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El motor y los frenos del coche 'inteligente', el transporte del futuro (que es ya una realidad)

Sin peligro al volante (Foto: Wikimedia Commons)

José Manuel Blanco

Google está trabajando en ello. La compañía del famoso buscador está desarrollando un prototipo de coche sin conductor, que ya nos han dejado ver en varias ocasiones. Con él, nosotros solo tenemos que montarnos y dejarnos llevar por una máquina que conoce las carreteras al dedillo. Si no te gusta ponerte delante del volante, es tu sueño hecho realidad. Sin embargo, a los fabricantes de vehículos y las aseguradoras quizás no les haga tanta gracia.

Todo parecen ventajas

En 2009, hubo en Estados Unidos 5,5 millones de accidentes de vehículos a motor, en los que murieron 33.808 personas y resultaron heridos otros 2,2 millones, de los cuales 240.000 personas fueron hospitalizadas. A este respecto, uno de los líderes del proyecto de coche 'inteligente' de Google, Sebastian Thrun, aseguró que su invento podría reducir en un 90 % las víctimas de este tipo de siniestros.

Los ingenieros de la 'gran G' ya han testado el prototipo en las carreteras de California, donde, como en Nevada, los coches autónomos ya están permitidos. Según las crónicas, recorrieron 300.000 millas sin causar ningún accidente. El coche autónomo de Google no sufrió ningún percance hasta que un conductor humano abolló el parachoques.

Los coches alimentan su 'inteligencia' gracias a sus propios compañeros. Conectados a internet, pueden recoger información de la 'nube', recopilada por sus 'colegas', como qué vías están en peor estado o si en alguna de ellas hay retenciones.

Además, estos vehículos pueden dar una alegría a nuestro bolsillo: obedecen todas las leyes de tráfico, según cuentan en ‘Driverless Cars – Trillions Are Up For Grabs’, una recopilación de artículos sobre este tipo coches sin conductor publicados en ‘Forbes’, por lo que las multas por exceso de velocidad u otras infracciones también deberían reducirse.

Si solo alquilamos el coche para momentos puntuales, los beneficios se incrementan: se podría compartir con varias personas (por ejemplo, con compañeros de trabajo), con el consiguiente descongestionamiento de las carreteras y de los aparcamientos. Como un taxi, el coche seguiría circulando cuando dejara a los pasajeros en su destino.

No todo son beneficios

Con la generalización del coche 'inteligente', mermarían los ingresos de fabricantes de coches y aseguradoras, así como los impuestos que recaudan los gobiernos: los vehículos duran más tiempo y el número de accidentes se reduce.

Los autores de ‘Driverless Cars’ calcularon para Estados Unidos un descenso de 600.000 millones de dólares en los ingresos por venta de coches y otros 200.000 millones en primas de seguros. En sus artículos, Chunka Mui y Paul B. Caroll advierten a las empresas que manejan estos negocios que se adapten a lo que para ellos es una revolución social y económica y que no repitan los errores de otras compañías, que no supieron ver a tiempo las innovaciones que se estaban produciendo en su campo:

“Los fabricantes de coches tienen que pensar en grande, comenzar de forma inteligente y aprender rápido, como está haciendo Google. Así es como deberían proceder”

Como ejemplo, recuerdan lo sucedido en el terreno de los móviles o el de la fotografía digital. Los fabricantes de coches no pueden llegar tarde a la moda 'inteligente', como pasó con Microsoft o Kodak.

No obstante, algunos fabricantes ya están tomando posiciones: Volvo es otra de las empresas que ya han desarrollado prototipos, y Ford ha anunciado el lanzamiento de un coche con una tecnología de dirección y frenado automáticos que impide colisionar con otros vehículos y peatones.

¿Estáis preparados para dejaros llevar por estas 'inteligentes' cuatro ruedas?

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