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El sector agroalimentario como uno de los desafíos que trae el cambio climático

Consecuencias del cambio climático

Francisca Bravo Miranda

El cambio climático es una situación que ya es innegable. Así lo recuerda Javier Santamarta, secretario del Consejo Asesor de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, quien explica que el último compromiso adoptado por el consejero Francisco Martínez Arroyo, que lidera la cartera de Medio Ambiente, intentará explicar y abordar los efectos del efecto sumidero en los distintos cultivos de Castilla-La Mancha.

El efecto sumidero se refiere a la capacidad de absorción de CO2 de los cultivos, no sólo de aquellos relacionados con la industria agroalimentaria sino también con las superficies forestales. Esto sería una suerte de situación opuesta al efecto invernadero, y es lo que se quiere estudiar a nivel regional. La idea es calcular la suma de los cultivos leñosos, como el olivar, el pistacho o el almendro con los agrícolas para estimar la capacidad de la región para absorber CO2.

“Los cálculos son muy complejos”, establece Santamarta, ya que existen diversos factores que lo condicionan además del tipo de árbol como la temperatura. El consejero trasladará este tipo de iniciativas próximamente ante la Comisión Europea en Bruselas, donde pedirá su implicación para transformar la región en “líder” en la lucha contra el cambio climático.

Los efectos del cambio climático en los cultivos de la región son “difíciles” de aventurar, pero si existe algo que parece más o menos claro. La producción cambiará en Castilla-La Mancha, ya que hay especies que podrán adaptarse mejor a los cambios de temperatura mientras que otros terminarán por desaparecer de la región. Entre los que se mantendrán, afirma Santamarta, se encuentra el pistacho que es “más resistente” al calor o las uvas, que tienen variantes que pueden adaptarse mejor a los cambios.

Por otro lado, sectores como el apícola se verán más afectados tal como han advertido ya los profesionales, por lo que se deberá compensar con el cultivo de otros como el de los olivos. Sin embargo, advierte, estas son previsiones con un carácter “más general” y que no se pueden adelantar con certeza. 

Lo que sí es certero, puntualiza el secretario del Consejo, es que las temperaturas han cambiando ya que el cambio climático está apoyado en evidencias científicas. “Ya sabemos que el dióxido de carbono está en 400 partes por millón, cuando en la época pre-industrial era de 280. Es necesario dar a conocer que estos datos están basados en la evidencia”, afirma Javier.

En el caso de Castilla-La Mancha, y el resto de las situadas en la cuenca mediterránea, el aumento de la temperatura ha alcanzado ya el grado y medio por encima del promedio histórico, lo que se ha manifestado en veranos más caalidos que se irán alargando cada año más. Ante esto, el compromiso de la consejería se traduce en el estudio que se llevará a cabo pero también en la actualización de una estrategia aprobada en 2011.

Se trata de la Estrategia regional de mitigación y adaptación frente al cambio climática, que se compone de unas 300 medidas que necesitan ser actualizadas. “En cinco o seis años lo que sabemos del cambio climático ha avanzado mucho y esto es a lo que nos tenemos que enfrentar”, señala Santamarta. El texto actualizado estará programado para el año que viene y contará con aproximadamente las mismas medidas.

La consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural participará en el próximo Congreso Nacional del Medio Ambiente con una 'sala dinámica' denominada Sector Agroalimentario y Cambio Climático en Castilla la Mancha. En ella participarán Francisco Martínez Arroyo, el exdirector de la oficina del cambio climático, Alfonso Rodríguez, así como diversos representantes del sector agroalimentario castellano-manchego.

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