Sevilla controlará con drones el estado de los árboles de gran tamaño

El uso de drones en el mundo de la arboricultura está cada vez más extendido.

Antonio Morente

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La ciudad de Sevilla cuenta con 235.000 árboles censados y unos 300.000 estimados entre los que son de responsabilidad municipal y los de propiedad privada, lo que obliga a un mantenimiento que es complicado –y en ocasiones polémico– ante la envergadura de la cifra. Por ello, y para facilitar la gestión de los ejemplares de mayor envergadura, el Ayuntamiento hispalense va a utilizar drones que ayuden a controlar mejor su estado y que incluso permitan administrar en altura el tratamiento fitosanitario a las palmeras atacadas por el picudo rojo.

El uso de estos vehículos agilizará considerablemente las cosas, ya que permiten obtener información sobre las zonas más altas del árbol sin tener que usar plataformas elevadoras o técnicas de trepa. El encargado de utilizar los drones será un servicio coordinado desde Protección Civil, lo que obliga al entendimiento previo entre las delegaciones municipales de Gobernación y Transición Ecológica.

Desde el gobierno local se explica que estos aparatos permitirán evaluar posibles situaciones de riesgo en altura de determinadas zonas de la copa a los que resulta muy difícil acceder con otros medios. En el objetivo están, por ejemplo, ejemplares de gran porte de los Jardines de Cristina y del parque de María Luisa, así como los ficus de los Jardines de Murillo. En este recinto, por cierto, se diseñará un plan especial de medición y monitorización del enorme eucalipto que pasa por ser el árbol más alto de la ciudad.

Cámaras térmicas contra el picudo rojo

Los vehículos aéreos evaluarán cómo están las hojas de las palmeras de gran altura, especialmente cuando han sido atacadas por el picudo rojo. La presencia de este pequeño y dañino gorgojo se podrá seguir también incluso dentro de la yema terminal de estos árboles gracias al empleo de cámaras térmicas.

Para estas tareas se utilizarán aparatos de pequeño tamaño, aunque también se va a desarrollar una experiencia piloto con un dron de dimensiones considerablemente mayores que se usará para realizar tratamientos fitosanitarios en altura. La idea es analizar sobre todo la efectividad de los baños que se realizan contra el picudo rojo en las palmeras, ya que de ser efectivo esta vía aérea abarataría considerablemente el coste de los tratamientos.

También levantamientos topográficos

Desde Parques y Jardines se incide en que el uso de estas técnicas, junto con la información que proporcionan, “nos da la oportunidad de gestionar el arbolado con mucha más certeza y permitirá detectar situaciones que de otro modo no sería posible”. La posibilidad de disponer de cámaras térmicas, medidores y sistemas de motorización “hace que esta práctica sea muy interesante para la gestión de determinados ejemplares”. Otro de los usos que se le puede dar a estos drones es el de levantamientos topográficos, lo que facilita la gestión y obras en determinadas zonas verdes. 

La utilización de estos elementos se ha visto frenada hasta la fecha por las limitaciones de vuelo dentro de entornos urbanos. La actualización de la legislación y el hecho de que el servicio esté coordinado por Protección Civil allanan ahora el camino para que los drones puedan volar para vigilar la situación del extenso arbolado de Sevilla.

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