Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

Siente un andaluz a la mesa (del Consejo de Ministros)

Fátima Báñez con Juan Ignacio Zoido

Ángela Cañal

Durante estos casi 40 años de democracia española, una treintena de los casi 200 políticos que se han sentado en un Consejo de Ministros del Gobierno de España habían nacido en Andalucía o tenían una fuerte vinculación con esta comunidad. Los últimos, los cuatro recién nombrados por Mariano Rajoy: Fátima Báñez (Empleo), Cristóbal Montoro (Hacienda), Juan Ignacio Zoido (Interior) y Alfonso Dastis (Exteriores).

Desde el PP andaluz, su líder Juan Manuel Moreno Bonilla ha interpretado rápidamente la destacada presencia andaluza en el Gobierno (4 ministros de 13) como una muestra la “enorme sensibilidad” del presidente con la comunidad. Para la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en cambio, la sensibilidad no la determina la partida de nacimiento: “De poco nos ha servido que Montoro sea andaluz porque prácticamente nos ha quitado 4.500 millones en la aplicación del modelo de financiación autonómica”, ha criticado al valorar los cambios.

Desde el Gobierno andaluz no sólo se cuestiona la sensibilidad andaluza del ministro de Hacienda, nacido en Jaén, al que acusan de escatimar en la financiación, imponer un déficit y límites de gasto abusivos o intentar frenar el ejercicio de las competencias autonómicas.

Tampoco creen en la Junta que la onubense Báñez, a la que desde el Gobierno se aplaude como artífice de la reducción del paro, se destaque por mirar por su tierra natal. Entre otras cosas, le reprochan que se niegue a aprobar un plan extraordinario de empleo para Andalucía, que desde la Junta se lleva reclamando desde hace años para paliar las dramáticas tasas de paro en la comunidad. Su confirmación como ministra es además indicativo de que Rajoy no tiene previsto hacer cambios en la discutida reforma laboral, que según los expertos ha contribuido a precarizar el mercado de trabajo y a disparar los índices de desigualdad en nuestro país.

¿Cuestión de cantidad o de peso político?

Unos dirán que 4 de 13 puede ser el mayor porcentaje de ministros andaluces jamás registrado en el periodo democrático español: Felipe González y Zapatero también sentaron juntos a cuatro andaluces en el Consejo de Ministros, pero en gabinetes más numerosos, así que el porcentaje era inferior.

Otros replicarán, también con todo motivo, que a quién se le puede puede ocurrir comparar a ministros breves, con escaso vínculo con Andalucía y limitado peso político (como el jerezano Dastis o el jiennense Valeriano Gómez, titular de Trabajo con Zapatero), con políticos de la trayectoria e influencia de vicepresidentes como Javier Arenas o Alfonso Guerra. Este último, figura todopoderosa durante años en un Gobierno que además presidía otro sevillano, Felipe González. Un tándem sin el queno se explicarían muchas cosas en España, entre otras seguramente que la primera línea de AVE del país fuera precisamente la Sevilla-Madrid.

Presencia constante en el Consejo de Ministros

Desde el granadino Manuel Jiménez de Parga (nombrado ministro de Trabajo en 1977, durante el Gobierno preconstituyente de Adolfo Suárez) hasta Juan Ignacio Zoido (por cierto, criado en Extremadura), todos los Ejecutivos de la democracia han tenido algún andaluz sentado en el Consejo de Ministros.

El único paréntesis fue entre febrero y abril de 2000, justo antes de las elecciones generales de aquel año, cuando la dimisión del cordobés Manuel Pimentel dejó huérfanos de andaluces durante unos meses al gabinete de José María Aznar.

El Ministerio de Trabajo, el más ocupado

De la treintena de nombres con 'pasaporte' andaluz, el sillón más ocupado fue el del Ministerio de trabajo (7 de sus 16 titulares a lo largo de la democracia ha tenido origen andaluz), seguido de la cartera de Asuntos Exteriores, con cuatro ministros nacidos o vinculados a la comunidad. Ha habido tres vicepresidentes andaluces: Guerra, Arenas y Chaves, y una portavoz, la malagueña Rosa Conde.

Las carteras de Interior, Sanidad, Administraciones Públicas, Agricultura y Medio Ambiente, Asuntos Sociales, Cultura y Transportes completan la nómina de andaluces en los Consejos de Ministros de la democracia, donde se echan en falta más cargos en el núcleo duro económico. De hecho, las áreas de Economía, Hacienda y Fomento han abundado históricamente los ministros madrileños, mientras la cartera de Industria ha tenido muy a menudo apellido catalán.

Como en todo, hay excepciones: Cristóbal Montoro (titular de Hacienda con Aznar y Rajoy) o el granadino José Antonio Leal Maldonado, ministro de Economía en tiempos de Suárez. A ellos habría que sumar, para ser justos, a Jaime García Añoveros, ministro de Hacienda también con Suárez, a quien nacer en Teruel no le impidió disputar sin éxito la presidencia de la Junta Preautonómica en 1978.

¿Cómo se asigna el 'pasaporte' andaluz?

Ahora bien, ¿qué significa ser andaluz en un Gobierno? Al principio de este análisis hemos hablado de una treintena de nombres pero, ¿con qué criterio seleccionarlos?

No tendría ningún sentido atender a la partida de nacimiento, que nos obligaría a descontar del listado a figuras tan destacadas de la historia y la política andaluza como los madrileños Soledad Becerril y José Antonio Griñán o el ceutí Manuel Chaves, por citar algunos.

Y, al contrario, sería un despropósito incorporar a la cuota andaluza a otros como el ex presidente de la Generalitat y ex ministro de Industria José Montilla, catalán a todos los efectos aunque nacido en Iznájar (Córdoba).

Al final, lo que se observa con estas cuotas regionales, como con el reparto provincializado de los presupuestos y otros fenómenos a veces paranormales de la política, es que el sistema de asignación territorial de ministros suele ser muy poco científico y bastante dado a triquiñuelas destinadas a inflar convenientemente las nóminas de cada región para quedar bien ante la opinión pública. Posiblemente, más de una vez se haya asignado al mismo ministro o ministra en cuotas territoriales distintas a la vez, como el caso de Bernat Soria, científico valenciano pero vinculado a Andalucía durante un tiempo por sus investigaciones con células madre.

Desde la Junta se llegó a presumir en su momento de los madrileños Alfredo Pérez Rubalcaba o Miguel Ángel Moratinos como parte de esta cuota andaluza, por el simple hecho de haber sido diputados por Cádiz y Córdoba, respectivamente, aunque nunca militaron en esta comunidad. Más o menos lo mismo puede decirse del recién elegido ministro de Exteriores (jerezano, pero un desconocido para el PP andaluz) o del propio Montoro, que salió de Jaén con sus padres en 1965 con camino a Madrid.

Etiquetas
stats