Las derechas aplastan a las izquierdas en Granada capital
Granada es una ciudad de derechas. El análisis electoral de la ciudad de la Alhambra se resume así prácticamente cada vez que los granadinos pasan por las urnas. Ya sea para votar por Granada, Andalucía, España o Europa, la capital granadina es una tierra donde predominan los partidos conservadores. Y los datos del 2D vienen a confirmarlo. Porque no solo gana el bloque de derechas (PP, Ciudadanos y Vox) al de izquierdas (PSOE, Adelante Andalucía) sino que lo hace aumentando su diferencia con respecto a 2015.
De entonces a hoy han pasado casi cuatro años y con ellos se ha reforzado el pulso conservador de Granada. Porque salvo el PP, que retrocede en 16.000 votos con respecto a marzo de 2015, Ciudadanos y sobre todo Vox han crecido exponencialmente desde entonces. Los naranjas han pasado a ser la segunda fuerza política de la capital superando al PSOE con 8.000 votos más que en las anteriores elecciones y la irrupción del partido de ultraderecha se ha saldado con la mayor de las subidas: 14.000 votos. Es decir, hoy las derechas suman más del 60% de los votantes mientras que las izquierdas apenas logran llegar al 40%. Una subida de casi diez puntos sobre los datos de 2015.
Por ello, la lectura política que se puede hacer de los resultados granadinos comprende varios aspectos. El primero de ellos es que la campaña andaluza ha conseguido movilizar el voto de Granada apelando a la política nacional. Porque, al contrario de lo que ha sucedido en la provincia donde mayoritariamente ha ganado el PSOE, la capital granadina ha querido responder a los mensajes de campaña centrados en Catalunya y la unidad de España con un reforzamiento del apoyo al conservadurismo.
Mar Sánchez, cabeza de lista de Ciudadanos y Francisco Ocaña, de Vox, han logrado el apoyo de buena parte de los granadinos gracias precisamente a ese mensaje que en principio tiene poco que ver con Andalucía y sí mucho con la cuestión territorial española. De hecho, el líder granadino de la formación de extrema derecha ha centrado el grueso de sus intervenciones en ese sentido: en el carácter nacional de su partido. Aunque ha esbozado ideario local, la vocación de Vox plenamente recentralizadora apenas ha dejado espacio para el debate más próximo a los granadinos.
Sánchez y la cabeza de lista del PP de Granada, Marifrán Carazo, sí han incidido algo más en asuntos clave e históricos de la política local como la gestión de la Alhambra y Sierra Nevada por parte de la Junta de Andalucía, el Estadio de la Juventud, la llegada de la Alta Velocidad o la dejadez del barrio del Albaicín. Sin embargo, incluso con una agenda mucho más cercana que la de Vox, especialmente en el caso de Carazo que se ha recorrido muchos rincones de la provincia de Granada, su peso en campaña lo han llevado los líderes nacionales. Albert Rivera y Pablo Casado se han dejado ver en más de una ocasión por la capital granadina y lo han hecho hablando sobre todo de España.
PSOE y Adelante Andalucía ante su retroceso
Quienes salen más tocados de estas elecciones andaluzas son sin duda las izquierdas que encarnan PSOE y Adelante Andalucía. Aunque ninguna de las dos formaciones ha perdido tantos votos como el PP, las dos se pueden apuntar un retroceso que les deja marcados de cara a las municipales de mayo. Los socialistas porque actualmente gobiernan en la capital y la coalición de Podemos, Izquierda Unida y otras fuerzas andalucistas porque pierden mucho terreno con respecto a 2015 con 7.000 votos menos.
Precisamente ambos partidos han tratado de llevar al debate político una agenda más local que no ha funcionado a la luz de los resultados. El PSOE, que llegó a empezar la campaña en Granada, ha acusado el desgaste de las movilizaciones sanitarias de los últimos años. De hecho, Susana Díaz no se había dejado ver por la capital desde que comenzaron aquellas primeras manifestaciones y lo que entonces pareció anecdótico ahora parece cobrar un papel muy relevante. Porque a los socialistas no les ha servido ni siquiera reconectar a Granada por tren con Madrid ni la puesta en marcha del Metro después de una década de retrasos ni su esfuerzo por vender una gestión local y cercana.
No sería justo eliminar de la ecuación que el PSOE y Adelante Andalucía también se han visto afectados por la situación política a nivel nacional. Precisamente ahí es donde han ido perdiendo fuelle en beneficio del bloque de derechas. Porque mientras el PSOE ha apostado su campaña a un carácter rural -como acostumbraba- Adelante Andalucía también ha hecho lo propio quizá obviando que en Granada su peso específico era mucho menor que en otras zonas de Andalucía. Porque la suma de Podemos con Izquierda Unida y otras fuerzas andalucistas ha perdido relevancia en la capital granadina en los últimos años. Especialmente en el caso de Podemos donde su desintegración llegó a ser tal que la actual dirección casi se acerca a la irrelevancia política capitalina. Aún así, el voto de la formación morada se ha parecido más en número al que logró Podemos por sí solo en 2015 lo que confirma el carácter nacional de los comicios.
Mirando a las municipales
Si hoy se produjeran elecciones al Ayuntamiento de Granada, la derecha regresaría al bastón de mando. El actual alcalde, Francisco Cuenca del PSOE, cedería su posición probablemente a Sebastián Pérez del PP. Porque si se traducen los votos de la capital a unos resultados municipales, el PP volvería a ser la primera fuerza política con 8 concejales. Le seguirían Ciudadanos con 6 y el propio PSOE con 5, después vendrían Adelante Andalucía con otros 4 concejales y Vox con 4 más. Y la suma de PP y Ciudadanos daría 14 concejales, es decir, mayoría absoluta.
Por eso no es de extrañar que la noche de los resultados electorales se celebrase casi por igual en las sedes de PP y Ciudadanos. Porque aunque los populares pierden un buen número de votos y de lograr tal número de concejales confirmarían que siguen perdiendo peso a nivel municipal, una eventual coalición con los de Albert Rivera les daría para volver a una alcaldía que perdieron con el estallido de la 'Operación Nazarí'. De ahí que la autocrítica popular haya brillado por su ausencia tras conocerse los resultados de las elecciones. Porque les valen para sentirse fuertes en un futuro Ayuntamiento de Granada aún más fragmentado que el actual. Sin mayorías de peso y obligando a pactos.
En Ciudadanos el optimismo capitalino es evidente, se saben la segunda fuerza y confirman el sorpasso al PSOE. Una lectura que tiene su importancia teniendo en cuenta que uno de sus líderes, Luis Salvador, fue socialista y ha optado históricamente a la alcaldía de Granada. De momento, el candidato es otro, Manuel Olivares, y podría acabar siéndolo si, como parece, la situación de Luis Salvador dentro de Ciudadanos no da un cambio radical. Ya que actualmente ha pasado a un segundo plano por cuestiones internas de la formación.
El PSOE no hace autocrítica más allá de apuntar a que trabajarán más que nunca por volver a darle a los granadinos la gestión de la que hacen gala. Los votos no les son favorables pero en una fuga de opciones a la izquierda se saben aún fuertes porque Adelante Andalucía en caso de municipales con la marca de Podemos, hoy por hoy, ha perdido importancia. Su futuro pasa por volver a estar en el debate municipal y estando fuera del Consistorio esa empresa se les ha vuelto muy complicada. No en vano, Vamos Granada, la que fuera la marca de Podemos en las municipales de 2015, irá por libre en 2019.
Buscando cara para las municipales
Vox, por su parte, se felicita por los resultados obtenidos y encara unos meses en los que las luchas para ver quién será el cabeza de lista para el Ayuntamiento prometen sorpresas. El travase de ex del PP hacia la formación de extrema derecha es tal que incluso nombres como el de Juan García Montero, actual concejal y excandidato a la presidencia de los populares, se postula como uno de los nombres con más posibilidades. Al calor de los resultados obtenidos hay pocos que resistan la tentación de acercarse.