‘Las gentiles’: Santi Amodeo se asoma al vértigo de la mente de las adolescentes
Ha hecho películas más autorales y otras más personales, pero a Santi Amodeo (Sevilla, 1969) le pedía el cuerpo hacer algo especial. Pasó varios años dando vueltas a la idea junto al coguionista Rafael Cobos, hasta que el proyecto cobró forma, pudo ser rodado y estrenado en el último Festival de Sevilla. Este mes de junio llega a las pantallas españolas Las gentiles, un retrato de las adolescentes de hoy que viven buena parte de sus vidas en las redes sociales, entre desasosiegos que a veces conducen a la tentación del suicidio.
“No es que haya tenido que hilar más fino de la cuenta, pero sí he tenido mucho cuidado de que mi visión del tema quedara clara”, comenta el director. “No podía, desde luego, proyectar una mirada paternalista, porque destrozas la historia. Por otro lado, quería eliminar cualquier moralina, pero tenía miedo de que pareciera que suicidarse es guay”.
El autor de El factor Pilgrim (2000), Astronautas (2003), Cabeza de perro (2006), ¿Quién mató a Bambi? (2013), y Yo, mi mujer y mi mujer muerta (2019) narra la historia de un grupo de chicas que pasan el tiempo subiendo fotos en Instagram, sobrellevando sus problemas de identidad y desentrañando su mundo afectivo cuando dos de ellas, Ana y La Corrales, entran en contacto a través de las redes con adolescentes como ellas atraídos por el suicido. “El 70 por ciento de la película la he sacado de la realidad”, advierte.
Sevilla, protagonista
Realizada en medio de una de las olas pandémicas, el rodaje de Las gentiles estuvo marcado “por un protocolo muy estricto, pero resultó más sencillo de lo que creíamos. Incluso pasaron cosas buenas, como el hecho de que la ciudad estuviera medio vacía. Por lo demás, las actrices se portaron muy bien y no tuvimos el menor problema”.
Si a menudo se habla de los escenarios de algunas películas como un personaje más, en este caso Sevilla vuelve a estar muy presente en la mirada de Amodeo. “Aunque he rodado en Londres y Madrid, en general mis películas suelen tener a Sevilla como telón de fondo. Más allá del tópico, creo que los personajes son también su entorno. Y lo que también destaco es el hecho de que hay muy pocas películas andaluzas sobre la clase media: o se cuentan historias de canis o historias, pero se habla poco de los lugares donde vive la mayoría de la gente”.
Caras desconocidas
Pero sin duda el protagonismo lo acaparan las jóvenes actrices África de la Cruz, Paula Díaz, Olga Navalón, Lola Buero y Alva Inger, escogidas en un casting abierto, no limitado a profesionales. “Estoy en un momento de mi carrera en que me apetece contar historias en las que no entren caras que todo el mundo conoce. Ya sé que si coges a alguna actriz de Élite, que están locas por hacer películas no comerciales, llevas más gente al cine. Pero no me importa hacer menos taquilla, a cambio de la fuerza de ver a alguien nuevo en pantalla”.
El modo en que Amodeo dio con la protagonista, África de la Cruz, parece desde luego el sueño de cualquier aspirante: el cineasta que se acerca a una camarera y le dice que podría ser la protagonista de su próxima película. La propia actriz lo recuerda: “Yo estaba trabajando en un bar de la Alameda cuando Santi, que andaba por allí con su familia, me dijo que encajaba con el perfil de un guion que llevaba siete años escribiendo. Yo vengo del teatro más físico, ante la cámara solo había trabajado en videoclips, pero justo acababa de apuntarme a un curso de interpretación, así que decidí probar”.
Probó y resultó contratada. De ahí a verse en la pantalla grande en el Lope de Vega, donde se estrenó el filme, hubo un paso. “Me ha costado sobre todo distanciarme del personaje, verlo como espectadora”, comenta. La dura realidad que se plasma en Las gentiles no es exactamente la suya: “Paula y yo hemos tenido una adolescencia más tranquila, somos scouts, pero alguna historia difícil sí teníamos alrededor, todo el mundo las tiene”, agrega.
Clásicos en el móvil
Sobre el modo en que vida real y vida virtual se confunden a veces a esas edades, De la Cruz cree que “las redes, como todo, necesitan un equilibrio. Pueden ser, por ejemplo, una herramienta del trabajo, y de hecho la hemos usado mucho para investigar el fenómeno y como escaparate para nuestro trabajo, pero también tienen su peligro. Lo más sano es no pasar demasiado tiempo ahí y ser consciente de que la realidad no es esa”.
A Amodeo le han servido, también, para adoptar en algunos momentos un lenguaje visual propio de los jóvenes de hoy, que “encaja con cierta mirada popera que tengo, forma parte de mi cultura. Es curioso porque al rodar en Super 16 mm uno busca una cierta textura, pero para los jóvenes es como un filtro de Instagram”.
En todo caso, el director admite que ha tenido que aprender mucho de su joven elenco, “porque yo no soy nativo. Ellas también actualizaron el lenguaje del guion y en otros aspectos del proyecto”. ¿Estarán los clásicos del séptimo arte del futuro rodados con un teléfono móvil? Amodeo lo duda: “Cosas habrá, pero de momento muy minoritarias”, responde. “Lo seguro es que esto va muy rápido, lo más nuevo de ahora estará obsoleto en cinco años, o no”.
De momento, lo que sí puede afirmarse es que el cine andaluz tienen una nueva estrella. “No puedo adelantar nada”, dice África de la Cruz, “pero están saliendo algunas pruebas y espero seguir en esto. Ahora trabajo de niñera y en un barecito a la vez, pero mis jefes son conscientes de esto: si me cogen para hacer cine, lo dejo todo”.
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