Mucho más que la “pequeña Mykonos”: el bonito pueblo andaluz con aguas cristalinas y un entorno volcánico

La Isleta del Moro es una pedanía del municipio de Níjar, situada en la costa oriental de la provincia de Almería. Se integra dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, un espacio protegido de alto valor ecológico reconocido como reserva de la biosfera por la UNESCO. Localizada a unos 40 kilómetros de la capital provincial, cuenta con una población estable de unas 170 personas, aunque en los meses de verano esa cifra puede duplicarse con la llegada de visitantes y residentes estacionales.

El origen del nombre se remonta a la época en la que este enclave sirvió de refugio a piratas berberiscos. Fue el caudillo Mohamed Arráez quien bautizó el asentamiento en referencia al islote que se encuentra frente a su costa. La localidad ha mantenido una vinculación directa con la pesca artesanal, actividad que ha configurado su estructura urbana: casas blancas, calles estrechas y un pequeño puerto como centro de la vida local.

En los últimos años, se ha popularizado la comparación con Mykonos por el aspecto del núcleo y la claridad de sus aguas, aunque su valor como destino turístico se basa en otros elementos. Su baja densidad urbana, su acceso directo a playas naturales y su entorno bien conservado la convierten en un enclave atractivo para quienes buscan senderismo costero, buceo, descanso y contacto con el paisaje del parque.

Playas y actividades marinas

La playa del Peñón Blanco es uno de los principales atractivos de La Isleta del Moro. Se sitúa a escasos metros del núcleo urbano y está delimitada por una gran roca blanca que da nombre al lugar. Tiene una longitud aproximada de 400 metros, arena clara y fondo marino de poca profundidad, lo que facilita el baño y el acceso al mar incluso para quienes no están habituados a zonas rocosas. Su orientación y su acceso directo desde el centro del pueblo la convierten en un punto de visita frecuente para residentes y viajeros durante todo el año.

A unos dos kilómetros, y dentro del mismo parque natural, se encuentra la Cala de los Toros. De acceso exclusivamente a pie, esta pequeña ensenada está rodeada por formaciones volcánicas y vegetación autóctona. No dispone de servicios ni equipamientos, lo que favorece un entorno más aislado. Su escasa ocupación la hace adecuada para quienes buscan mayor tranquilidad. Aunque no cuenta con señalización turística directa, es posible llegar desde La Isleta a través de caminos naturales que bordean el litoral.

En el ámbito de las actividades náuticas, La Isleta del Moro es conocida por su oferta de submarinismo y snorkel. Las aguas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar presentan una elevada transparencia y albergan praderas de posidonia, cuevas sumergidas y formaciones rocosas que atraen a aficionados al buceo. En el pueblo operan centros que organizan inmersiones para distintos niveles de experiencia, así como rutas guiadas de snorkel. Las salidas se desarrollan dentro de zonas autorizadas y controladas, en cumplimiento de la normativa ambiental del parque.

Entorno volcánico y geografía del parque

El paisaje que rodea a La Isleta del Moro está marcado por su origen volcánico. Uno de los elementos geográficos más destacados es el Cerro de los Frailes, una formación montañosa de 493 metros de altitud situada al oeste del núcleo. Se trata del punto más elevado del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y su silueta, visible desde buena parte del litoral, configura el fondo escénico de La Isleta.

El cerro, que debe su nombre a la semejanza de sus dos picos con figuras encapuchadas, forma parte del antiguo complejo volcánico de Cabo de Gata, que se extinguió hace millones de años. La zona está incluida dentro de la red de protección ambiental del parque y presenta una vegetación adaptada a suelos áridos. Las laderas ofrecen vistas del litoral y del interior de la comarca de Níjar, y en días despejados se puede observar buena parte del golfo de Almería.

Con una ubicación estratégica dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, La Isleta del Moro combina acceso directo a espacios marinos bien conservados con un entorno terrestre de alto valor paisajístico. La presencia de elementos como el Cerro de los Frailes, sus playas de aguas transparentes y su escala reducida permiten una experiencia basada en la cercanía, la tranquilidad y el contacto con un paisaje protegido.