Bruselas gastro: las delicias más típicas que saborear en tu viaje a la capital de Europa

Mejillones y patatas fritas, básicos en todo viaje a Bruselas.

Roberto Ruiz

Bruselas tiene nombre de capital. Es la capital de Bélgica y también es considerada la capital de la Unión Europea. Pero sin embargo no suele destacar precisamente como una capital gastronómica de renombre. Y aunque puedes encontrar reconocidos restaurantes de alta cocina, quizá tu concepto de felicidad se parezca más a dar un paseo para conocer el Manneken Pis con un cartucho de patatas fritas en la mano, acercarte al Atomium mientras te tomas un gofre o a sentarte relajadamente en la Grand Place a degustar unos sencillos, pero exquisitos, mejillones.

Bruselas es el paraíso de los amantes de la cerveza y también de los fanáticos del chocolate. Y aunque el máximo placer lo encontremos al beber y al comer, Bruselas da la oportunidad de ir un paso más allá gracias a numerosos museos o interesantes visitas guiadas que te pueden introducir en su gastronomía. Por lo que si quieres disfrutar Bruselas desde el estómago, aquí tienes unas cuantas claves que te ayudarán a comértela a bocados.

Patatas fritas, mejillones y más patatas fritas

Si quieres comer algo típico en Bruselas no vayas pensando en un plato elaborado herencia de una receta ancestral, porque con un buen cartucho de patatas fritas tendrás más que suficiente. Te parecerá simple, pero cuando paseas por la ciudad mientras que te vas comiendo una tras otra se convertirán en un sencillo manjar, y entonces entenderás la razón de su fama. Siempre tienen el punto de fritura perfecto y lo más común es acompañarlas de alguna salsa. Hay sitios con más de 30 salsas distintas. Y fíjate si serán importantes para Bruselas que tienen su propio museo: el Home Frit’Home

Si lo que buscas es ser capaz de elegir uno de los platos más típicos de Bruselas en la carta de un restaurante entonces tampoco hay duda, lo que tú quieres es una buena fuente de mejillones. Los moules se pueden preparar de muchas formas. Los puedes encontrar guisados, gratinados o con salsas, pero la forma más tradicional es tomarlos al vapor con vino blanco y apio. ¿Imaginas el mejor acompañamiento posible para estos mejillones? Exacto: patatas fritas. 

La imprescindible cerveza

Bélgica es un país de cerveza. Se dice que al menos hay tantas como municipios, porque cada uno tiene la suya propia, aunque seguramente haya muchas más. La cerveza es toda una cultura y figura en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, por lo que aquí, más allá de una bebida refrescante, tomarse una cerveza es sumergirse en una tradición centenaria de alambiques que dan el punto justo de amargor y sabor. No es ya solo un vínculo de conexión social, sino que aquí encontrarás algunas de las mejores cervecerías del mundo e incluso festivales dedicados a la cerveza, como el Belgian Beer Weekend, que se celebra el primer fin de semana de septiembre, o el BXLBeerFest.

Beber y probar siempre está bien, incluso encontrarás lugares donde hacer catas, pero para saber más sobre su elaboración, su tradición y sus sabores la mejor opción es hacer una visita a alguna de las fábricas de cerveza que se encuentran en Bruselas o a algún museo de la cerveza, como el Musée Schaerbeekois de la Bière o la Brasserie Cantillon, la fábrica de cervezas más antigua de Bruselas. Para ir un paso más allá y sumergirte literalmente en cerveza siempre tienes el Good Beer Spa, donde darte un baño relajante en cerveza mientras, evidentemente, bebes cerveza. 

Chocolate, cómo no, pero también gofres

Llegamos a un tema delicado, porque en Bruselas el chocolate es todo un arte. Lo verás por todos lados y su aroma te perseguirá mientras recorres calles y plazas, hasta que no puedas más y te dejes caer en la tentación. Lo mejor es que te propongas una ruta por algunos de los puntos chocolateros de la ciudad. Empezando por las Galerías Reales de Saint Hubert tienes Neuhaus, donde en 1912 se dio forma al primer praliné belga, y Mary Chocolatier, donde trabajan con hasta 70 variedades de chocolate. Cerca de la Grand Place tienes una parada obligatoria en los establecimientos de Galler y por supuesto el gigante Godiva, que exporta a más de 70 países. Si vas por Sablon puedes disfrutar de las creaciones de Pierre Marcolini. Y como no podía ser de otro modo, el chocolate también tiene sus museos: el Belgian Chocolate Village, junto a la basílica del Sagrado Corazón, y el Choco-Story, cerca de la Grand Place. Si te pica la curiosidad y quieres hacer tus propios bombones, puedes hacerlo en el taller del maestro artesano Laurent Gerbaud

Con permiso del chocolate, otro de los manjares dulces típicos de Bruselas es el gofre. Puedes verlos servidos de muy diversas formas, ya sea con azúcar glas, con chocolate o con nata, y lleva siendo un símbolo de la ciudad desde el siglo XVI. Seguro que habrás probado muchos gofres en tu vida, pero en Bruselas le tienen cogido el punto exacto entre lo crujiente y lo tierno, y sería un error no dejar un hueco para probar alguno, o varios. Si quieres tomarte uno en un sitio singular y especialmente bonito, puedes hacerlo bajo la cubierta acristalada de las Galerías Reales en Maison Dandoy

Un paseo para comer bien y rico, incluso con estrellas

Como seguro que en tus planes está pasear la ciudad de norte a sur y de este a oeste, te vendrá bien saber cuáles son las zonas más recomendables para probar su gastronomía. Aunque la Grand Place es el lugar más turístico de Bruselas puedes encontrar buenos restaurantes donde sentarte a comer, pero también La rue des Bouchers es un clásico que nunca falla. En Place Saint Gery puedes encontrar una oferta variada, mientras que la Place Sainte Catherine la especialidad de muchos restaurantes se centra en pescados y mariscos. Si quieres vivir una experiencia diferente, entonces quizá te gustará conocer Tram Experience y disfrutar de un menú de seis o siete platos a bordo de un tranvía completamente decorado como un moderno restaurante gourmet.

Si al llegar a este punto piensas que jamás habías probado unas patatas fritas tan ricas como las de Bruselas, pero que tu sibaritismo gourmet te pide algo más, entonces también estás en el lugar adecuado. La capital belga cuenta con un buen número de restaurantes reconocidos por el universo Michelin, y los hay incluso con dos estrellas, como La Villa Lorraine by Yves Mattagne. Por lo que si además quieres darte un capricho con la más alta cocina bruselense, también puedes.

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