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Un aviso, un informe del promotor y una fuga taponada: así se justificó el agua para la macrourbanización junto a Doñana

Fachada del Ayuntamiento de Trebujena

Néstor Cenizo

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La Junta de Andalucía dio su visto bueno al polémico proyecto de macrourbanización frente a Doñana basándose en una estimación de consumo de agua que contradecía todos los datos anteriores. La novedosa estimación se recogía en un documento presentado sobre la bocina por el ayuntamiento, que lo había recibido previamente de la propia promotora. Fue realizado el 21 de diciembre de 2022, un día antes del cierre del plazo, y concluye que el consumo de agua en Trebujena es ahora muy inferior al que muestra la serie histórica. La reparación de una fuga muy relevante pero desconocida hasta mediados de noviembre, explicaría la reducción. Después de esa reparación, habría agua suficiente no solo para la macrourbanización, que contempla 300 nuevas viviendas, hotel y campo de golf, sino hasta para 1.219 nuevas viviendas previstas en el PGOU. 

Ese documento cambió tres años de negativas reiteradas por parte del Servicio de Planificación Hidrológica de la Junta de Andalucía, que había rechazado en tres ocasiones la petición del Ayuntamiento gobernado por IU. Hasta entonces, la Junta tenía claro que el consumo actual de Trebujena y el previsto superaba lo que contempla el Plan Hidrológico vigente. Pero tras recibir la memoria y otros documentos, el jefe de servicio de Planificación Hidrológica dio un giro de 180 grados. “Se informa la disponibilidad de recursos hídricos en los términos planteados”, dice en el informe del pasado 9 de marzo que acompaña a la Declaración Ambiental Unificada favorable.

Planificación Hidrológica concluyó que el consumo de Trebujena no era de 315 litros por persona y día (superior a la prevista, de 250 l/persona/día), como creía hasta entonces, sino de 215, un descenso suficiente para hacer hueco a la macrourbanización. La base de este reajuste son las mediciones del 16 de noviembre al 13 de diciembre, efectuadas a partir de la supuesta reparación de la tubería hasta que se presenta el informe. “No se dispone hasta el momento de un periodo amplio de consumo de agua que constate una reducción anual en el volumen de agua para abastecimiento”, admite Planificación Hidrológica. Sin embargo, acepta que la memoria técnica sirva para “extrapolar el consumo medido después de las actuaciones” (tras el 16 de noviembre: 27 días en total) a lo que Trebujena consumiría a lo largo de un año.

El informe de disponibilidad permitió a la Junta de Andalucía desbloquear el proyecto y dar su visto bueno con la Declaración Ambiental favorable, condicionada a lo que dijera la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que este viernes rechazó de plano el proyecto de forma contundente: no debe salir adelante porque está en zona inundable y no se dispone del agua que necesitaría. De salir adelante, Trebujena consumiría (con las previsiones más favorables que ahora acepta la Junta de Andalucía) casi un hectómetro cúbico cada año: 162.000 m3 para abastecimiento potable y otros 750.000 m3.

Tres negativas de 2019 a 2022

El rechazo de la CHG pone una losa casi imposible de levantar sobre un proyecto que había vuelto a enfrentar a la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, a cuenta del uso del agua en el entorno de Doñana.

En este caso, la Junta había sido estricta desde que recibió la primera solicitud, en 2019. Pero el giro de los servicios de planificación hidrológica de la Junta de Andalucía dio luz verde de un día para otro a un expediente de aguas que había recibido de forma constante informes negativos, tal y como consta en la documentación que este medio ha podido consultar.

La primera vez que el Servicio de Planificación Hidrológica recibió una solicitud fue en noviembre de 2019. Provenía del Ayuntamiento de Trebujena, y se rechazó porque ni siquiera incluía la “información mínima necesaria”. El 27 de julio de 2020, el Ayuntamiento remitió nueva información. A la vista de esos documentos, Planificación Hidrológica concluyó que tanto el consumo actual del municipio como el previsto para el horizonte 2033 superaba el máximo establecido por el Plan Hidrológico Vigente de la Demarcación. Así que le dijo al Ayuntamiento que debía ajustar sus consumos y documentarlo.

En mayo de 2021, el Ayuntamiento de Trebujena vuelve a la carga, aportando a la Junta de Andalucía una memoria técnica del propio promotor que pone en cuestión por “incoherentes” los datos públicos de consumo publicados por el Consorcio de Aguas, y que había aportado el propio Consistorio. El promotor dice que son incoherentes porque recogen una “alta variabilidad interanual” cuando la población de Trebujena se ha mantenido estable en los últimos diez años.

Pero para Planificación Hidrológica, sigue sin ser suficiente. En junio de 2022 vuelve a decirle al Ayuntamiento que los datos del Consorcio son “válidos” y coherentes con los de Planificación, de modo que no hay agua disponible. Aun así, en noviembre vuelve a dar un plazo al Ayuntamiento: si no quiere que la resolución definitiva sea desfavorable, en un mes debe presentarle documentación que acredite que ha reducido el consumo. En otras palabras, de que Trebujena no consume tanto como dicen los datos.

Una importante fuga desconocida, clave para que todo cambie

A partir de ese momento todo se acelera y el Ayuntamiento se aplica, lo que incluye taponar importantes fugas y elaborar los documentos precisos. Primero, encarga un informe que recopila las decenas de obras de mejora de la red de abastecimiento acometidas desde 2018 para reducir las fugas.

Con urgencia, el Ayuntamiento pide también un nuevo informe al Consorcio de Aguas, cuyo presidente es (desde marzo de 2022) el exalcalde también de IU Jorge Rodríguez, que en 2019 llegó a calificar el proyecto de macrourbanización como un “derecho histórico” de Trebujena para abrirse al turismo. En ese nuevo informe, el Consorcio informa de que desde el 16 de noviembre (es decir, 34 días antes de emitirlo) se ha observado en el contador de salida un “considerable descenso” del consumo en alta.

Por último, recibe la memoria, que sintetiza todo. El promotor ya había aportado una memoria técnica en abril de 2021, pero no había sido suficiente para la administración andaluza. En el caso de la memoria definitiva, no se aclara quién hace el encargo, pero el alcalde, Ramón Galán, confirma que la aportaron los promotores. Allí se constata un descenso progresivo del consumo de en torno al 30% de la media histórica debido a las reparaciones en la red, con una “media de diez actuaciones mensuales”.

¿Y el sorprendente bajón del 16 de noviembre? Se explica por la reparación de una “rotura muy importante en la red principal no detectada hasta la fecha”. Esa fuga tan relevante, pero desconocida hasta entonces, habría sido reparada entre el 14 y el 16 de noviembre de 2022. “Podemos decir que desde mediados de noviembre de 2022, Trebujena cumple con los criterios de consumo establecidos en el Plan Hidrológico”, concluye la memoria.

Los tres documentos (memoria, informe del Consorcio e informe sobre el estado de la red) se firman entre el 20 y el 21 de diciembre, apenas un par de días antes de que venza el plazo de un mes dado por la Junta. Era la documentación que justificaba al fin, y sobre la bocina, un descenso de los consumos en Trebujena suficiente para hacer hueco a nuevos desarrollos urbanísticos.

De este modo, el consumo pasó de los 315 litros/persona/día que estimaba el Consorcio (y, por tanto, la Junta de Andalucía) a 215,4, “valor real que justifica de manera clara que Trebujena actualmente consume agua por debajo del límite”, según la memoria del promotor en la que se basó finalmente la Junta de Andalucía para dar su visto bueno.

Los promotores recordaron los “importes abonados”

En el sprint final, el Ayuntamiento recibió la presión de los promotores, que no dudaron en remitir una carta dirigida al alcalde advirtiéndole de las posibles consecuencias de no poder proseguir con su proyecto. El 6 de diciembre, en nombre y representación de Costa Guadalquivir, Steven Becaus traslada su “preocupación” por los requerimientos de la Junta de Andalucía, y le recuerda que responder en tiempo es “crucial”. De lo contrario, la administración podría archivar el expediente, “con los consiguientes perjuicios para la compañía”.

“Desgraciadamente, constatamos que todo el proceso se ve comprometido por la falta de reacción del Ayuntamiento, a pesar de las frecuentes reuniones sobre este tema del abastecimiento del agua”, lamenta el promotor, que recuerda que “durante más de 15 años” han invertido en “propiedades, estudios y seguimiento” del proyecto, confiando en el compromiso del Ayuntamiento.

“Ello además de los importes abonados al Ayuntamiento en virtud de convenios”. En efecto, el proyecto de macrourbanización tiene su origen en un convenio suscrito en 2003 por Trebujena y Bernard Devos, quien se comprometió a pagar 5,5 millones (luego reducidos a 3,3) por la recalificación de los suelos. De todo eso, se habrían abonado ya 1,8 millones. El actual alcalde defiende que el Ayuntamiento ha cumplido su parte, de modo que no tendría que devolverlos si el proyecto se frustrara definitivamente.

La decisión de la Junta de Andalucía no solo se tomó teniendo en cuenta unos datos de consumo inferiores a los de la serie histórica, sino contemplando el suministro global recogido en el Plan Hidrológico 2009-2015. Es decir, basado en datos anteriores a 2009, que no tienen en cuenta los efectos del cambio climático y la escasez actual de agua en el entorno. Tal y como desveló este medio, la Comisión Europea ha expedientado a Andalucía por no actualizar el plan hidrológico. El Consejo de Gobierno andaluz aprobó finalmente los planes hidrológicos actualizados de sus cuencas el mes pasado, pero no son firmes hasta que los valide el Consejo Nacional del Agua, dependiente del Gobierno central. 

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