De regreso a los 25 grados entre el sol y la lluvia

Tras el zarpazo invernal de finales de marzo, abril quiere retomar el ambiente propio de primavera. Aunque lo más destacado del paso de la borrasca por el sur peninsular ha estado asociado a las fuertes precipitaciones que se registraron en algunos puntos del litoral malagueño y del valle del Guadalquivir, las temperaturas también experimentaron un notable descenso, llevando las máximas por debajo de la barrera de los 20 grados a casi toda la región.

En cuanto a la lluvia, destacan los cerca de 90 litros por metro cuadrado que se registraron la tarde del 31 de marzo en la estación del centro meteorológico de Málaga, que ocasionaron problemas en numerosos puntos de la capital, especialmente en el distrito de Campanillas. También en Aguilar de la Frontera, en la provincia de Córdoba, las lluvias anegaban varias calles y viviendas como consecuencia del paso de varias tormentas de carácter severo.

De camino a los 25 grados

Desde este jueves 2 de abril, la tendencia en la atmósfera peninsular será la de cierta estabilización. El desplazamiento hasta el interior mediterráneo de la borrasca va a permitir que sobre el sur peninsular ascienda tímidamente la dorsal anticiclónica. Lo hará de forma parcial y progresiva, ganando en presencia con el paso de los días, especialmente a partir del próximo lunes. Esta tendencia se traducirá tanto en unos cielos más limpios de nubosidad como en un ascenso de las temperaturas, que volverán a coquetear en buena parte del interior andaluz con la frontera de los 25 grados.

Antes que eso, el sábado 4 de abril, el paso de un sistema frontal asociado a una extensa borrasca atlántica dejará de nuevo lluvias, que serán por lo general débiles y dispersas, más probables de nuevo en el litoral mediterráneo. El rápido paso del frente dejará algo de inestabilidad residual sobre la atmósfera andaluza, que aún podrá registrar algunos chubascos de escasa importancia durante la tarde del domingo, que podrán ser más probables en los sistemas montañosos de la mitad oriental.

La escasa lluvia que pueda registrarse durante el fin de semana lo hará en paralelo con un progresivo ascenso de las temperaturas en toda la región gracias a la entrada de viento cálido del suroeste. La tarde del viernes 3 de abril ya experimentará un brusco ascenso de las máximas en la mitad oriental, de unos 4 ó 5 grados respecto a las que se registren la jornada anterior. El ascenso se generalizará al resto de la Comunidad durante el resto del fin de semana, cuando algunos puntos del interior del valle del Guadalquivir vean alcanzar de nuevo los 25 grados. En el resto de la región, tanto en el interior como en el litoral, las temperaturas escalarán de nuevo hasta el entorno de los 20 grados.

El regreso del bloqueo anticiclónico

La nubosidad de evolución y los chubascos aún se mantendrán en las tardes del lunes y el martes. A pesar de ello, la próxima semana habrá entrado en una nueva dinámica atmosférica que romperá con la actual. Las altas presiones van a ganar presencia en buena parte de la Europa continental, ejerciendo de nuevo de bloqueo a las borrascas que lleguen a embestir a la fachada atlántica. Dicho bloqueo se traducirá en un aumento de la estabilidad y en un débil repunte de las temperaturas.

La presencia aún de cierto flujo húmedo en las capas medias y bajas de la atmósfera peninsular podrá favorecer la formación de nubosidad diurna que deje precipitaciones durante la tarde. De nuevo tendremos chubascos tormentosos más probables en áreas de sierra, que irán perdiendo fuelle con el paso de los días, hasta desaparecer casi por completo a mediados de la próxima semana.

Una tendencia que se podrá ir reforzando con el paso de los días y que al menos en su primera mitad va a seguir a rajatabla. La dorsal anticiclónica podría quedar anclada sobre el sur peninsular más allá de la próxima semana, fortaleciendo las altas presiones y la entrada de aire cálido desde el norte africano durante buena parte del mes. Abril cumple así con su guión.