¿Catalunya es un país normal? Vaya pregunta si se formula fuera de contexto. ¿Qué es ser normal? todo lo contrario a ser diferente, peculiar, singular, y viene a decir, según la Real Academia de la Lengua, que normal es corriente, habitual, que no se sale de lo ordinario, que se considera razonable o de sentido común. Y, en consecuencia, que sirve para fijar normas.
Por tanto, partiendo de esta base, para el ideario de la entidad Òmnium Cultural, Catalunya ha dejado de ser singular, para convertirse en “normal”, aludiendo sin duda al seny catalá. Cuando mencionamos la palabra normal nos quedamos más tranquilos, porque entendemos que está dentro de un orden, que obedece a una situación controlada, sin riesgos y con una dinámica regulada. Trasmite seguridad. Así las cosas, es lógico que Òmnium haya escogido este eslogan, porque desea alejar el mensaje de una “sociedad en riesgo” de la que tanto ha hablado el PP en las últimas semanas. Riesgo de quedarse aislada, riesgo de no poder pagar las pensiones, riesgo de llevar a la debacle a toda España… riesgo.
El sociólogo alemán Ulrich Beck sabe sobre la sociedad del riesgo, que según él nos deriva hacia una nueva modernidad. Estamos sin duda en un proceso de nueva cultura política, donde los ciudadanos reclaman sus derechos desde muchas plataformas distintas, incidiendo en la política convencional, por eso, no es de extrañar que sea Òmnium quien encabece esta nueva campaña. No en vano, el Tripartito de la Generalitat catalogó a Òmnium como una entidad de utilidad pública. Muriel Casals, su actual presidenta, decía en un artículo de opinión publicado estos días que “somos un pueblo normal y aspiramos a tener un país normal”. Curiosamente no mencionó la palabra nación. Sin duda, se trasluce una necesidad de esquivar este término, porque lo que pretenden es convencer a los ciudadanos menos dispuestos a dar un sí a la independencia; por tanto, mejor ahuyentar el miedo y otra vez, el riesgo.
La campaña que empezó el sábado 26 de octubre contará con miles de voluntarios. Otra vez, tendríamos que hablar de los voluntarios, personas anónimas de todas las clases sociales, aunque mayoritariamente de la clase media, que dedican su tiempo libre a pedir sus derechos. Esta es la marea que está sustentando un nuevo estamento político. Mientras Rajoy ordena comisiones para estudiar o combatir el sentimiento nacionalista catalán, y los medios de comunicación se hacen eco de un enfrentamiento entre el gobierno del PP y la Generalitat, se abre una nueva vía que sólo desea ser normal. En el fondo se plantea que nunca podrá discutirse una cosa normal.
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