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De héroes a parados: los bomberos del Infoca piden menos palabras bonitas y mejores condiciones laborales

Una de las pancartas que podía leerse en la concentración a las puertas del Parlamento andaluz.

Antonio Morente

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De héroes a parados, rezaba la pancarta. La portaba un bombero forestal, uno más entre el medio millar de trabajadores del Infoca que se concentraba ante el Parlamento andaluz este miércoles, cuando no habían pasado ni 72 horas del ritual que acompaña al sector al final del momento de mayor riesgo de incendios: los contratos eventuales se acaban y toca buscarse la vida en lo que sea. “Al final trabajamos en esto cuatro meses y medio al año pero luego quieren profesionalización, somos más profesionales del paro o de la aceituna”, resumía la cuestión Manuel Sola, que se había plantado en Sevilla desde Almería para reclamar una estabilidad laboral que hoy por hoy es una utopía.

El 1 de noviembre dejaron de trabajar en el Infoca alrededor de 700 bomberos al terminar sus contratos eventuales. Todos los años ocurre lo mismo, pero no todos los años hay un incendio tan salvaje como el de este verano en Sierra Bermeja, en Málaga, que necesitado de 45 días para que se declare extinguido tras arrasar 8.000 hectáreas. Y tampoco todos los años fallece un bombero, Carlos Martínez Haro, como doloroso testimonio de lo duro de una tarea cuyos protagonistas una vez más volvieron a ganarse el reconocimiento social y que hasta el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, se refiriese a ellos como héroes.

De héroes a parados, lamentaban muchos de los concentrados ante el Parlamento. Por lo que se ve no son buenos tiempos para los héroes, porque los propios bomberos forestales recordaban que ese mismo 1 de noviembre tampoco se renovó el contrato de 8.000 de los sanitarios que lucharon contra el coronavirus y que también se ganaron ese calificativo por parte del Gobierno andaluz. A los sanitarios, eso sí, les han puesto una escultura de homenaje en cada capital. “Menos estatuas y palabras bonitas y más presupuesto”, se oía en el abigarrado grupo de bomberos.

Manifestación en Sevilla el día 27

Con este telón de fondo, trabajadores del Infoca llegados de toda Andalucía llevaron a cabo la primera de las protestas que han convocado para noviembre, que culminarán el sábado 27 con una manifestación en Sevilla. De partida, los ánimos están bastante encrespados, y bien que se notó en una ruidosa concentración que empezó en la acera frente a la puerta principal del Parlamento, ocupó a continuación un carril de la calzada y acabó por cortar por completo la circulación en uno de los sentidos con el consiguiente atasco.

Policías antidisturbios se desplegaron y se hicieron notar, portando incluso sus escudos en un momento en el que hasta pareció que la cosa podía pasar a mayores ante el especial acaloramiento de algunos manifestantes. Al final todo quedó en un desahogo a base de gritos (“bomberos forestales, derechos laborales”) y despliegue de pirotecnia, bengalas, silbatos, cencerros, sirenas y hasta motosierras, que portaban sin cuchillas pero bien que se hizo notar su ruido.

A la reivindicación del colectivo le ponía voz Javier Sánchez Téllez, presidente del Comité Intercentros en la Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya), que es donde se integra el dispositivo del Plan de Prevención y Extinción de Incendios de Andalucía (Infoca). Una de las reclamaciones es la recuperación de la retribución de la antigüedad, “que es un derecho y los derechos no se negocian”, a lo que suma la estabilidad laboral y que el Infoca esté todo el año operativo al 100%.

Cuidar el campo todo el año

Lo de operativo al 100% no es sólo porque haya incendios todo el año, sino porque así se acometerían a fondo trabajos de limpieza del campo para que después el fuego tenga menos que quemar, en cumplimiento del dicho que se repite en la concentración: los incendios del verano se empiezan a apagar en invierno. “No te quita el incendio, pero sí que sea menos grave”, explica Sonia Garrido, bombera que ha venido desde Granada. En su corro están los primos Juan Ramón y Sergio Buge, y todos son un coro para denunciar que el fuego de Sierra Bermeja se alimentó de una maleza que no se retiró en los imprescindibles tratamientos selvícolas.

Las quejas se amontonan: pocas oposiciones y escasas plazas, eventuales que reclaman ser al menos fijos discontinuos, bolsa y baremos nuevos cada año, militares que están entrando con más puntuación incluso que bomberos experimentados… Los sindicatos añaden más cuestiones, como garantías de que no habrá privatizaciones, conseguir una segunda actividad digna o aprobar en el ámbito nacional el Estatuto del Bombero Forestal con coeficientes reductores que faciliten una jubilación anticipada. Porque esa es otra, la edad media supera ya de largo los 50 años. 

¿Y qué es lo que replica la Junta a todo esto? Pues su portavoz, Elías Bendodo, señalaba este miércoles que el Gobierno andaluz ha atendido buena parte de estas demandas, especialmente en lo que hace referencia a “convocatorias de empleo público y modernización” del servicio. En esta legislatura, incidió, se ha dotado al Infoca de un total de “437 plazas públicas para estabilizar la plantilla”, realizando “tres convocatorias de empleo público, una por año”, y aplicando “una tasa de reposición del 110%, que es lo máximo que nos permite el Estado”. La anterior administración gobernada por el PSOE-A, en cambio, “no cumplió la tasa de reposición durante siete años”, y “en cuatro de ellos no llegaron ni al 10% para cubrir las plazas vacantes por jubilaciones y bajas definitivas”.

Las cifras no se cuestionan, pero el colectivo insiste en su demanda de estabilidad y mejores condiciones laborales. “Tenemos mucho reconocimiento social y poco laboral”, resume Javier Sánchez Téllez, que pone el ejemplo de que el bombero fallecido era un eventual que llevaba seis campañas trabajando en el Infoca. “Ni somos héroes ni nos tienen que dar tantas palmaditas, prefiero que nos den las gracias y nos mejoren las condiciones”, apostilla Manuel Sola, y es que, hoy por hoy, “somos de usar y tirar.

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