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Catálogo de Ikea: instrucciones de montaje
El PP ha consultado su particular oráculo de Delfos, llamado en nuestro tiempo el CIS, y le ha dado que el malvado socialismo será superado por Unidos Podemos tanto en votos como en escaños, como conviene a España, ya que un PSOE debilitado podría permitir que Rajoy siguiera gobernando tras el 26-J. El Centro de Investigaciones Patrióticas se une así a la pléyade de augures que atacan sin piedad a Pedro Sánchez, asediado por todos los partidos políticos, la Brunete mediática, los empresarios, sus propios barones y hasta por algunos jueces, que no han encontrado otro momento más cercano a las elecciones para hablar de Chaves y Griñán y no de Aguirre, Camps, Granados, Cotino, Bárcenas y el jefe de todos ellos, el mismísimo capo di tutti capi, Mariano Rajoy.
Tenemos por delante, por lo tanto, una quincena que más que una campaña electoral será la batalla de las Termópilas, con nuestro sufrido Pedro emulando a Leónidas, que cuerpo tiene para ello, rodeado de un sinfín de enemigos ávidos de sangre y respondiendo así a la amenaza de que sus flechas pueden ocultar el sol: “Mejor, así combatiré a la sombra”. Chulo que es él.
Entre los atacantes más feroces están los nuevos españolazos, los líderes de Podemos, que han superado -otra vez- el propio lenguaje popular, ya que se han convertido en patriotas plurinacionales, que ya solo les falta acomodar términos como obreros rentistas, empresarios proletarios o estalinistas socialdemócratas.
Y perdonen lo de socialdemócratas, que a lo mejor me quedo corto, ya que escribo esto un jueves, y para cuando ustedes lo lean el sábado a lo mejor ya son socialcristianos o cristianodemócratas, que no me extrañaría nada, sobre todo después de la compresión que siente Iglesias por su homónima la Iglesia católica y su Papa Francisco.
Que conste que no me parece mal que Unidos Podemos mute de apariencia para pescar en río revuelto, que eso lo hace hasta el PP.
Hablando de cuentos, es normal que el lobo se disfrace de cordero para llevarse algún corderito a las fauces, sobre todo si es un cordero disfrazado de cordero, como Pedro Sánchez. Ya saben como acaba el cuento de Pedro y el lobo. Más meritorio para Podemos sería que intentase acabar con el depredador más feroz, Mariano Rajoy, que es un lobo disfrazado de ornitorrinco, de pellejo duro y veneno en las patas. Vistas sus apetencias y sus aptitudes, al final, el nuevo líder patriótico de las sonrisas, más que un lobo me parece un zorro. Concretamente, un zorrillo tagarnillero, que hácese el muerto para mejor asir la presa.
Catálogo sin instrucciones
Y como no podía ser de otra manera, tanto montaje sólo podía conducir a que el programa electoral podemita fuera una exacta copia del catálogo de Ikea, que no es mala idea, salvo lo de pagar dos euros por cada ejemplar, que los del PP te los dan gratis y encima te invitan a un bocadillo de ruedas de molino.
Eso sí, deberían adjuntar un detallado manual de instrucciones de uso, no vaya a pasar como con el catálogo original, que te compras presuntamente una estantería para libros y te sale una cajonera para el compost. Y si hay reclamaciones se hacen los suecos, y nunca mejor dicho. Un aviso: si alguien está tentado de adquirir la mercancía, deberá procurar ir comido de casa, a no ser que te pirren las albóndigas de caballo o de burro, que sobre gustos no hay nada escrito. Cuidado con el canibalismo.
Por todo lo expuesto, creo que los compañeros ahora socialdemócratas, y antes comunistas, troskistas y siempre transversales, se equivocan al copiar el catálogo de Ikea, que más propio hubiera sido remedar el de Juguetilandia, sobre todo el capítulo referido a los caballitos y demás equinos.
Volviendo al principio, tengan cuidado con lo que eligen, porque como dijo el troyano Lacoonte, y con razón, “temo a los griegos, incluso cuando traen regalos”. Que nos cuelan bajo mano un caballete joven con las crines al viento y acabamos gobernados a coces por un mulo maduro.