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Tres ayuntamientos andaluces se resisten a que las cementeras reutilicen residuos en sus municipios

Planta de Cementos Portland Valderrivas en Alcalá de Guadaíra (Sevilla)

Javier Ramajo

Córdoba, Alcalá de Guadaíra (Sevilla) y Niebla (Huelva) se han rebelado. Cuentan en sus términos municipales con cementeras que pretenden ejecutar proyectos de valorización energética de residuos no peligrosos. Pero sus ayuntamientos, gobernados en los tres casos por el PSOE, han conseguido mediante diversas resoluciones evitar que se pusieran en marcha. El consejero de Medio Ambiente ha calificado la actividad pretendida por las empresas como “una alternativa que no es compartida por todos”. La Junta respaldó en los tres casos el procedimiento, Autorización Ambiental Integrada mediante, hasta que decisiones municipales han dejado los proyectos en stand by.

Actualmente en España hay 33 fábricas cementeras y 28 de ellas contemplan de forma explícita el reciclado de residuos para su empleo como materias primas alternativas en el proceso de producción de cemento. Junto a las citadas andaluzas, otra en Galicia y otra en León también se resisten. En Europa, 160 cementeras valorizan ya residuos, argumentan fuentes del sector.

Organizaciones ecologistas y vecinales han denunciado esta actividad en dichas localidades y los ayuntamientos han ido aprobando políticas dirigidas a evitar la valorización. El sector cementero siente agravio en la comunidad autónoma y reclama un apoyo expreso de las administraciones públicas el mantenimiento de la industria y el empleo. Como en otros ámbitos relacionados con el medio ambiente, en el conflicto conviven el empleo de los trabajadores de las fábricas, por un lado, y la sostenibilidad de los proyectos que los ecologistas ponen en duda, por otro, además del cumplimento de la normativa aplicable. Los consistorios han tomado decisiones contradiciendo lo aprobado inicialmente por la Junta.

Este martes 19 de enero está previsto que vaya al pleno municipal del Ayuntamiento de Córdoba la toma de conocimiento del acuerdo ya tomado y aprobado en la Gerencia Municipal de Urbanismo de dejar fuera de ordenación, en este caso, la pretendida actividad de la cementera Cosmos. Se está viendo también si se conforma una comisión participada para ver cómo se avanza en el tema con la empresa, trabajadores, vecinos, ecologistas, etc. Este es el caso de Córdoba pero veamos con más detalle qué ocurre en su municipio y en los otros dos citados.

Alcalá de Guadaíra ha modificado su PGOU

¿Qué dice la Junta sobre las pretensiones de Portland Valderrivas? Pues defiende que la intención de la cementera cumple “estrictamente” la legislación. “Estamos hablando de residuos no peligrosos. La valorización energética es una alternativa que, si bien no es compartida por todos, supone un tratamiento y valorización de los residuos que producimos”, dijo el consejero en comisión parlamentaria del pasado 1 de septiembre (página 61 y 62) al referirse a ella. José Fiscal recordó que recursos presentados por asociaciones ecologistas contribuyeron incluso a la modificación de la resolución en dos aspectos técnicos diferentes a límites de emisión de determinadas sustancias y constitución de un seguro de responsabilidad civil.

Cementos Portland Valderrivas cuenta desde septiembre de 2014, efectivamente, con una autorización de la Consejería pero el Ayuntamiento la ha bloqueado en dos ocasiones. Primero a través de una moción que impidio a la empresa hace más de un año conseguir la licencia para las obras de adaptación de sus instalaciones, y el pasado octubre con una modificación puntual de las normas urbanísticas de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que impide realizar la actividad pretendida por Portland a menos de dos kilómetros del núcleo urbano.

Este tipo de actividad se está ejecutando en el 90% de las cementeras nacionales y consiste, según Cementos Portland Valderrivas, en el aprovechamiento de residuos no peligrosos, inicialmente destinados a su depósito en vertedero, para ser utilizados como combustibles alternativos que sustituyan parcialmente al ya empleado en la producción del cemento (coque de petróleo). En 2013, 27 de las 33 fábricas cementeras del país valorizaron energéticamente 714.820 toneladas de residuos, que equivalen un 26% de sustitución en energía respecto al consumo total de combustibles en cementeras, según la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente. Portland dice que la valorización no es una actividad novedosa sino que está implantada en Europa y en España desde hace más de 30 años.

Otra visión muy diferente tienen ecologistas y asociaciones vecinales de Alcalá. La Plataforma contra la Incineración de Residuos en Los Alcores pide que no se antepongan los intereses económicos de una empresa privada a la calidad de vida de la comarca. En octubre protagonizaron una manifestación para tratar de detener el proyecto de la cementera, exigiendo que se promovieran “alternativas de gestión de residuos sostenibles y respetuosas con el medio ambiente y la salud de las personas”. El centro comercial Los Alcores, por su parte, se ha unido recientemente al rechazo al plan de Portland.

“La manipulación informativa y el rechazo a la movilización social no hace más que darnos razones para continuar con esta lucha. No vamos permitir este atentado contra la salud, la dignidad de nuestros pueblos y la calidad medioambiental de nuestro entorno”, sentencia la plataforma “contra la incineración de residuos en Los Alcores y en favor del reciclaje”.

En Córdoba se deja la actividad cementera “fuera de ordenación”

La reordenación del suelo que ha aprobado ya la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) de Córdoba, que aún debe refrendar este martes el Pleno del Ayuntamiento, impide que en la cementera Cosmos se puedan valorizar residuos para obtener energía en su proceso productivo. El Ayuntamiento, en este sentido, se adelantó a la Junta, como ya informó eldiario.es Andalucia hace tres meses. “La idea es dejar fuera de ordenación esa actividad tal y como se comprometieron todos los partidos en la pasada campaña”, añaden fuentes municipales a este periódico.

Los trabajadores de la cementera están protagonizando diversas protestas al entender que lo que prevé el Ayuntamiento pone en peligro la continuidad de la empresa. El objetivo final del Ayuntamiento es reubicar a la cementera fuera del casco urbano y mantener, e incluso aumentar, el empleo que genera. La decisión municipal de suspender las licencias de incineración en todo el término municipal de Córdoba durante un año tuvo el respaldo unánime del gobierno de PSOE e IU y de la oposición.

La Consejería de Medio Ambiente explica sobre este caso a este periódico que “la tramitación de una Autorización Ambiental Integrada requiere, como informe preceptivo y vinculante, el de compatibilidad urbanística que debe elaborar el Ayuntamiento del territorio en el que se vaya a ubicar la instalación”. El pronunciamiento municipal “influye decisivamente” en el procedimiento de tramitación de la AAI ya que, si no es favorable, “la autorización deberá archivarse”, apunta la Consejería.

La Junta revocó su propia decisión de 2013 por la que paralizó la quema de neumáticos y plásticos en la cementera. Medio Ambiente no renovó hace dos años la autorización para que la empresa siguiera su actividad incineradora pero la propia Consejería atendió la pasada primavera las alegaciones de la cementera y le dio luz verde para la quema. La plataforma 'Aire Limpio', compuesta por una treintena de colectivos vecinales, ampas y ecologistas que consiguieron entonces la paralización de la actividad incineradora, retomó sus protestas, enfrentadas a las de los trabajadores que temen por su puestos de trabajo.

Cosmos ya recurrió en la planta de Niebla

La situación en Niebla (Huelva) es muy parecida a la que está vivendo Córdoba pero viene de antiguo. En mayo de 2014, Cementos Cosmos presentó un recurso ante la Consejería de Medio Ambiente contra la resolución por la que no se otorgaba la modificación sustancial de la AAI solicitada por la fábrica de Niebla para valorizar residuos no peligrosos.

La Junta archivó allí la petición para valorizar residuos no peligrosos tras el informe de incompatibilidad urbanística presentado por el Ayuntamiento. Sin embargo, Cosmos considera que utilizar un nuevo tipo de combustible no supone una modificación de la actividad de fabricación de cemento, que lleva realizando desde 1967 en sus instalaciones, y que por lo tanto no hay un cambio en su uso urbanístico.

La sustitución de parte del combustible fósil tradicional utilizado actualmente en la cementera por combustible procedente de residuos es “una actuación encaminada a mejorar el proceso de producción del cemento y supone una adaptación de las instalaciones a las Mejores Técnicas Disponibles que ayudaría a la sostenibilidad de la planta”, aseguraron desde la compañía. Fuentes municipales apuntan que la situación sigue igual actualmente y que la cementera sigue sin poder realizar la valorización.

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