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El resultado de la peatonalización en Sevilla o Málaga contradice las críticas del PP en Madrid

La Gran Vía de Madrid durante el corte de tráfico en el puente de diciembre.

Javier Ramajo

“La nueva sociabilidad instaurada por la peatonalización puede resultar sugerente, atractiva o, por el contrario, decepcionante o limitada”. Lo dijo en 2009 el Centro de Estudios Andaluces en un informe sobre los casos de Sevilla y Málaga, que sustituyeron calles ocupadas principalmente de vehículos por lugares con acceso preferente de peatones en determinazas zonas de sus centros históricos. Las decisones no estuvieron exentas de polémica, como la que ahora vive Madrid, pero el resultado, a la larga, ha parecido satisfacer a residentes, comerciantes y visitantes en estas capitales andaluzas.

El corte de tráfico que la Gran Vía de Madrid está viviendo desde hace unas fechas, el inicio para hacer más peatonal el centro de la capital de España, ya ha tenido críticas del PP desde antes de arrancar (las obras para ampliar las aceras y reducir los carriles comenzarán el próximo verano), acusando al gobierno de Manuela Carmena de “destrozar las navidades” y anunciando incluso medidas legales en su contra.

El PP de Sevilla también criticó duramente la profunda peatonalización del centro de la capital hispalense (San Fernando, Avenida, Plaza Nueva). El ahora ministro Zoido denunció insistentemente la remodelación planteada por el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín. Corría el año 2007 y el entonces candidato popular a la Alcaldía pedía a Monteseirín que frenara “la peatonalización salvaje” en el centro de Sevilla. Más tarde fue suavizando su mensaje hablando de hacer una “peatonalización flexible” y, ya como alcalde, apostó por “nuevas tendencias de peatonalización” en un centro histórico al que se pudiera “llegar y aparcar el vehículo, desplazándose después por el centro con otros medios”. Seguramente a Zoido ya no le importe que le atribuyan la peatonalización, como hace apenas unos días se aseguraba al difundir un tuit equivocado en el programa Más Vale Tarde de La Sexta:

La ciudad, con un tranvía que penetra hasta el corazón del centro, avanzó posteriormente hacia otros espacios peatonalizados (San Jacinto, Asunción), con similar descontento entre los populares, rodeados siempre de vecinos o representantes del comercio molestos con las obras que, con el tiempo, han mejorado sus números pese a que numerosos comercios no aguantaron y, con la crisis encima, tuvieron que echar el cierre. Ya pasó mucho antes con la peatonalización de las céntricas calles Tetuán y Velázquez, ejecutada en el mandato 1991-1995, con Alejandro Rojas-Marcos como alcalde en el primer gobierno municipal de coalición PA-PP. Aquella primera gran peatonalización cumple ahora 25 años.

Sacar los coches del centro de las ciudades es una tendencia cada vez más extendida en Europa. Restar espacios al automóvil como ocurre recientemente en Madrid es una estrategia generalizada en lugares como Londres, Hamburgo o Vitoria. En España, y más concretamente en Andalucía, aparte del caso de Sevilla, la peatonalización en 2002 de la calle del Marqués de Larios en Málaga y su entorno se tradujo en que los desplazamientos al centro por motivos comerciales pasaron del 19% al 33%, convirtiéndose en el principal objetivo para llegar hasta esa zona, según se destacaba en el referido informe del Centro de Estudios Andaluces.

El alcalde de Málaga, el popular Francisco de la Torre, impulsor ya entonces de la iniciativa, recordaba en el décimo aniversario de las obras cómo existían reticencias iniciales a este proyecto por parte de comerciantes y vecinos de la zona. El proceso de peatonalización, como ocurrió posteriormente en Sevilla, no se detuvo una vez consumada la intervención en la emblemática calle Larios, sino que saltó a otras calles y plazas. De hecho, en Málaga se está debatiendo en los últimos tiempos cómo se ha desarrollar la peatonalización de la Alameda Principal. El éxito de la peatonalización de Larios, al igual que la Avenida de la Constitución en Sevilla, deshizo los recelos y miedos a la eliminación de los coches del centro.

Pese a las críticas del PP en Madrid, los empresarios locales se han declarado a favor de la peatonalización permanente de Gran Vía. Según Madrid Foro Empresarial, no es lo mismo un el cierre al tráfico temporal como el que viven estas navidades que su peatonalización permanente. De hecho, los datos de peatonalización contradicen a Aguirre: el comercio se beneficia y la contaminación baja. Casos como los de Hamburgo, Sevilla, Málaga o Copenhague muestran que el volumen de negocio termina por crecer al permitir más tránsito de personas.

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