UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Con sus propias manos: Los habitantes de Kafr Malik se abren camino entre cierres y asedios
Desde el 7 de octubre de 2023, los desplazamientos diarios de los habitantes de Kafr Malik, un pueblo situado al noreste de Ramala, se han convertido en un viaje marcado por el sufrimiento y la incertidumbre. Después de que las fuerzas israelíes cerraran la carretera principal de acceso a la aldea, sus aproximadamente 4.000 habitantes se encontraron aislados de las comunidades circundantes, incluso de su aldea vecina más cercana, Deir Jarir. Para llegar a la ciudad hay que dar largos y tortuosos rodeos.
Sund Jama'at, taxista público de la ruta Ramallah-Kafr Malik, resume el cambio en la vida cotidiana: “Antes tardábamos 30 minutos en llegar a Ramala. Ahora tardamos una hora o más, a veces dos”.
Explica que la ruta habitual pasaba por Al-Bireh, Beitin, Ein Yabrud, Silwad y Deir Jarir antes de llegar a Kafr Malik... pero desde el 7 de octubre de 2023 permanece cerrada.
“La gente no se rindió. En su lugar, empezamos a construir una carretera a través de Al-Mazra'a Ash-Sharqiya”, afirma Jama'at. Aunque aún está en obras, la nueva ruta ya ha ahorrado un tiempo considerable a los viajeros.
Los conductores de transporte público de Cisjordania sufren un duro golpe. Los precios del combustible suben, los desvíos por carretera son más largos y el número de pasajeros ha descendido drásticamente. “Antes hacíamos cinco viajes de ida y vuelta al día. Ahora apenas hacemos uno o dos”, dice Jama'at.
Los costes de transporte de los pasajeros también han subido: el billete ha pasado de 22 a 30 shekels. Muchos trabajadores ya no pueden permitirse desplazarse, especialmente los afectados por la paralización del empleo en Israel, los retrasos salariales en el sector público o el colapso económico tras la retención de los ingresos fiscales palestinos por parte de Israel.
“Sólo queremos que la vida vuelva a la normalidad, o incluso a como era antes”, añade. “Estas condiciones son insoportables. Los cierres siguen aumentando, y a menudo nos vemos obligados a conducir por carreteras de tierra sin asfaltar.”
La carretera de la dignidad
Pero como explica el jefe del consejo del pueblo, Najeh Rustum: “Cuando la ocupación cerró las carreteras, abrimos una con nuestras propias manos”. Esto es exactamente lo que hicieron los habitantes de Kafr Malik. En lugar de rendirse al aislamiento, lanzaron una campaña popular de recaudación de fondos y reunieron más de un millón de shekels para abrir una carretera alternativa que uniera su pueblo con el cercano de Al-Mazra'a Ash-Sharqiya, abriendo así una vía vital frente al asedio.
A pesar de las terribles condiciones económicas de Cisjordania, los residentes de Kafr Malik consiguieron recaudar más de un millón de shekels israelíes (unos 250.000 euros) enteramente mediante contribuciones locales. El esfuerzo atrajo el apoyo no sólo del pueblo, sino también de palestinos residentes en el extranjero, e incluso de pueblos vecinos.
“Algunas personas donaron sólo 100 . Otros se endeudaron para contribuir”, dice Rustum. Subraya que el proyecto no recibió apoyo institucional ni de donantes, sino que fue totalmente impulsado por la comunidad.
Las obras siguen en marcha: excavación, nivelación y, en breve, pavimentación e iluminación. Se firmaron contratos formales y las obras avanzan a pesar de los numerosos obstáculos. Majdi Hamayel, residente en Kafr Malik, habla de una poderosa respuesta de la comunidad: “No hay un solo hogar en Kafr Malik que no haya contribuido, ya sea con dinero, equipos o materiales de construcción”. Los palestinos en el extranjero también desempeñaron un papel vital, enviando lo que podían a pesar de estar lejos de casa.
La nueva carretera supone un alivio económico y psicológico para el pueblo. “La gente ya lo está pasando mal. El salario mínimo en Cisjordania es de 1.880 shekels, y muchos trabajadores gastan más de 900 shekels al mes sólo en transporte. ¿Qué les queda para vivir?”.
Incluso llegar a Deir Jarir -a sólo dos kilómetros- lleva ahora entre 20 y 30 minutos debido a los desvíos forzososUna de las historias recientes más dolorosas del pueblo subraya la urgencia del proyecto de la carretera. Ammar Hamayel, un muchacho de 14 años, murió por disparos de soldados israelíes cuando intentaba cruzar una de las carreteras cercanas a la aldea.
“Decidimos bautizar la nueva carretera con el nombre de Ammar”, explica Rustum. “Para que su memoria siga viva entre nosotros, para que nunca olvidemos lo que hemos perdido”. En Kafr Malik, como en muchas aldeas palestinas, el simple hecho de caminar por una carretera puede costarle la vida a un niño.
Hamayel, sin embargo, advierte de una amenaza inminente: “Sólo espero que los militares israelíes no cierren esta nueva carretera con otra puerta, como han hecho antes. Todas las carreteras de Cisjordania están ahora sujetas a cierre”.
Kafr Malik: Una aldea que forja la esperanza
La historia de Kafr Malik no es sólo la de una carretera excavada a mano: es la de la resistencia de las bases frente al aislamiento. Se trata de familias que se unen y se niegan a desaparecer. Es sobre la vida que insiste en seguir adelante, incluso bajo asedio.
Puede que la ocupación haya cerrado las carreteras, pero los habitantes de Kafr Malik abrieron un nuevo camino. Con tierra, piedra, sacrificio... y dignidad.
Sobre este blog
UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
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