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Refugios antiaéreos en Andalucía: memoria bajo tierra de la Guerra Civil

Refugio Antiaéreo de Santiago, en Jaén

Javier Ramajo

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Kilómetros de galerías estrechas y zigzagueantes en el subsuelo andaluz sirvieron de protección a miles de familias ante los bombardeos que tuvieron lugar en la Guerra Civil española. Los testimonios orales y la memoria de aquellos que los necesitaron para sobrevivir (o para curarse, ya que algunos incluían quirófanos para operar a los heridos) han servido en los últimos años para sacar de la oscuridad estos vestigios que ahora sirven como legado del periodo más trágico de nuestro país en el siglo XX. Un “bien oculto”, como resume la historiadora Mar Téllez, que forma parte de la Coordinadora Andaluza por la Recuperación de la Memoria Histórica en Andalucía. Construidos entre 1937 y 1938, se han convertido en reclamo cultural en Córdoba, Jaén o Almería. Los refugios antiaéreos, algunos de ellos declarados como Lugar de Memoria Histórica, se pueden visitar para “tomar conciencia y conocimiento de la historia”, añade Téllez.

Su importancia, según la historiadora, reside en la “puesta en valor” de estos refugios a través de su restauración. “Las construcciones reflejan in situ cómo se vivió la guerra y qué pasó en esas localidades, donde muchísima gente tuvo que refugiarse y colaborar también en su construcción”, señala Téllez, que explica a este periódico que “muchos de esos refugios se tuvieron que levantar de manera rápida y necesitaban mano de obra, por lo que eran operaciones en las que participaba todo el pueblo porque de ello dependían sus vidas”.

Ocurrió por ejemplo en la ciudad de Jaén, que sufrió un bombardeo aéreo el 1 de abril de 1937 por parte de la Legión Cóndor como respuesta al bombardeo de Córdoba por el ejército republicano, según la información aportada a este medio por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. El ataque se produjo por sorpresa puesto que la ciudad no era un enclave militar ni en ella se desarrollaba combate alguno. Las estimaciones actuales de víctimas, basadas en los datos procedentes de registros civiles, libros de cementerios y la Causa General, cifran el número de fallecidos entre la población civil en 159, y el de heridos en varios centenares.

Tras aquel bombardeo se impulsó la construcción en Jaén de hasta seis refugios para que la población pudiera acudir en el caso de que se repitieran los ataques aéreos. Entre esos refugios se encuentran el ubicado bajo la Plaza de Santiago y el del Antiguo Hospital de San Juan de Dios, declarados en 2012 Lugares de Memoria Histórica al amparo de lo dispuesto en el Decreto 264/2011, de 2 de agosto. En el de la Plaza de Santiago, por ejemplo, se recuerda el Jaén de los años treinta y las consecuencias de dicho bombardeo, constituido como “un espacio de reflexión sobre la paz”. Según la información que maneja la Junta, se calcula que puede haber una treintena más de refugios en Jaén. Uno de ellos, localizado en el municipio de Villacarrillo, cuenta con una visita guiada gratuita con el programa 'Tesoros Escondidos de la Loma'. Actualmente hay un proyecto para localizar mediante georradar otros refugios en la provincia jiennense.

La restauración de estos refugios antiaéreos, que en su momento “se ocultaron pero que sí estaban en la memoria de quienes los vivieron”, suponen un “legado” para las generaciones siguientes, considera Téllez, que también forma parte del Foro Ciudadano para la Recuperación de la Memoria Histórica de Andalucía. Significan “labor pedagógica” para los más jóvenes de los municipios y “suman al patrimonio” al ser “construcciones imponentes. En Córdoba, por ejemplo, el refugio antiaéreo de Villanueva de Córdoba se convirtió en uno de los mayores espacios para protegerse de los bombardeos, con capacidad para 9.000 personas. Ubicado bajo la Plaza de España, contaba con cinco accesos para que los vecinos pudieran entrar desde cualquier punto de la localidad. El pasado 30 de junio ha sido considerado también Lugar de Memoria. Su construcción, según las instrucciones de la Ingeniería y Defensa Pasiva de la República, se inició a comienzos de 1938 y a mediados de ese mismo año ya estaba en uso.

En la provincia de Córdoba también se puede visitar el refugio antiaéreo de la localidad de El Viso, con 78,5 metros de galerías subterráneas con una media de metro y medio de ancho y situadas a más de 6 metros de profundidad, en las que llegaron a protegerse de los bombardeos hasta 500 personas. Se encuentra en la Plaza de la Constitución de la localidad. La consolidación y rehabilitación del refugio conforma galerías que recorren en forma de zig-zag toda la Plaza de la Constitución. Durante la actuación, se colocó un encofrado de hormigón sobre las paredes y una malla electrosoldada, según informa la Consejería de Cultura. Además, se instalaron luminarias, altavoces y un sistema de ventilación. El túnel, que tenía cuatro entradas pero del que se han abierto dos, se dispone en forma de bóveda de cañón y está dotado de un sistema de extracción del aire interior, colocándose sumideros en los accesos para evitar que se hunda.

Se presume que existen más refugios en la zona del Valle de Los Pedroches, pero aún no están puestos en valor, detallan fuentes de la Consejería. Mar Téllez apunta que en la localidad de Pozoblanco se empezaron actuaciones en 2011 para recuperar otros refugios antiaéreos, uno de ellos conocido como el del Cerro, pero de momento no se han acometido inversiones para su restauración y conocimiento para la población en general.

Por último, en Almería, existe una red de más de 40 kilómetros con capacidad para 40.000 personas. Recuperados para el público en 2007, en ellos se pueden ver documentos y objetos de aquellos años, además de un quirófano utilizado durante los ataques y en el que se salvaron muchas vidas. La construcción de los refugios en los años 1937 y 1938 fue impulsada por las autoridades republicanas. Esta red quedó concluida en la primavera de 1938 con una extensión de 4,5 kilómetros de galerías, 67 accesos y una capacidad para albergar a más de 34.000 personas, que representaban más de la mitad de la población total de Almería durante la guerra, explican fuentes de la Consejería de Cultura. Su planificación responde a una idea global e integradora de protección en todas las áreas de la capital. Toda la población se involucró en el proyecto, constituyendo así un objetivo comunitario, tal y como incidía la historiadora Mar Téllez. Fue declarado a comienzos de 2014 como Lugar de Memoria Histórica de acuerdo con el procedimiento previsto en el ya mencionado Decreto 264/2011, de 2 de agosto.

En la localidad de Adra hay dos, situados uno bajo la Plaza Vieja y otro debajo de la Torre de Los Perdigones. Están formados por una galería excavada en la roca, tipo pizarra. Como medida defensiva, la galería es más estrecha y baja en los primeros metros y hace un doble recodo para evitar que, en caso de explosión en la entrada, la onda expansiva y la metralla alcanzaran a los refugiados de su interior.

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