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Ana Oramas, en las Tres Mil Viviendas: “Soy consciente del daño que hice, pero me he enriquecido con gente maravillosa”

La diputada, con las mujeres de Radio Abierta y la comisionada para el Polígono Sur, Mar González

Javier Ramajo

Ana Oramas, la diputada de Coalición Canaria en el Congreso que encendió a la ministra María Jesús Montero por su comentario de las Tres Mil Viviendas de Sevilla el pasado 12 de febrero, cumplió este miércoles su promesa de visitar el Polígono Sur para conocer in situ el trabajo que se hace por la integración y la reinserción sociolaboral por parte de vecinos, organizaciones y entidades locales.

Guiada por la comisionada para el Polígono Sur, Mar González, la diputada pudo hacer un recorrido por el barrio para conocer el vecindario y a los servicios,

entidades y personas que trabajan para mejorarlo. Ambas partes eligieron hacerlo lejos de los focos de los medios de comunicación, pero explica a eldiario.es Andalucía sus sensaciones tras la visita.

¿Se arrepiente aún más del comentario que hizo sobre esta zona de Sevilla tras haberla podido visitar?

Soy consciente del daño que hice. Por eso ya pedí disculpas y por eso estuve ayer todo el día en Sevilla. Para poder decirlo a la cara, para que la gente me dijera cómo se sintió, pero también para convertir todo eso en una oportunidad. Hacer de un error una oportunidad, algo positivo, y poderlo difundir. ¡Qué gente, qué gente! Eso no es un trabajo, es una vocación. La exclusión en su máximo nivel, pero la gente nadando hacia arriba.

¿Por qué hizo ese comentario en la tribuna del Congreso?

Cuando un político tiene que explicar qué es lo que quiso decir, te has equivocado. Lo que quieres decir no lo querías decir. Yo no iba contra el Polígono Sur o las Tres Mil Viviendas, iba contra la ministra. Pero no tengo excusa. No quiero volver a las razones. Yo no quería descalificar, porque no tiene sentido con mi trayectoria personal, de trabajo, con problemáticas similares. Cuando uno dice una cosa que tiene que explicar qué quiso decir y se presta a interpretaciones, y encima haces daño, no tienes ninguna excusa y hay que pedir perdón.

¿Cuál era el objetivo de la visita?

Era, por un lado, pedir las disculpas personalmente. Segundo, enriquecerme con tanta gente maravillosa. Tercero, conocer una magnitud que nada tiene que ver con los polígonos de mi tierra en cuanto a su tamaño. Y, también, apoyar una política decidida de lucha contra la exclusión social, integral y permanente en el tiempo. La falta de coordinación entre distintas administraciones por el celo de 'este dinero lo administro yo porque es mío o porque es mi prioridad política' lo he vivido en ocasiones en mi etapa de alcaldesa y se tiene que superar ante la magnitud de la problemática, para poder gestionar de forma común en cuestión de prioridades objetivas independientes del color político y con una financiación estable. En la próxima legislatura, esto tiene que ser una prioridad dentro de los planes de empleo y vivienda porque, si no, estamos poniendo una tirita a una herida de cirugía importante.

¿Y cuáles han sido sus conclusiones?

Primero, la magnitud del problema. Como hablé con ellos, la crisis ha hecho que haya nuevas zonas en Sevilla con problemática de empleo o de vivienda. Se paralizaron muchos proyectos, planes de empleo que contaban con financiación de varias administraciones, etc. Este país necesita acometer un plan de vivienda global e importante, porque parcheando no se resuelve nada. Tampoco sirve de nada regenerar infraestructuras si no tienes un plan de intervención social porque se reproducen los modelos de convivencia.

¿Qué cree que serviría para rebajar los niveles de exclusión?

Un plan nacional potente de vivienda y empleo en colaboración con las entidades locales. No sirven de nada programas de seis meses o tener trabajadores sociales financiados por proyectos privados, de fundaciones, de ONG, etc. y estar pendiente cada cierto tiempo de la renovación, de los fijos discontinuos. Me contaban las asistentes sociales de las plazoletas que la gente se movilizaba recogiendo firmas o lo que fuera si veían que se abandonaba un proyecto. La confianza forma parte de esos proyectos. Cuesta entrar, y si te sacan cuando ya tienes un itinerario pues no está bien. Hacen falta equipos estables, coordinación y muchísimos fondos para acometer un plan integral de empleo y vivienda. Ese es el compromiso que adquirí con la gente, que fue muy cariñosa.

¿Cómo calificaría su experiencia en el Polígono Sur?

Ha sido una experiencia muy positiva. Estuve allí desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. Conocí siete proyectos, con los trabajadores sociales y con todos los voluntarios. Tenía el compromiso con la comisionada, por un lado, y con todas estas organizaciones, por otro, que me habían pedido que fuera después de lo que había hecho, porque estigmatizaba un barrio donde está trabajando muchísima gente para sacarlo adelante.

¿Qué proyectos destacaría?

Estuve en la Factoría Cultural y en el centro de mayores, donde puedes traer cultura a un lugar como el Polígono Sur pero también sacar cultura de allí. Es una idea fantástica. De lo mejor, fue la entrevista con la radio comunitaria porque Carmen, Luisa, Conchi, a quienes les di la exclusiva porque ayer no hablé con ningún medio de comunicación, me leyeron la cartilla y me dijeron cómo se habían sentido cuando se habían enterado, el malestar que tenían. Me permitieron en su emisora pedir disculpas, pero después también hablar, adquirir compromisos y conocer a esas mujeres, que además no pastelean y te dicen las verdades a la cara.

Para mí es muy especial la fundación Don Bosco, porque trabajé mucho con ellos durante mis once años de alcaldesa, con su proyecto de integración laboral en mi municipio. Un trabajador me dijo que había estado en La Laguna con uno de esos proyectos. Jesús y Antonio me enseñaron todos los itinerarios sociolaborales que tienen, su trabajo con los MENA, que también conocemos bien en Canarias. También Lola me contó la moda ética, que me impresionó porque no sólo forma a mujeres en empleo sino que de allí han salido varias emprendedoras.

Me emocionó mucho Luis Martín, de la asociación Entre Amigos, que lleva 30 años trabajando. ¡Qué personal tiene con él, qué vocación! Como dijimos ayer, es adictivo. Se puede pensar que agota trabajar en problemática social, porque muchas veces vuelves a la casilla de salida porque se acaban los fondos o lo que sea, pero ellos van a más, con una lucha día a día, hora a hora. También conocí a trabajadoras sociales que trabajan en las plazoletas y con otras varias asociaciones.

¿Por qué prefirió hacer la visita sin medios?

Desde el día siguiente a la rueda de prensa en la que pedí disculpas y la carta de la comisionada, coincidimos en que esto no podía convertirse en un espectáculo mediático, para poder hablar con la gente. Nos pareció bien hacer la entrevista con la radio comunitaria. En las manos del Comisionado quedó luego si querían hacer una nota de prensa o lo que sea. No me presento por Andalucía.

¿Con qué se queda de su paso por el Polígono Sur?

Sobre todo me quedo con la gente que lleva 30 años feliz con el trabajo que hace y su generosidad de perdonarme.

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