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Susana Díaz asume por primera vez la pérdida del Gobierno andaluz

Díaz: Al PSOE no lo va a poner nadie de rodillas, ha ganado las elecciones

Daniel Cela

Ocho días después de las elecciones andaluzas, la presidenta en funciones y candidata socialista, Susana Díaz, ha admitido por primera vez que el PSOE puede perder el Gobierno de Andalucía tras casi 37 años en el poder, a pesar de haber ganado los comicios.

Lo ha hecho en un ejercicio de contorsión dialéctica ante el comité director del partido, máximo órgano de decisión entre congresos, que se ha reunido este lunes en un hotel de la provincia de Sevilla para analizar el resultado electoral. “No podemos poner paños calientes, porque podemos vernos en un escenario en el que a pesar de haber ganado las elecciones, no tengamos la amplitud suficiente en esa victoria para poder mantenernos al frente del Gobierno de Andalucía. Trabajaremos para que eso no sea así, pero es una realidad que no se debe obviar”, ha dicho Díaz.

El PSOE se ha mantenido como la fuerza más votada de Andalucía, con algo más de un millón de papeletas, siete puntos por encima del PP y diez por encima de Ciudadanos. Sin embargo, ha perdido 400.000 votos, ha pasado de 47 a 33 escaños y, por primera vez, ve cómo los partidos de derechas suman más escaños que los de izquierdas en el Parlamento autonómico. Los socialistas se reivindican como primera fuerza y reclaman su “derecho” a liderar las negociaciones para formar Gobierno, pero la realidad es que esas negociaciones ya han empezado y el PSOE, de momento, está fuera de ellas.

La presidenta en funciones ha logrado el aval “unánime” del comité director del PSOE para iniciar este martes una ronda de contactos con los líderes de otras formaciones e intentar formar Gobierno, aunque las opciones son mínimas. Fuentes socialistas aseguran que la primera dirigente a la que llamará será Teresa Rodríguez, de la coalición Adelante Andalucía (Podemos-IU), para asegurarse si tendría los apoyos de sus 17 diputados en una investidura. Si Díaz puede garantizarse 50 parlamentarios, esgrimirá esa “mayoría de izquierdas” frente a los 47 que suman PP y Cs, dejando fuera de la ecuación a los 12 diputados de la formación ultraderechista Vox.

En su intervención abierta a los medios, la presidenta en funciones ha desgranado las razones de su “victoria triste”, ahondando un poco más en la autocrítica, pero manteniendo un discurso desafiante para quienes le exigen que dé un paso atrás y abra un proceso de “regeneración” en el PSOE andaluz. Esto le ha venido desde fuera y desde dentro de su partido. “Al PSOE andaluz no lo va a poner de rodillas nadie”, ha respondido ella, con una frase que muchos han interpretado en clave interna.

Contestación interna

Un día después de los comicios del 2 de diciembre, el secretario de Organización estatal, José Luis Ábalos, abrió la puerta a la dimisión de Díaz y apeló a la “renovación”. Los socialistas andaluces se revolvieron ante la idea de abrirse en canal y reavivar las rencillas internas con los sanchistas cuando aún no se habían analizado en profundidad las causas de la desmovilización del voto de izquierda y la irrupción del partido de ultraderecha Vox en el Parlamento autonómico.

No fueron los únicos. Otros barones regionales reprocharon a Ferraz que hiciera amago de “tomar el control” del PSOE andaluz a raíz de un resultado en las urnas que puede replicarse dentro de unos meses en otros parlamentos autonómicos y ayuntamientos tras las citas con las urnas del año que viene.

Ábalos dio un paso atrás y reafirmó su respaldo a Díaz, pero este lunes han aflorado viejas críticas internas a la sevillana, no por su resultado en las andaluzas, sino por la actitud “distante, por decir poco”, del PSOE andaluz respecto al federal. Tras el discurso de la secretaria general, ha habido una veintena de peticiones de palabra entre los más de 200 miembros del comité director. Las réplicas son a puerta de cerrada, sin presencia de los medios, pero según varias personas presentes una de las intervenciones más extensas ha sido la del Delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, miembro también de la ejecutiva federal de Pedro Sánchez y conocido crítico de Susana Díaz. “La historia del PSOE andaluz está vinculada siempre a ser la columna vertebral del PSOE. Desde el 37 congreso todo el mundo percibe al PSOE-A distante, por decir poco, del federal”, ha dicho, según varias fuentes consultadas.

Gómez de Celis se ha mostrado “optimista” respecto al resultado obtenido en las andaluzas, confía en que el PSOE pueda amarrar la Presidencia del Parlamento el próximo día 27, e incluso que Díaz logre formar Gobierno. “Para cuando sean las generales tenemos una base importante, si extrapolamos los resultados el PSOE quedaría prácticamente igual en diputados. Si hubiésemos ido juntos generales y autonómicas la participación hubiese sido mayor. Y cuando sean, así será”, ha señalado.

El dirigente socialista también ha querido dejar claro que “urge sintonizar [con la dirección federal] y que el socialismo andaluz vuelva ser el sostén principal del partido, porque los debates que vienen para las elecciones municipales también serán nacionales”, como ha ocurrido en la campaña andaluz. “A todos nos une la defensa de unidad de España y defensa y recuperación de los derechos de los trabajadores”, dijo.

Negociación complicada

El escenario de negociación para Susana Díaz es complicado. Los líderes andaluces de PP y Ciudadanos, Juanma Moreno y Juan Marín, muestran una predisposición clara a entenderse para formar un Gobierno de cambio que desaloje al PSOE del poder. Un acuerdo que, previsiblemente, necesitará el voto de los 12 diputados de Vox. “No se puede gobernar Andalucía con 47 años sin el acuerdo de Vox”, ha dicho Díaz, minimizando la suma de diputados de PP (26) y Cs (21). “El PSOE tenía los mismos escaños en esta legislatura pero también un acuerdo con una fuerza constitucinalista”, ha añadido en referencia a sus ex socios del partido naranja.

La secretaria general del PSOE andaluz esgrime el fantasma de la extrema derecha casi como último recurso para disuadir a Albert Rivera -líder nacional de Cs- de consumar un pacto de Gobierno con el PP apoyándose en los votos de Vox. “Cualquier votación en el Parlamento andaluz, incluido los Presupuestos autonómicos, necesitará el voto de Vox. Vox no será un colaborador pasivo, sino activo”, ha recordado la socialista, tras recalcar que se trata de un partido “racista, xenófobo, machista, homófobo y que justifica la violencia hacia las mujeres”. Díaz recuerda que las andaluzas han abierto un ciclo electoral que continúa en 2019 con las europeas, municipales y autonómicas, y avisa a Cs de que sus alianzas aquí servirán de “ejemplo” para “el resto de parlamentos autonómicos y ayuntamientos”. “Rivera tendrá que decidir si quiere ser Macron o Salvini, si quiere usar los votos de la extrema derecha para repartirse los sillones del Gobierno andaluz”, subraya.

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