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Borrell desmitifica las cifras de los avales “porque no son lo mismo que los votos”

Borrell no ve razón objetiva para considerar a Sánchez de extrema izquierda

Lourdes Cifuentes

Llegaba para presentar su libro “Los Idus de Octubre” en Albacete capital pero la actualidad política, en pleno proceso de Primarias de su partido, el PSOE, se ha impuesto. El que fuera ministro en el Gobierno de Felipe González, Josep Borrell, ha hablado de su apoyo a la candidatura de Pedro Sánchez para hacerse otra vez con la dirección federal del partido. Una carrera que apenas acaba de comenzar con la consecución de avales que permite que los tres candidatos sigan en la campaña de las primarias.

“Estamos usando el aval como si fuera una votación, eso es un error. El aval sólo es decir que alguien reúne condiciones para ser secretario general, luego ya veré si le voto o no” dice Borrell que además apunta que la diferencia entre uno y otro es que el voto es secreto y el aval no.

Que Rajoy gobierne “es un fracaso colectivo”

En su libro, que no pretende ser un alegato a favor de Sánchez, explica cómo el PSOE ha llegado hasta la situación actual con dos candidaturas que se enfrentan abiertamente. Hay, dice, problemas de fondo, que afectan en general a la socialdemocracia en toda Europa, a lo que hay que sumar problemas propios del PSOE que se han dado “desde que se celebrara la segunda vuelta de las elecciones, hasta que Rajoy llegó de nuevo a la presidencia. Esto ha sido un gran fracaso colectivo, peor no se puede hacer”.

Ahora, dice, el partido está donde estaría hace ocho meses si el Comité Federal hubiera aprobado la propuesta de Pedro Sánchez de hacer primarias y convocar un Congreso “con la diferencia que en el camino hemos abierto la puerta al Gobierno de Rajoy gratis, sin contrapartidas y provocando una división entre la diligencia y la militancia que se ve todos los días”.

Después de las primarias, ¿habrá un PSOE unido?

La fractura palpable entre los partidarios de Susana Díaz y Pedro Sánchez es cada vez más evidente, dejando a un PSOE dividido prácticamente en dos. De ahí a que la situación que resulte tras la votación para elegir al nuevo secretario general no sirva, de forma inmediata, para unir o coser al PSOE.

“La unidad tiene que ser en torno a un proyecto, no a una persona” insiste Borrell que añade que tiene que ser el Congreso Federal quien decida cuál es ese proyecto. Aún así desmitifica la fractura recordando que “siempre ha habido diferencias en el PSOE” pero que todas las candidatura representan al partido. 

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