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Bilbao resta aulas a la escuela pública

Varios niños en su colegio en una imagen de archivo. EFE

Gorka Ascorbebeitia

Bilbao —

Conseguir una plaza en un colegio público bilbaíno que quede cerca de casa se asemeja cada vez más a buscar una aguja en un pajar. Los vecinos, profesores y asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPAs) de la villa llevan años demandando nuevas instalaciones educativas públicas, especialmente en el distrito 5 (Ibaiondo) y más concretamente en los barrios de Miribilla, Atxuri, Casco Viejo y San Adrián. Aunque a finales del año pasado se planteó una solución, la escasez presupuestaria del Gobierno Vasco y el anuncio de no arrancar obras nuevas este año ha puesto de nuevo en guardia a los vecinos.

La solución integral que planteó el anterior Departamento de Educación consistía en la reforma de los colegios de Iruarteta, Pagasarribide y el Instituto de San Adrían, todos ellos muy demandados por los padres y con escasez de plazas. El Ayuntamiento concedió ceder los terrenos correspondientes a finales del año pasado y la maquinaria de Lakua se puso en marcha. Después llegó el cambio de gobierno y la negociación presupuestaria, que ha vuelto llenar de incertidumbre el futuro de estos centros. La situación es especialmente delicada en Iruarteta donde las instalaciones se quedarán pequeñas en el plazo de dos cursos y cuyo consejo escolar no ha tenido noticias sobre el proyecto.

Iruarteta es un colegio de infantil y primaria de reciente creación en Bilbao. Originalmente se ideó como un pequeño centro de dos líneas(dos clases por cada curso escolar), pero la alta demanda de los padres ha hecho que actualmente tenga cuatro en sus niveles iniciales.

Este curso sólo tiene alumnos hasta 5º de primaria, pero el año que viene, cuando los primeros estudiantes lleguen a sexto y sigan entrando otros cuatro grupos en infantil, el espacio empezará a escasear. Para el curso 2015-2016 no habrá espacio material para todos los niños y de no arrancar el proyecto este año será difícil tenerlo listo para septiembre de 2015. De ahí que el equipo docente, los padres y los vecinos estén preocupados. Especialmente si se tiene en cuenta que de las 100 nuevas matriculas que ha recibido el centro este año, 10 se han quedado sin atender.

Carlos Gómez, presidente de la asociación de vecinos de Miribilla, cree que el barrio sigue teniendo “unas carencias importantes” en equipamiento educativo. “El año pasado nos hicieron esa oferta, pero por ahora todo se ha quedado en papel, no hemos tenido nuevas noticias”, explica. “Pagasarribide parece que va para adelante, pero no soluciona nada a Miribilla, está pensado para San Adrián y Rekalde”, detalla.

La solución que plantearon ya hace tres años los vecinos fue la de construir un colegio integral en Atxuri en un solar que actualmente está en desuso. “El problema es que está muy contaminado y ninguna institución se quiere hacer cargo de la limpieza”, comenta. Calculan que su construcción costaría alrededor de 12 millones de euros, una cifra difícil de asumir en plena crisis económica. “Pero se han gastado mucho más levantando el Bilbao Arena y el Frontón”, reflexiona. Su principal preocupación a día de hoy es que la situación económica fuerce a muchas de las familias que en su día optaron por la concertada, que siempre demanda mayor gasto a los padres, a pedir plaza en la pública.

La escasez de plazas escolares en Miribilla viene de largo. Hace ya más de dos años que Estibaliz Alonso decidió juntarse con otros padres que se habían quedado sin plaza para sus hijos en Iruarteta para pedir a Educación y al Ayuntamiento que levantaran un nuevo centro público en Miribilla. Crearon la plataforma ‘Sin colegios en Miribilla’. Dos años más tarde, todavía no han tenido una respuesta clara a sus peticiones.

Aunque su caso ha sido parcialmente solucionado y su hijo de cuatro años ya se encuentra escolarizado en otro centro educativo, la plataforma sigue siendo un punto de encuentro para padres que actualmente están en esa situación. “Durante años hemos tenido un problema muy grande en Miribilla para escolarizar a todos nuestros hijos y vamos a seguir teniéndolo porque los niños nos salen por las orejas”, detalla. Con gran cantidad de parejas jóvenes y siendo una de las zonas de ampliación de Bilbao, el barrio ha destacado durante años por tener una de las tasas de natalidad más altas de Europa. Aunque los índices se han reducido debido a la crisis, el problema ya está ahí.

“La gente que ha podido se ha dedicado a cambiar el empadronamiento de los niños para poder acceder a centros concertados de alta demanda”, asegura Alonso. La alternativa era coger un autobús todos los días para ir a un colegio con plazas libres pero que podía estar en la otra punta de la ciudad. “Educación te paga el desplazamiento, que es un detalle, pero nadie te quita estar dependiendo en todo momento del autobús”, valora. De llegarse a ejecutar, considera positiva la solución planteada por Lakua, pero sigue insistiendo en que la principal demanda de los padres es que se construya un nuevo colegio en Miribilla.

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