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No me pises que llevo chanclas: el agropop ha resucitado

No me pises que llevo chanclas, durante un concierto | N.C.

Néstor Cenizo

El agropop ha resucitado. No me pises que llevo chanclas acaba de presentar en el festival de Málaga el documental Por humor a la música y este viernes comienza en Sevilla una gira que los va a llevar por media España. Quizá nunca murió del todo y algo habrá de nostalgia, pero el agropop lo reivindica ahora hasta parte de la modernidad militante, como si nos hubiéramos dado cuenta que aquellas letras de borricos, de señoras que te someten a interrogatorios propios de la Stasi, de manteca colorá y de amotos escondían una sutil postmodernidad.

Ellos dicen que la comedia está denostada, pero el agropop ha acabado entendiéndose como un retrato costumbrista del agro andaluz. Es el drama bajo una capa de humor rústico. Pepe y Álvaro Begines disfrutan ahora de un reconocimiento tardío y empiezan a librarse de la etiqueta que los acompañó siempre: como hacían música con humor no podían ser buenos músicos. “¿Es que Jack Lemmon es un mal actor?”, se pregunta Pepe.

El concierto que documenta Por humor a la música explica bien ese reconocimiento: desfilan Kiko Veneno, Tomasito, Pablo Carbonell, Muchachito Bombo Infierno, el Canijo de Jerez y muchos más, reunidos a golpe de teléfono. La película recoge su historia a través de un concierto porque dicen que el directo es su templo. “Fue una prueba de fuego profesional ver hasta qué punto te respetan tus semejantes”, comenta Pepe.

Ellos dicen que chistes en su música nunca hicieron. Pablo Carbonell lo explica en la película: “Son situaciones muy dramáticas. Que te toque un cabezón en el cine o que te encuentres con una señora que no sabe quién eres…”. No me pises que llevo chanclas hacían canción de un borrico jogao o un canario muerto (que hasta las flores se han chuchurrido). “La manteca colorá no habrá sido tan importante como la bomba de Hiroshima, pero para nosotros tiene su importancia”, comenta El Canijo de Jerez.

“En la risa tú no buscas el centro, buscas los extremos”, explica Pepe. Las amotos, los tomates, las parcelas, drama en Los Palacios. Dice Álvaro que ellos cogieron lo que tenían alrededor para darle una vuelta al drama. “Hay cosas del campo en nuestras canciones, porque vivimos en un pueblo, pero lo que nos gusta es contar historias que no se habían contado en el rock español”, explican ellos durante el documental. Como la de un torero con gafas o la mujer portera a la que acompaña un sufrido marido. También hablaron de las calles de Shicago, donde alguien quiso montar una plaza de toros, pero no le dejó el alcalde, que es un malaje.

Al principio cantaron fino por un mal complejo de pueblo, y aún cantan a veces en inglés inventao, pero su identidad estaba en un andaluz natural. “El andaluz incluso gramaticalmente puede tener atajos como el inglés”, explica Pepe, el hermano cantante. Nunca hubo impostura ni reivindicación de nada: “No podemos hacer bandera de nada porque nadie se lo creería. Cantar así tiene que ver con lo asilvestrado que es el grupo”.

Los Chanclas surgieron cuando la movida ya se apagaba. Durante la película, Pablo Carbonell explica cómo los conoció: “Me dijeron: ”Hay un grupo que bebe de la teta que tú has sacado a la calle“. Bueno, no me dijeron eso pero es una buena metáfora”. Ellos veían el rock de asfalto (y de Asfalto), de ciudad, pero su mundo era otro. Era el flamenco, Silvio y Luzbel, Pata Negra y Veneno. También Golpes Bajos y The Clash, que hacían unas bases perfectas para meter sus letras.

Ahora todo les parece igual. “Pones el flamenquito, rumbita y todo se parece mucho. O Radio 3, y parecen Lori Meyers, pero son otros”, lamenta Álvaro. Operación Triunfo lo cambió todo y encumbró a los intérpretes. “Un grupo es alguien que compone, que hace desde abajo una canción, la crea”, opina Álvaro. Su hermano lo ve así: “Como decía aquel: ”Usted canta muy bien, pero a ver qué me canta“. Bien canta cualquiera, lo difícil es cantar malamente y gustar”.

Diez años pararon pero volvieron en 2010, se fueron “calentando” y en esas están. “El que ha sido labrador y veinte años después sigue siéndolo ha capeado plagas, años de sequía, pero ese hombre es un señor labrador. En esto pasa lo mismo”. Este viernes empiezan gira en Sevilla con nuevo show y se plantean otra en invierno, quizá en salas de cine o teatro en las que proyectar el documental.

El miércoles por la mañana muchos en los treinta y tantos lamentaban no haber sabido que el martes por la noche Los Chanclas dieron un concierto sorpresa en la Sala Velvet de Málaga. Será la nostalgia o será que ha llegado el momento de emocionarse con El Bolillón.

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