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El Ayuntamiento de Caspe habilita a las asistentes sociales para cachear a mujeres detenidas

Jesús Senante Macipe, alcalde de Caspe.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

“Si la persona a ingresar en el Depósito se trata de una mujer, el cacheo se realizará por personal femenino del Cuerpo [de Policía Local de Caspe] y, si éste no pudiera ser localizado por cualquier circunstancia, se solicitará la colaboración del personal femenino de otros Cuerpos de Seguridad o de los Servicios Sociales del Ayuntamiento”. El Consistorio de la localidad zaragozana de Caspe ha incluido en su Reglamento del Depósito Municipal de Detenidos esta norma, que ha provocado estupor entre los miembros de las fuerzas de seguridad.

La redacción del artículo 22 de ese reglamento determina que, en caso de no poder realizarlo un agente femenino de la Policía Local o de otra fuerza de seguridad, los cacheos a las mujeres detenidas puedan ser efectuados por el personal de ese mismo sexo de los Servicios Sociales municipales. No se trata de prevenir una situación improbable, ya que la presencia de personal policial femenino es escasa en la zona: solo uno de los 14 miembros de la Policía Local y la misma relación en el puesto de la Guardia Civil.

El Depósito de Detenidos de Caspe, de titularidad municipal y cuya vigilancia está encomendada a la Policía Local caspolina, fue creado para custodiar a las personas arrestadas en el partido judicial que se encuentran a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de esa localidad.

Un depósito solo para detenidos puestos a disposición del juez

“En el Depósito Municipal de Detenidos, por lo general solo se admitirán aquellos que lleguen en calidad de detenidos a disposición judicial”, señala el reglamento, que añade que “en ningún caso se admitirá el ingreso de una persona por orden de funcionarios de cualquier Cuerpo o Fuerza de Seguridad, con excepción y mediante oficio, para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se encuentren dentro del partido judicial y no cuenten con instalaciones en sus dependencias para tenerlos”

El ingreso de un detenido en la celda debe ir precedido, según ese mismo Reglamento, de “un cacheo minucioso” en el que los agentes que lo entregan y los encargados de la custodia deben requisarle “todos los objetos de que sea portador: cartera, medallas, anillos, cinturones, cordoneras, corbatas, pendientes, piercings además de cualquier tipo de objeto cortante y/o peligroso, tabaco y cualesquiera tipo de utensilios que pudieran causar pintadas o daños en las celdas”.

Fuentes de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía mostraron su sorpresa por esa medida. Consideran que funcionarios y empleados públicos ajenos a las fuerzas de seguridad no están habilitados para efectuar cacheos a detenidos al no tener la consideración de “autoridad” en áreas como la seguridad ciudadana y el orden público.

Interior regula los cacheos efectuados por agentes policiales

En este sentido, la Instrucción 12/2007 de la Secretaria de Estado de Seguridad restringe la práctica de cacheos a los agentes de las fuerzas de seguridad y solo permite que sean efectuados por personas de sexo distinto al del detenido en situaciones de “mucha urgencia”. La reciente Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana se expresa en términos similares.

Las fuentes policiales consultadas indicaron que, de hecho, un arrestado puede, solo con manifestar su oposición, impedir que lo cachee un vigilante de seguridad.

Tanto desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) como desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) coincidieron en considerar “inusual” que no haya un agente femenino para efectuar esos registros a mujeres arrestadas y abogaron, en caso de producirse la situación, por trasladar a la detenida a otro centro policial y esperar a que haya una agente femenina disponible para realizarlo.

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