Anuncian nuevas sueltas de lince, a pesar de las advertencias de los ecologistas
Los trabajos se centrarán en adecuar la zona elegida a las condiciones que harán posible la liberación de nuevos linces en Castilla-La Mancha, que den continuidad a la reintroducción realizada el pasado mes de julio de ocho ejemplares en la provincia de Ciudad Real, uno de los cuales fue hallado muerto el pasado día 16 sin que por parte de Iberlince se haya informado del resultado de la necropsia practicada.
A diferencia del método utilizado en la Sierra Morena Oriental, los ocho ejemplares que se pretende liberar en los Montes de Toledo no se soltarán directamente, sino que previamente se introducirán en unos cercados, con el fin de que los animales se adapten mejor a las condiciones naturales y se asienten.
Se trabaja ya en la construcción de estos cercados de una hectárea y media de extensión en zonas arbustivas de alta densidad de conejos donde los ejemplares, procedentes de la cría en cautividad, permanecerán bajo control durante un periodo de adaptación hasta su liberación definitiva.
Escepticismo ecologista
La organización Ecologistas en Acción ha calificado de reintroducciones “kamikaze” las que están realizando las comunidades de Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, porque no se enfrentan al tiempo los problemas que hacen peligrar la especie, como atropellos, trampeos y envenenamientos, lo cual puede conducir al fracaso y suponer un derroche inadmisible.
Los ecologistas lamentan que tras “consentir que se extinguiera en zonas de presencia estable reciente como eran los Montes de Toledo, el norte de Cáceres o el norte de Sierra Morena, ahora se invierten ingentes fondos a través del proyecto Life Iberlince sin haber cumplido las premisas que deben guiar toda reintroducción”, en referencia a los factores que han llevado a declarar el peligro de extinción de dicha especie.
Los documentos técnicos sobre la situación del lince y las memorias de los planes de recuperación señalan que la especie ha sido y es atacada por métodos de control de predadores y también por los atropellos. También le afecta el deterioro y fragmentación de los hábitats y la escasez de espacios adecuados para criar y alimentarse. Por último, el lince ha visto reducida la disponibilidad de su presa principal, el conejo, a lo que han contribuido las enfermedades y la mala e intensiva gestión cinegética.
En Castilla-La Mancha los sistemas de control de predadores, incluyendo los cebos envenenados, han extinguido una población que oficialmente se cifraba en 15 ejemplares en 2008, recuerdan desde Ecologistas en Acción y apuntan que esta comunidad ha sorteado las Directrices del Ministerio para autorizar en cotos de caza de zonas linceras métodos no selectivos de control de predadores como diversos tipos de lazo y se está tramitando una revisión del plan de recuperación de la especie en el que se abre la vía para autorizar nuevos vallados cinegéticos y cotos intensivos y se dejan fuera de las zonas críticas de la especie más de 100.000 hectáreas en el corazón de los Montes de Toledo y Sierra Morena.
Para los ecologistas “no es de recibo que se gasten ingentes cantidades de dinero en costosos y publicitarios proyectos de reintroducción” cuyo éxito no está garantizado mientras no exista la “firme voluntad de las administraciones para gestionar adecuadamente el territorio y la especie”.