos al escondite”. U otro que dijo: “el final me ha golpeado como si fuera un meteorito”. La musicóloga Nicola Dibben  declaraba para BBC a propósito de la canción: “Habla de algunas cosas muy profundas, o al menos hace que la gente piense en esas cosas. Es por eso que conmueve tanto”. Toda una pista para pensar si nos convendría repensar el adultocentrismo de nuestras sociedades y pensar en niñas y niños como sujetos de derecho.

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