Firgas
El pueblo más pequeño de Gran Canaria famoso por sus bosques de laurisilva, sus barrancos y sus aguas curativas
Conocido como 'la villa del agua', Firgas es un pueblo muy pintoresco del norte de Gran Canaria. Muy conocido en todo el Archipiélago por sus manantiales y fuentes ricas en agua mineral. A pesar de no tener salida al mar, y ser el municipio más pequeño de la 'isla redonda', Firgas destaca por su cuidado casco histórico, con sus casas típicas y sus calles empedradas, y por sus tradiciones arquitectónicas y etnográficas.
Si alguna vez has vivido en Gran Canaria, tienes amigos o conocidos o la has visitado durante varios días, es más que probable que hayas probado su agua con gas Firgas, “el agüita de toda la vida”, como dice un famoso eslogan muy repetido en la isla. “Por su clima tonificante, su agua mineral efervescente, más agradable que cualquier otra que jamás haya bebido y la exquisita belleza (...) estoy casi segura que le aguardan días de prosperidad a este paraje tan popular de las tierras altas”, dejó escrito a finales del siglo XIX sobre Firgas la inglesa Olivia Stone tras su viaje a la isla.
Pero además de beber su agua, si vas a Firgas no puedes dejar de pasear por el Paseo de Gran Canaria, admirar el Océano Aatlántico desde el Mirador de la Pila, visitar la Iglesia de San Roque (del siglo XVI) o el Molino de Gofio, uno de los más antiguos de todo el Archipiélago.
Si te encuentras en Las Palmas de Gran Canaria, capital de la isla, la distancia a Firgas es de 25 kilómetros, una media hora en coche y una hora aproximadamente si viajas en autobús. En autobús, “es posible tomar las guaguas (autobuses) número 204 cuyo trayecto finaliza en Firgas o alguna de las que se dirigen a Arucas (números 205, 206 y 210) y desde este municipio coger la guagua número 211 hasta Firgas”, explican en la web de Turismo de Gran Canaria.
A unos 465 metros sobre el nivel del mar, Firgas está atravesada por multitud de barrancos repletos de una rica vegetación por descubrir. Pero antes de zambullirte en su entorno más salvaje, te contamos qué no puedes perderte en el municipio más pequeño de la isla.
El Paseo de Gran Canaria y de Canaria
Se encuentra en su casco histórico, sobre la antigua calle Real del Centro. En la pendiente sobre la que transcurren se ha construido en piedra de cantería una bonita cascada artificial de 30 metros de altura. En uno de los lados del paseo encontramos los 21 escudos heráldicos de los municipios de la isla. Y en el suelo se han dibujado las siete islas canarias, con sus escudos y algún paisaje que les representa.
La Casa de la Cultura
Este edificio es uno de los más tradicionales del municipio. Se construyó en 1870 y albergó la antigua fonda en la que se hospedaban los usuarios de los Baños de Azuaje (con aguas medicinales y habilitados como tal en 1868). Más tarde fue la sede del Ayuntamiento, y luego la escuela pública. Actualmente, acoge la Biblioteca Municipal, un salón de actos y una sala de exposiciones.
La construcción es de estilo neo canario, con sus balcones de madera de pino de la isla, fachadas en blanco rematadas por piedras de cantera de tonos azulado y un patio interior.
La Plaza y la Iglesia de San Roque
Es otro de los puntos neurálgicos del casco histórico de Firgas. Desde esta plaza -donde se levanta el monumento a San Juan de Ortega, uno de los más venerados en el municipio- se puede disfrutar de una de las vistas más emblemáticas del Norte de Gran Canaria y en días claros, se pueden llegar a vislumbrar en el horizonte, las islas de Fuerteventura y Tenerife.
La Iglesia de San Roque se levantó en 1845, sobre las ruinas de la antigua ermita de San Juan de Ortega, que databa de 1502 y de la que solo se mantiene una fachada.
La Acequia Real y el Molino
La Antigua Acequia Real se recuperó en un proyecto que culminó en 2009. La acequia pasa paralela por el barranco de Las Madres hasta Firgas y desde allí, hasta la vecina Arucas, famosa por albergar una de las destilerías de ron más antiguas de España, fundada en 1884. En el recorrido de la acequia encontramos estanques, lavaderos, galerías o molinos, como el Molino del Agua de Firgas o Molino del Conde, considerado uno de los más antiguos del Archipiélago.
Este molino se construyó en 1512 y se mantuvo durante cuatro siglos en funcionamiento. Hasta que en 1959, a causa de una gran sequía, tuvo que dejar de dar vueltas. Gracias a su restauración, actualmente sigue en funcionamiento y es posible visitarlo y apreciar cómo se molía el millo (maíz) tostado para producir gofio, un alimento presente en todas las casas canarias. En 2007 el molino fue declarado Bien de Interés Cultural.
Barrancos y miradores en la Selva de Doramas
La mayor parte de Firgas se encuentra enclavada en lo que se conoció antiguamente como la Selva de Doramas (guerrero aborigen canario), una zona de exuberantes bosques de laurisilva. Actualmente solo queda un 1% de lo que fue. En lo que es hoy en día la Reserva Especial Natural del Azuaje -con 61,1 hectáreas sin poblar- encontramos el Parque Rural de Doramas y los barrancos del Azuaje, con caudal de agua durante todo el año, o el de Las Madres y Guadalupe. En sus tierras crecía antiguamente otro de los productos estrella de la gastronomía canaria y uno de los ingredientes principales de sus potajes, los berros, que ahora se cultivan en terrazas esculpidas en pequeños estanques de agua conocidos como las berreras.
Los barrancos de Firgas son ideales para hacer rutas de senderismo y aprovechar para descansar y relajarse en plena tranquilidad y los sonidos envolventes de la naturaleza. En el del Azuaje, además, se encontraba el principal balneario de Firgas, que lleva el mismo nombre que el barranco y que destacaba por sus aguas minero medicinales muy ricas en hierro aunque en la actualidad el edificio se encuentra en ruinas.
En cuanto a los miradores, hay uno a 300 metros del casco histórico, el de Las Madres, desde donde se puede apreciar una vista de los barrancos de Las Madres, Guadalupe y el Aguaje, y el de las Pellas, situado en la carretera que conduce de Firgas a Teror y desde el que se puede disfrutar de una panorámica de la Selva de Doramas.
Si viajas a la zona y has decidido hacer alguna excursión a pie o en bicileta, se han diseñado 6 rutas circulares con llegada y salida desde la Plaza de San Roque, y que se encuentran perfectamente señalizados y diferenciados por colores.
0