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La reforma local abre la puerta a la gestión privada del medio ambiente

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Carmen Reina

El servicio del agua potable, el tratamiento de los residuos

o la limpieza urbana son los aspectos que inciden más en el cuidado del medio

ambiente de cada municipio. Ahora, la protección del medio ambiente se ve de lleno

afectada con la reforma de la administración local que prepara el Gobierno y que

abre la puerta a la gestión privada de estos servicios.

El proyecto de Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la

Administración Local, aprobado en Consejo de Ministros el pasado 26 de julio y sobre

el que acaba de terminar el plazo de presentación de enmiendas por parte de los

grupos del Congreso, abre la puerta en su propia exposición de motivos la

participación de la iniciativa privada en la gestión de servicios públicos de

los ayuntamientos. También, en los servicios que tiene que ver con la

protección del medio ambiente.

Bajo el paraguas de la eficiencia económica y el lema “una

competencia, una administración“, la reforma de la administración local posiblemente

dejará en manos de los ayuntamientos las competencias sobre la gestión de los

residuos, la limpieza urbana o la gestión del agua. “Una cosa es que sigan

siendo competencia propia del ayuntamiento, pero eso no implica que se tenga

que hacer con servicios públicos sino que podrán ser gestionadas por empresas

privadas“, explica a eldiario.es/andalucia el profesor de Derecho Constitucional

experto en Medio Ambiente, Ángel Gómez Puerto.

“Y esta ley anima a que sean gestionados por empresas

privadas“, añade. La cuestión central es que el proyecto de ley de la reforma

de la administración local que ahora se encuentra en trámite parlamentario

introduce los criterios de eficiencia económica en la gestión de estos

servicios. La concepción da así un giro radical. “Hasta ahora la concepción era de servicio público

universal, de una obligación colectiva que deriva del artículo 45 de la

Constitución que habla de que todos tenemos derecho a un medio ambiente y, por

tanto, las administraciones tienen una obligación colectiva de proveer todos

los servicios públicos para que se atienda a ese objetivo“, apunta.

Pero esa obligación se topa de lleno con la financiación de los

propios ayuntamientos, más en un momento de crisis y déficit en las arcas

municipales como el actual. Y así, con competencias pero sin financiación, la

puerta se abre a la entrada de empresas privadas para gestionar los servicios

que tienen que ver con la protección del medio ambiente urbano.

“El usuario pasa a ser cliente”

“El usuario pasa a ser cliente”

El proyecto de ley va a facilitar la entrada de la

iniciativa privada para gestionar los servicios con criterios de eficiencia económica, algo

que puede acarrear varias consecuencias. “En primer lugar, los trabajadores de

esos servicios públicos que vayan a ser gestionados por empresas privadas van a

tener peores condiciones salariales. Y en segundo lugar, otra consecuencia será

que el usuario final de esos servicios, la ciudadanía, va a pagar más. Las

tarifas públicas actuales, lo que pagamos por el agua, el saneamiento público,

la recogida de basuras, etc necesariamente se verán incrementadas“, asegura

este experto.

Parece obvio que una empresa privada tiene por naturaleza

ánimo de lucro y trabaja para obtener una cuenta de resultados positiva. Si su

cometido puede ser ahora, con la reforma de la administración local, gestionar el

agua, la basura o la limpieza de una ciudad, “lógicamente tendrá que tener

beneficios. Y no hay otra forma de obtenerlos que pagar menos a sus empleados y

cobrar más a sus usuarios, que podrán llegar a llamarse clientes. No usuario de

un servicio, sino cliente de una empresa“, advierte Gómez Puerto.

El Medio Ambiente como un bien colectivo o un negocio

El Medio Ambiente como un bien colectivo o un negocio

La capacidad, no obstante, sigue estando en los recursos y

la financiación que para estos servicios se dispongan. Y ahí la reforma de la

administración local juega un papel fundamental. En ese sentido, “es un

proyecto de ley que viene a incidir negativamente sobre el principio

constitucional de autonomía de las entidades locales“ y modifica sustancialmente

la Ley de Base de Régimen Local de 1985. Y eso, aplicado al medio ambiente,

hace que su protección “queda más debilitada”.

“El medio ambiente es un bien colectivo y los poderes públicos

tienen una indispensable obligación, como dice la Constitución, de proteger el

medio ambiente porque los ciudadanos tenemos el derecho a vivir en un entorno

saludable, con un medio ambiente protegido“.

Pero esa obligación la tienen las

administraciones. Si quien presta el servicio es una compañía privada, esa

lectura puede ser muy distinta. “En cuanto entren compañías privadas a

gestionar, obviamente, se deteriorarán los servicios y los ciudadanos tendremos

menos protegidos el medio ambiente“, asevera el profesor Gómez Puerto.

Protección del Medio Ambiente en ciudades y entorno rural

Protección del Medio Ambiente en ciudades y entorno rural

Así, el proyecto de ley establece dos grandes bloques de las

competencias que en materia medioambiental quedará en manos de los

ayuntamientos: uno habla del medio ambiente urbano como son los parques y

jardines públicos, la gestión de residuos y la protección de la contaminación

acústica y atmosférica. Un segundo bloque se centra en todo lo relacionado con

el tratamiento del agua potable y el tratamiento de las aguas residuales.

“El caballo de batalla de la protección del medio ambiente

está en las grandes urbes“, afirma este profesor de Derecho Constitucional.

Y

es que en los entornos urbanos grandes el impacto del ser humano es mayor y es

a hí donde “se concentra la mayor obligación. Ahí es los ayuntamientos grandes

tienen que tener más esfuerzos y los ciudadanos tenemos que tener una mayor

contribución“.

El número de vehículos, la cantidad de residuos generados o la

complejidad del abastecimiento de agua hacen que los servicios locales para

cuidar el medio ambiente sean “más sencillos” en un municipio rural que en una

gran ciudad.

La apuesta por el empleo verde

La apuesta por el empleo verde

La crisis económica parece haberse cruzado también en los

propósitos de hacer del medio ambiente un motor económico de desarrollo. Es una

materia que “se ha dejado de lado. No está en la agenda política institucional.

No hay ni un ministerio específico de medio ambiente“, hace notar Gómez Puerto.

Y, a su juicio, si se quiere hacer que el Medio Ambiente sea un motor de

desarrollo y genere empleo verde, “las

administraciones tienen que apostar por servicios públicos fuertes y potentes

que puedan generar además empleos indirectos. Si un gobierno o ayuntamiento quiere

introducir novedades técnicas o de investigación en sus servicios de aguas o

residuos, eso a su vez generará que empresas auxiliares se desarrollen en esas

materias“.

Con la consecuente creación de puestos de trabajo que ello

conllevaría.

Así, el medio ambiente se presenta también como un posible

nuevo modelo de desarrollo, caducos y con malos resultados ya otros como el del

sector de la construcción. “No todos los modelos de desarrollo valen y es

esencial para introducir un nuevo modelo en un futuro que se tenga en cuenta la

variable ambiental“.

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