Un informe realizado por APDHA, en colaboración con IPAZ-UGR, confirma lo que muchos sospechábamos: determinadas minorías étnicas sufren desproporcionalmente más identificaciones por la parte de la policía que la población mayoritaria.
¿Qué dicen las cifras siguiendo el estudio llevado a cabo en la estación de autobuses de Granada? Que a las personas con piel negra se las identifica hasta 42 veces más que a las de piel blanca y de rasgos caucásicos; a la población gitana hasta 12 veces más que a la mayoritaria; la magrebí hasta 10 veces más y la latinoamericana hasta 8 veces más que a la población caucásica.
Pero, ¿qué hay detrás de esos números? Nos encontramos a Cheikh, de piel negra, que perdió sus papeles al quedarse sin trabajo y no poder renovar su tarjeta de residencia y que tiene miedo de ir a Correos a enviar dinero a su familia por si le detienen. Y a Omar, con rasgos bereberes, al que, aunque sí que tiene papeles, le identifican una y otra vez cuando va a jugar al fútbol los jueves por la tarde con sus compañeros o cuando conduce. Leopoldo nos cuenta que la policía lo para siempre a él, y no a sus amigos sin rasgos indígenas. Y György está cansado de que lo identifiquen permanentemente por ser de origen Roma (gitano de Europa del Este). Pero también a Thioro, que tenía ya fecha de boda con su pareja, y al que identificaron, enviaron a un CIE y en 15 días se encontró en Senegal. La lista es interminable.
Sin embargo, ni Cheikh, ni Omar, ni Leopoldo, ni György, ni Thioro se atreven a denunciar. Piensan que tienen todas las de perder. A ellos también les han dicho “Te pido que te identifiques porque eres negro y punto y te jodes”, sienten que “todos los días nos paran por un papel”. Lo cuentan entre ellos, lo conocen las organizaciones a las que pertenecen, los equipos de fútbol en los que juegan, sus familiares y su gente.
Quién sí realizo una queja a la policía, orientado por APDHA, fue un estudiante norteamericano negro en Granada en 2013. Peter (nombre ficticio), subía andando hacia la Alhambra junto al resto de su grupo de estudiantes (blancos) cuando la policía lo sacó del grupo y le exigió su documentación. Cuando Peter le pregunto la razón, el agente le respondió “¿Qué quieres que te diga?, ¿que te paro porque eres negro?” frente a otros tres policías y a bastantes testigos. Además de identificarlo debido al color de su piel, el agente trató a Peter de forma irrespetuosa, discriminatoria, intimidatoria y le amenazó con llevarle al calabozo. También le registró y cacheó. Hasta tal punto que Peter llegó a temer por su integridad física. Un policía comentó a algunos testigos que “Peter se había aproximado a un grupo [refiriéndose al resto de estudiantes blancos] y había intercambiado cosas, lo que resultaba sospechoso”.
La respuesta de la policía ante la queja de Peter fue que “no consta que ninguna dotación policial del Cuerpo Nacional de Policía llevara a cabo la actuación que usted indica”.
Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que en España, hoy en día, se siguen realizando identificaciones basadas en perfil étnico en total impunidad. No importan las recomendaciones del Comité de Derechos Humanos de la ONU, las propias circulares de la Dirección General de la Policía indicando que se evitarían identificaciones de extranjeros “innecesarias, arbitrarias y abusivas” por parte de los agentes y que prohibían expresamente las actuaciones indiscriminadas basadas únicamente en criterios étnicos. Tampoco las múltiples recomendaciones de la Oficina del Defensor del Pueblo sobre la erradicación de controles de identificación basados en perfiles étnicos y raciales.
Es por ello que APDHA e IPAZ-UGR realizan las siguientes recomendaciones.
Para el Estado:
- Deben existir instrucciones al más alto nivel que específicamente prohíban y persigan las identificaciones basadas en perfiles étnicos y las redadas racistas. La investigación realizada muestra que actualmente, estas instrucciones o no existen o no se están cumpliendo.
- Es necesario formar a la policía para que cesen las identificaciones discriminatorias o redadas racistas basadas en perfil étnico.
- El respeto escrupuloso de la diversidad en el Estado por parte de las Fuerzas de Seguridad debe ampliarse a todos los ámbitos. Es inadmisible, por ejemplo, que los comunicados de detenciones policiales sigan indicando la procedencia de la persona detenida o el color de su piel. Todas estas prácticas discriminatorias contribuyen a la normalización de la situación xenofobia institucional en el colectivo policial y criminalizan al colectivo minoritario.
- Deben ponerse en práctica las recomendaciones de la Oficina del Defensor del Pueblo con respecto a los Formularios de identificación de Personas con criterios de transparencia e informando adecuadamente a la población. Solo por medio de la recolección de datos objetivos podremos garantizar que se ponga fin a estas prácticas. El estudio que se ha realizado es muestra de ello.
- Debe investigarse en profundidad cada caso de identificación racista denunciado y ofrecer estadísticas públicas al respecto.
- Se debe informar a la sociedad civil de cuáles son sus derechos y que las identificaciones basadas en perfiles étnicos no están amparadas por la ley. La investigación realizada muestra que un porcentaje significativo de las personas identificadas desconocían que la policía no puede pararlos basándose exclusivamente en su aspecto físico.
Para la Sociedad Civil:
- Debe apoyar la denuncia de identificaciones basadas en perfiles étnicos siempre que las víctimas así lo deseen.
- Debe documentar cada identificación basada en perfiles étnicos que observe, sobre todo si se trata de redadas racistas, de forma que se apoyen las denuncias concretas.
- Debe apoyar a los colectivos como Ferrocarril Clandestino, Brigadas Vecinales (y muchas otras) para que continúen en su trabajo de visibilización de esta realidad hasta que cese.
- Debe ofrecer información veraz y rápida a los medios de comunicación para que se visibilicen públicamente los casos de identificaciones basadas en perfiles étnicos y las redadas racistas.
- Deben realizarse más trabajos de campo a nivel local, autonómico y nacional que nos permitan conocer la situación real.