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¿Semana trágica?
Lo ocurrido en los últimos días con la violencia de género ha llevado a calificarlo como “semana trágica” por parte de responsables de la política, medios de comunicación y sociedad, conclusión que debe llevarnos a analizar las circunstancias que hacen posible ese posicionamiento común.
Si ha habido una “semana trágica” es porque un número suficiente de sus días han sido trágicos. Si esos días han sido trágicos se debe a que han ocurrido hechos que han merecido esa consideración, que en este caso han sido cinco homicidios por violencia de género, los de tres mujeres y dos niñas que, además, de una forma u otra habían puesto en conocimiento de las instituciones la violencia que sufrían por parte de sus parejas y padres.
Pero si se han producido esos homicidios por violencia de género es porque la realidad viene caracterizada por la violencia contra las mujeres, hasta el punto de que la Macroencuesta de 2011 concluyó que unas 600.000 mujeres la sufren al año, lo cual significa que cada día aproximadamente 1.600 mujeres son maltratadas. Si ese maltrato ocurre se debe a que hay hombres que maltratan a las mujeres en una cifra similar, es decir, unos 600.000 maltratadores que ejercen una violencia mantenida sobre sus parejas o exparejas.
Machismo social
Si 600.000 hombres maltratan al año y unos 60 asesinan sin que la sociedad responda de manera contundente -incluso considerando esta violencia como algo “normal” dentro de las relaciones de pareja, hasta el punto de que el 44% de las mujeres que la sufren no denuncian porque la violencia que viven “no es lo suficientemente grave” (Macroencuesta, 2015), situación que se traduce en que el 75-80% de los casos no se denuncien- es debido a la existencia de un machismo en la sociedad que oculta la violencia de género dentro de determinadas circunstancias.
Y si existe un machismo capaz de normalizar la violencia de género a pesar del drama que supone es porque hay una cultura patriarcal que los hombres han levantado a su imagen y semejanza para otorgarse una serie de beneficios y privilegios a costa de los derechos de las mujeres, incluso con el instrumento de la violencia de género a su disposición para someter, corregir y castigar desde la impunidad a las mujeres que no ocupen los espacios, tiempos, funciones y roles designados para ellas.
¿Semana trágica?
Según el diccionario de la RAE, “tragedia” es la “situación o suceso luctuoso y lamentable que afecta a personas o sociedad”. Está claro que han sido siete días terribles, pero ¿dónde está la tragedia? ¿En los homicidios que se cometen y se concentran en alguna semana debido a diferentes factores, desde el azar a la “imitación”, o en el machismo que maltrata a diario y camina hacia el homicidio de alguna de esas mujeres que sufren la violencia de género bajo una sociedad contemplativa y pasiva, para que luego haya semanas “trágicas”?
La tragedia de la sociedad está en el machismo, en ese machismo de cada día y en los machistas que golpean, acosan, abusan, violan y discriminan a las mujeres, para luego atacarlas con la palabra y hacerlas responsables de todos los males que afectan a los hombres, como vemos en las redes sociales cuando son ellos los que se presentan como víctimas de la realidad.
El machismo es cultura y parte con la credibilidad y la razón de su lado. Por eso es hábil en su estrategia, de manera que cuando los homicidios se separan en el tiempo parecen un problema menor, y cuando se concentran y presentan cargados con el drama del resultado los llama tragedia para apartarlos de la normalidad que los hace posible. Por eso, cuanto más tragedia se haga de la conducta machista, más fácil tendrá utilizar sus argumentos para integrar lo ocurrido dentro de la “normalidad”, no como algo aceptable, sino como excepcional. Es lo que ocurre cuando se dice de estos asesinos, como hemos visto estos días, que son “hombres normales”, “buenos padres”, “buenos amigos”… porque a partir de ahí afirmar que han matado porque “se les ha ido la cabeza”, o porque estaban “bajo los efectos del alcohol”, o por padecer algún “trastorno mental” resulta sencillo y, lo más triste, creíble para una gran parte de la sociedad que vive bajo las referencias de esa cultura patriarcal que cree las justificaciones de los asesinos, pero no la denuncia de las víctimas.
Sin cultura patriarcal no habría machismo, sin machismo no tendríamos cientos de miles de hombres que normalizan la violencia de género, sin esa normalidad de la violencia contra las mujeres no sería posible el maltrato que sufren cada día, sin ese maltrato diario no se llegaría a los homicidios por violencia machista, y sin esos homicidios y asesinatos no tendríamos “semanas trágicas” que lamentar.
La tragedia está en cada día, porque vivimos un machismo 24x7x365 que no cierra ni descansa.