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El consejero de Pesca de Cantabria niega la toxicidad de los pellets: “La única intoxicación es política”

El consejero de Pesca de Cantabria, Pablo Palencia.

Javier Fernández Rubio

Santander —
11 de enero de 2024 15:35 h

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El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación de Cantabria, Pablo Palencia (PP), ha negado este jueves que el consumo de alimentos afectados por la reciente marea de pellets en la costa suponga un riesgo para las personas, alineándose así con declaraciones negacionistas en similares términos de dirigentes políticos de la Xunta de Galicia, y en contra de las advertencias de la comunidad científica.

Los pellets, o “bolas de plástico” como los ha llamado el responsable de Pesca cántabro, que es también veterinario, “no pasan a la cadena alimentaria porque las vísceras de los peces no se ingieren. Igual que unas pelotas de plástico que pueda comer algún animal, que es habitual”, ha declarado a los medios de comunicación.

No obstante, numerosos pronunciamientos científicos advierten de su consumo e instituciones como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, han constatado que en oleadas de pellets de años atrás se encontraron 80 tipos de contaminantes asociados, entre ellos pesticidas, retardantes de llamas y filtros UV.

Una de las características de los pellets, no obstante, es que atraen la contaminación marina, que puede ser ingerida junto a ellos, independientemente de los compuestos químicos de los que estén formados.

La Xunta de Galicia ha insistido durante días en que estos pellets “no son tóxicos”, incluso aseguraba que “eran aptos para el consumo alimentario”. En este contexto, la palma se la ha llevado el homólogo de Palencia, el conselleiro do Mar de la Xunta de Galicia, Alfonso Villares (PP), quien, desde Vigo, quitando importancia a la toxicidad de estos microplásticos, declaró: “Estamos perjudicando al sector y no estamos siendo reales”, decía. Para luego añadir que en el caso de comer “accidentalmente” algunos de estos plásticos, “son productos que entran por donde entran y salen por donde salen”.

Un día antes, la vicepresidenta segunda de la Xunta y conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, había sostenido que los millones de pellets de plástico que llegaban a las costas gallegas no eran una amenaza. “Estas bolas de pocos milímetros no son tóxicas ni peligrosas”, dijo en las mismas declaraciones a los medios en las que también manifestó que “es plástico y hay que quitarlo de los arenales”.

No obstante, la propia Xunta, mediante un informe externo encargado, concluía lo contrario, activando la alerta sobre los riesgos que corren los voluntarios que en los últimos días se han asomado a las playas gallegas para limpiar por su cuenta los restos de plásticos transparentes vertidos por el buque Toconao.

Según la ficha técnica del informe, además de los dos componentes principales, los pellets tienen otros dos ingredientes secundarios en pequeña proporción y uno de ellos, el pentaerythritol tetrakis, no es inocuo: “Se trata de una sustancia con toxicidad aguda cutánea y toxicidad acuática crónica, indicándose que puede ser nocivo en contacto con la piel y nocivo para los organismos acuáticos, con efectos nocivos duraderos”.

La Universidad de A Coruña también desaconseja el consumo., y el mismo mensaje llega desde Canarias, donde los pellets son viejos conocidos de sus playas. Diversos estudios realizados en el archipiélago canario ya planteaban desde hace casi diez años que estos millones de plásticos diminutos son un problema medioambiental grave.

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