Europa helps

“El Parlamento Europeo no es el adecuado, la decisión de activar medidas contra Polonia y Hungría, artículo 7 del Tratado de la Unión Europea –contra el ataque a los jueces y el peligro para los valores europeos y el Estado de derecho– corresponde a la Comisión y el Consejo”. Esta fue la justificación –dieron argumentos más inexplicables si cabe– dada por el PP, con González Pons a la cabeza, tras haberse desmarcado de sus socios naturales en Europa, el Partido Popular Europeo, votando a favor de los regímenes ultras antieuropeos de Polonia y Hungría.

Sin embargo, a pesar de que dijeran esto para justificarse, es decir, la no idoneidad del Parlamento Europeo, los tristes tercios del PP han hecho un ridículo impropio de un partido de Estado utilizando el Parlamento Europeo, que ahora considera adecuado, para llevar a debate la amnistía non nata, para airear su oposición, dicen, a los valores europeos y la independencia de los jueces.

En aquella sesión de 2020, donde el PP se alineó con los ultras polacos y húngaros, se debatió y sancionó el deterioro del Estado de derecho por estados de derechas, también se habló de la renovación pendiente del CGPJ y se pusieron sobre la mesa las inquietudes de la Comisión Europea, Comisión de Venecia, Consejo de Europa…sobre la situación de la justicia en el Estado español.

Sí, independencia, independencia judicial. Lo dice, afirma y suscribe el partido que se jactaba de que la Fiscalía afine asuntos de ellos, el que presumía de controlar la Sala Segunda del Tribunal Supremo por la puerta trasera, el mismo partido que tiene bloqueado, en unos días hará cinco años, el órgano de gobierno de los jueces españoles, el CGPJ. En claro deterioro del orden constitucional, con el apoyo de insurrectos que atacan sin descanso ni decoro el poder legislativo y el ejecutivo.

Didier Reynders, comisario de Justicia, ha querido no golpear demasiado, trato de amigo, pero, aún así, dejó claro que la cuestión planteada es interna. Y todo bajo un infantil 'Help Spain'

El papelón de los presentes en el hemiciclo de Estrasburgo es para no enseñarlo mucho. Un miniparlamentarismo de menor cuantía, o excursionismo parlamentario, como quieran. En realidad un ridículo sin fronteras de los erasmus populares, por parte de una derecha española que está desquiciada.

Además, comprometiendo la reputación de las instituciones europeas. Ha sido el Parlamento Europeo la sede obligada de un esperpento sin par; de camino, el PP ha arrastrado al amigo Didier. Didier Reynders, comisario de Justicia, ha querido no golpear demasiado, trato de amigo, pero, aún así, dejó claro que la cuestión planteada es interna. Y todo bajo un infantil Help Spain.

Por cierto, dentro de las astracanadas populares, al amigo Didier se le olvidó decir que la amnistía es una de las razones por las que un Estado se puede negar a entregar a un ciudadano, reclamado en virtud de una orden detención y entrega. Así lo establece la Decisión marco de 2002, de infausto vigor para algunos jueces españoles, una de las consecuencias prácticas de la creación del Espacio Judicial Europeo a continuación de la Cumbre de Tampere. Es decir, en el acervo europeo se contempla la amnistía, a pesar de las invectivas de la oposición conservadora e irritados. Esa Decisión marco fue aprobada y firmada durante la presidencia española por un ilocalizable en España M. Rajoy Brey.

El PP olvida que Mariano Rajoy amenazó con reconocer Palestina como Estado por el apoyo de Netanyahu al 'procés', como también que Tel Aviv declaró a Galicia enemiga de Israel

No está por brillar en Europa el PP. Ahora poniéndose a favor de Netanyahu tras las declaraciones del presidente de turno del Consejo de la Unión Europea, presidencia española, Pedro Sánchez. Feijóo no solo se sitúa de manera desleal contra una política de Estado, la exterior, sino contra la posición común de los 27 respecto a la situación actual de Gaza, la denuncia por los crímenes cometidos –el Papa habla de genocidio– y la reclamación de una solución justa de dos Estados.

Naturalmente, que al igual que olvida su papel apoyando el deterioro del Estado de derecho en Polonia y Hungría, el PP olvida que Mariano Rajoy amenazó con reconocer Palestina como Estado por el apoyo de Netanyahu al procés, como también que Tel Aviv declaró a Galicia enemiga de Israel, complicando diplomáticamente a España, y ello bajo la presidencia de Alberto Núñez Feijóo, tan olvidadizo como sus predecesores.

No es una historia muy remota, se puede leer en los mismos medios que hoy lo ocultan. En realidad siempre se ha mentido mucho; el PP se esmera, desde Fraga, una vez poco querido en Israel. El sabría por qué.