Cantabria no frena los contagios pese a las restricciones y dispara la ocupación de las UCI

Ni el toque de queda, ni el cierre perimetral de la comunidad, ni el confinamiento municipal, ni las amplias restricciones sanitarias que se impusieron la semana pasada han logrado detener hasta ahora la curva de contagios de coronavirus en Cantabria, que sigue desbocada, lo que ha provocado que la presión hospitalaria haya crecido en tiempo récord y dispare la ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI), que en estos momentos tienen a un total de 34 pacientes, haciendo saltar el nivel de alerta sanitaria. Todo ello en una jornada en la que se han registrado 221 casos positivos y otros dos fallecidos, dos mujeres de 68 y 92 años, que elevan la cifra de muertes durante la pandemia hasta las 269 personas.

Según los datos que ha facilitado este martes la Consejería de Sanidad, el número de casos acumulados alcanza los 12.964 positivos, 11.959 de ellos detectados mediante prueba PCR y 1.005 a través del test de detección de anticuerpos. Hasta este momento, 9.757 personas han superado la enfermedad, lo que supone un 76% del total, y continúan activos 2.938 casos, con 179 hospitalizados -34 de ellos en UCI- y 2.759 en cuarentena domiciliaria.

En cuanto a la distribución de los pacientes ingresados, en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander hay hospitalizados 129 pacientes, en el Hospital Sierrallana de Torrelavega, 25; en el Hospital de Laredo, 21, y en el Hospital Tres Mares de Reinosa, 4. Se han realizado 254.682 test, lo que supone 43.813 por 100.000 habitantes.

Cuando está a punto de cumplirse la primera semana del confinamiento por municipios, y casi 15 días desde que se incrementaron las medidas restrictivas como el toque de queda o el cierre perimetral de la comunidad autónoma, el Gobierno de Cantabria ya valora nuevas decisiones que podrían tomarse a finales de esta semana, además de valorar algunas otras opciones, como la cancelación de las operaciones quirúrgicas no urgentes por la saturación de los hospitales cántabros por efecto de la pandemia.