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El Gobierno andaluz de PP y Cs hace suya la primera ley de la oposición de izquierda a propuesta del grupo de Teresa Rodríguez

La líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, junto al presidente de la Junta, Juanma Moreno, el pasado 13 de marzo.

Daniel Cela

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Por primera vez en año y medio de legislatura, el Parlamento andaluz aprobará este miércoles una ley propuesta por un grupo de izquierdas en la oposición -Adelante Andalucía- que cuenta con el respaldo de los tres partidos que sustentan al Gobierno de derechas: PP, Ciudadanos y Vox. Se trata de una ley para mejorar la climatización de los colegios andaluces sometidos a altas temperaturas en el último trimestre del curso, una norma impulsada por el partido que preside Teresa Rodríguez, que fue tramitada en la pasada legislatura y rechazada por el anterior Gobierno del PSOE. Ahora la ley saldrá aprobada por unanimidad, otro hito insólito en esta legislatura.

El respaldo de todos los grupos políticos a una ley propuesta por la oposición es una anomalía parlamentaria, no hay muchos antecedentes en el archivo de la Cámara andaluza. Al final del mandato anterior se aprobó la Ley de Senderos de Andalucía, también a propuesta de Podemos, y también con el criterio inicialmente en contra del Gobierno de Susana Díaz, que luego cambió de posición (los socialistas gobernaban en minoría y la norma, con el apoyo de toda la oposición, habría salido adelante igualmente).

La Ley de Bioclimatización de los colegios nace de las manifestaciones de muchas familias de alumnos, agrupadas en la plataforma Escuelas de Calor, y termina plasmada en en una proposición de ley de la mano de Podemos Andalucía en 2017. Se admitió a trámite el 14 de febrero de 2018 con el voto favorable de todos los partidos de la oposición y el rechazo del Ejecutivo socialista.

El texto culminó la tramitación completa en el Parlamento. Se constituyó la comisión para abordar el articulado legal, se recogieron las propuestas de los agentes sociales, se aprobaron enmiendas de todos los grupos -excepto del PSOE, que no presentó ninguna- se aprobó el dictamen favorable y, cuando debía elevarse al Pleno para su aprobación, Díaz adelantó las elecciones andaluzas y el proyecto se quedó en un cajón. “Diez meses de trabajo a la basura”, recuerda la portavoz de Escuelas de Calor, Teresa Pablo.

Con la nueva legislatura, y bajo un Gobierno de PP y Cs sustentado en el apoyo de la extrema derecha de Vox, los grupos retomaron desde el principio la negociación de la Ley de Bioclimatización -esta vez con el PSOE dentro del barco- hasta culminar su aprobación definitiva este miércoles. De la Cámara saldrá una ley con respaldo unánime en un momento político de máxima convulsión. No sólo por la fractura entre el bloque de derechas y el de izquierdas, sino por el clima enrarecido que ha provocado la alerta sanitaria del coronavirus.

Hace unos días reventó la comisión para la reconstrucción de Andalucía, un órgano que el presidente Juan Manuel Moreno pretendía convertir en una “gran alianza” social y política para la recuperación de la comunidad, pero que saltó por los aires cuando PP y Cs entregaron la presidencia a Vox, el único partido que había votado en contra de su creación. Los partidos de derechas esgrimen ahora el “amplio consenso político” cosechado en torno a la ley para climatizar los colegios para reprochar al PSOE su “aislacionismo político”. “Los socialistas también se salieron del grupo de trabajo en el Parlamento para el pacto educativo, son los únicos que se autoexcluyeron”, recuerda el portavoz del PP en la comisión de Educación, Miguel Ángel Ruiz.

Una ley “menos ambiciosa”

La proposición de Ley de Bioclimatización de las escuelas ha tenido mucha negociación dura detrás, más reuniones de ponencia que otras normas que han pasado por la Cámara, y mucha cesión política por parte de todos los grupos. Todos los partidos, excepto el PSOE, han presentado enmiendas al texto legal, y muchas se han transaccionado para recoger parte de lo que proponen unos y parte de lo que dicen otros. Claro que no es lo mismo el respaldo de PP y Cs en el mandato anterior, cuando eran oposición al Ejecutivo de Díaz, que en esta legislatura, que son Gobierno. En la negociación anterior, PP y Cs presentaron muchas enmiendas que fueron rechazadas por la mayoría de izquierdas, y que ahora han rescatado y sacado adelante gracias al respaldo de Vox.

Para el grupo proponente, Adelante Andalucía, la ley que saldrá aprobada es “menos ambiciosa que la que se presentó en origen, hace tres años”, dice su portavoz en Educación, José Ignacio García, “pero mantiene tres objetivos intactos”: las obras para acondicionar las escuelas con medidas sostenibles, técnicas bioclimáticas y energías renovables llegarán a todos los centros educativos de Andalucía (alrededor de 7.000); habrá una financiación garantizada para acometer las obras (fondos europeos, transferencias del Estado y, si fuera preciso, fondos propios de la Junta), aunque la ley no nace con memoria económica, porque la primera fase implica hacer auditorías en todas las escuelas para valorar el coste de las inversiones y los centros que necesitan una intervención prioritaria.

Una de las líneas rojas de PP y Cs en la negociación es que esas auditorías puedan hacerlas empresas privadas, previa licitación. Una de las líneas rojas de Adelante Andalucía era comprometer plazos de actuación en la ley. Ambos puntos se han aceptado. Las auditorías podrán licitarse o no, según el criterio de la Consejería de Educación. Y se han incluido plazos fijos de actuación, aunque se han dilatado mucho respecto al primer borrador de la ley, que planteaba empezar las obras en tres o cuatro meses. “Eran plazos poco realistas que habrían generado falsas expectativas”, dice Ruiz.

Ahora las auditorías de los colegios deberán estar redactadas antes de 18 meses desde la entrada en vigor de la ley, y en ese periodo se han de ejecutar las intervenciones bioclimáticas más urgentes. En ese primer plazo también tendrá que desarrollarse la norma, con la aprobación de un decreto, una orden y una guía de construcción para futuros colegios que recoja ya las nuevas técnicas bioclimáticas que plantea la normativa.

En el plazo de seis años deben haber culminado las obras en todos los centros educativos de Andalucía. “Esta ley crea un derecho nuevo, es un éxito porque obliga a la Junta a hacer los arreglos necesarios en los colegios, no es una mera orientación. Pero la pelea va a seguir en la calle, porque los plazos son largos, lo importante es que ahora las familias tienen esta herramienta legal para presionar a la Administración educativa”, explica García.

La ola de calor de 2017

En 2017, Andalucía sufrió una ola de calor durante los últimos meses del curso escolar que puso en evidencia la falta de acondicionamiento de muchas escuelas. Justo por estas fechas, las familias de la plataforma Escuela de Calor se manifestaron por primera vez, acudiendo con sus hijos al colegio en bañador en señal de protesta. “¡Aulas sí, saunas no!”. Su reivindicación encontró eco en las filas de Podemos Andalucía. Las familias se llevaron a un representante de todos los grupos parlamentarios a un colegio de Sevilla, a las seis de la tarde en pleno mes de julio, y todos salieron convencidos de que había que tomar medidas a corto plazo y desarrollar un proyecto de ley más ambicioso.

“Nuestra reivindicación nunca fue pedir que instalasen aparatos de aire acondicionado en los 7.000 centros educativos de Andalucía, eso habría sido una bomba de relojería, una barbaridad”, recuerda Teresa Pardo. La Ley de Bioclimatización es un ejemplo de consenso político y de diálogo con la comunidad educativa, una “anomalía parlamentaria”, como han reconocido los letrados de la Cámara a algunos diputados. El texto inicial sólo afectaba a las escuelas públicas, y PP y Cs han incluido también a los centros concertados. Vox exigió que eliminasen del articulado las referencias al “cambio climático”, porque sostiene que es un “término ideológico para una realidad que no existe”, y que la ley debía ser “técnica”. Pero PSOE, PP, Cs y Adelante no le admitieron esta enmienda, y el grupo de ultraderecha tampoco la ha mantenido viva en el debate final de Pleno, aceptando así las referencias explícitas al cambio climático.

Adelante sí mantiene vivas dos enmiendas que previsiblemente volverán a ser rechazadas, las relativas a crear la figura del coordinador medioambiental en las escuelas, una propuesta que la Junta rechaza porque tendría que liberar horas de un profesor en cada colegio para este objetivo.

“¿Cómo me imagino un colegio después de que se desarrolle esta ley? Con un patio lleno de árboles, con sombra en la fachada para que no se recalienten las aulas, con aparatos de refrigeración por agua, que son menos contaminantes, con placas solares, clases con ventilación cruzada y niños que no suden ni sangren por la nariz del calor, y profesores que no tengan que poner los exámenes a las 9.00 de la mañana para evitar las horas más intensas del día”, resume Teresa Pablo.

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