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Menos cuentos, es un crimen

Obama se reunió el martes con los líderes del Congreso.

Suso de Toro

Tener memoria es una carga pero es una carga necesaria para ser dueño de la propia vida y por eso para comprender el presente conviene ir de cuando en cuando a las hemerotecas. Las hemerotecas son una cosa que van siendo tragadas por el pasado, ese país sin tierra que nos persigue mordiéndonos los tobillos, pronto no habrá hemerotecas pero mientras las haya son un testimonio incómodo de lo que hicimos o pensamos en su momento. ¿Quién hará el trabajo de buscar lo que se dijo y se escribió de Obama hace unos pocos años cuando fue elegido presidente de su país? Parecía que hubiese sido elegido presidente del planeta.

En aquel momento escribir sobre el candidato recién elegido resultaba un verdadero compromiso pues los medios de comunicación que nos envuelven transmitían un entusiasmo y una expectativa previa que anulaba cualquier consideración crítica. Vivimos dentro de una esfera mediática llena de gas ideológico y el componente dominante de ese gas son los contenidos que expresan los intereses de EEUU, cuando alguien señala esa evidencia es señalado a su vez como “antinorteamericano”.

Hace un mes escribía aquí sobre esto mismo partiendo del papel criminal de la Administración norteamericana en el golpe de estado en Egipto, que causó tantas muertes y sin embargo ya está olvidado en los medios: todo volvió a la normalidad allí, sigue siendo un Estado alineado con la política norteamericana, saudí e israelí. Aunque sabíamos que la CIA estaba entrenando y armando a los combatientes contra el régimen sirio de Asad, como antes hicieron con los talibanes en Afganistán, no era de prever que Obama volviese a mostrar toda su desnudez tan rápidamente. Pero no se trata de la desnudez de un presidente concreto, una presidencia que sin duda tiene aspectos de mayor sensibilidad social que la precedente, sino de la evidencia de que gobierne quien gobierne, sea Bush o Obama, EEUU actuará como lo que es, una potencia imperialista agresiva con una economía en la que el componente militar es tan importante: su negocio es dominar el mundo. Y por eso Obama es el presidente de Guantánamo, del espionaje masivo, de la tolerancia a la crueldad israelí, de los golpes de estado o de los bombardeos previstos contra Siria “para salvar a los sirios”.

Con todo, en el tratamiento que se le da al tema en los medios echo en falta un mínimo de memoria. No digo que recuerden que EEUU desde el hundimiento del Maine siempre utilizó una disculpa para atacar a otros países, es un rasgo muy característico de su política. Se debería recordar al menos las mentiras urdidas para justificar el ataque a Irak: el bombardeo químico a los kurdos, con las armas químicas que le suministraron... los propios norteamericanos, o los vídeos falsos que supuestamente registraban cómo los soldados invasores mataban a los niños en las incubadoras de un hospital, avalado por una supuesta testigo, que resultó ser la hija del embajador kuwaití en EEUU. Ahora ocurre lo mismo con las armas químicas, pero eso lo sabemos todos aunque nos quieran hacer estúpidos. Pasará mucho tiempo hasta que sepamos si hubo o no uso de armas químicas y en ese caso quien las utilizó.

Por otro lado es injustificable que los medios de prensa no proporcionen a los lectores de prensa o público de radio y televisión una explicación sobre el origen del régimen de Asad. Bastaría decir que fue un régimen que nació en la estela del egipcio Nasser, regímenes creados por una generación de militares que derrocaron a los sátrapas impuestos por los colonizadores británicos y que se basaba en una doctrina nacionalista panárabe y laica. Ayudaría a comprender lo que ocurrió en Egipto tras la muerte de Nasser, lo que ocurrió en Irak y lo que ocurre ahora en Siria. No se trata de que aquellos gobernantes fuesen demócratas, lo eran tanto como los tiranuelos impuestos por las potencias colonialistas y por los mismos colonialistas, sino de que eran gobernantes contrarios a los intereses del colonialismo y del imperialismo.

Pero si los medios de comunicación que nos informan e intoxican proporcionasen esa información, dejarían de ser lo que son. El mundo no es simple, las ideologías que dividen el mundo en blanco y negro a priori no expresan la realidad, pero un crimen es un crimen y lo de Siria es otro crimen imperialista.

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