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El peso de los conflictos nuevos en las migraciones

APDH

Si hubiera que resumir, habría tan solo que señalar que continúa el drama de la inmigración clandestina, con un resultado de sufrimiento y muerte que difícilmente debería ser tolerable para una sociedad democrática. La política del Estado, el enroque inexplicable de las políticas migratorias de cierre a cal y canto, tienen la responsabilidad en todo esto. Pero la falta de información o la indiferencia de buena parte de la ciudadanía, y más en tiempos de crisis, alimentan y dan alas a estas políticas inhumanas.

Pero ciertamente la perspectiva a este respecto no es halagüeña. En 2011 y 2012, la guerra en Libia provocó el desplazamiento de centenares de miles de personas. La mayoría de ellas fueron atendidas en precarias condiciones en Túnez, ante la indiferencia y el general abandono por parte de la UE (valgan modestas excepciones). La situación y desatención internacional de los campamentos de refugiados en Túnez fue denunciada por la ONU y por numerosas ONG sobre el terreno.

En cambio, sólo una pequeña parte de los desplazados, no más de 30.000 personas, lograron llegar a Italia, originando una histérica reacción de los gobiernos italiano y francés que llegó a cuestionar incuso la vigencia de Schengen. Otras muchas ONG denunciaron la persecución de inmigrantes subsaharianos en la Libia post Gadafi, confundidos no pocas veces con soldados de fortuna del anterior régimen. La situación de las personas subsaharianas en Libia se volvió insostenible.

Pocas dudas caben de la influencia de esta enorme conflictividad en el desarrollo de los flujos migratorios que vivimos y viviremos en los próximos años en el norte de África y en todo el África subsahariana.

Muchos de los que habían luchado con Gadafi terminaron cargados de armas en el Sahel, alimentado las milicias islámicas más fundamentalistas. Todo un proceso previsible pero imprevisto por los gobiernos franceses y de la UE.

La APDHA ha manifestado su oposición, pese a ello, a la intervención francesa en Malí, entendiendo que finalmente agravaría la situación y fomentaría posiblemente el incremento del yihadismo en la zona. Pero desde el punto de vista migratorio, ¿cómo influirá un conflicto que enlaza Libia con Malí y que involucra directamente a Níger y Argelia, convirtiéndolo en suprarregional?

Por lo pronto, las rutas migratorias que atravesaban el desierto del Sahara y que tenían como enclaves malienses Gao y Kidal, dirigiéndose al nudo argelino de Tamanraset, se han visto en el centro del conflicto. Es más, aunque poco se ha hablado del asunto, la cuestión migratoria y el control de las fronteras saharianas forma parte del núcleo de los problemas y acciones de las diferentes partes involucradas, evidentemente también de la intervención francesa.

El conflicto ya ha provocado miles de desplazados en la región como ha denunciado el HCR de la ONU. Al igual que la guerra de Libia, este nuevo conflicto de alcance regional y consecuencias imprevisibles, va a tener también una influencia decisiva en el desarrollo de las migraciones hacia Europa.

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