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El “desconcierto” entre tiendas de souvenirs, peluquerías o autoescuelas tras quedarse fuera del plan de rescate a pymes y autónomos

Tienda de souvenirs en Toledo

Las Cortes de Castilla-La Mancha van a debatir este jueves, a instancias del Grupo Socialista, sobre el plan de rescate de 11.000 millones de euros aprobado por el Gobierno de España para autónomos y pymes.

Lo harán después de que se haya puesto sobre la mesa un Real Decreto de ayudas públicas para el sector de la hostelería, el turismo y el comercio, que incluye ayudas directas a las pymes y los autónomos de 7.000 millones y que gestionarán las comunidades autónomas.

El plan ha caído como un jarro de agua fría en varios sectores de la economía regional: los comercios de artesanía y souvenirs, las peluquerías, las academias o las autoescuelas han salido a la palestra para denunciar su “indignación absoluta”.

“No contempla ayudas para nuestro sector a pesar de que el 100% de nuestros clientes son turistas, aproximadamente el 80% extranjeros y el 20% nacionales”, lamenta el presidente de la Asociación de Comercio de Artesanía y Souvenir de Toledo, Pedro Espinosa, quien recalca que se trata de uno de los sectores “más afectados” del país tras la crisis generada por la pandemia.

“Cerca de un 20% de los establecimientos se ha visto abocado al cierre definitivo, y de seguir así vamos todos uno detrás de otro”, advierte Espinosa, que enumera algunas de las razones que han provocado esta situación como la falta de ingresos a pesar de que, al contrario que la hostelería en los últimos meses, no han tenido que cerrar sus establecimientos.

También, dice el presidente de esta asociación, se ven afectados por lo que les cuesta mantener dados de alta estos negocios, pagando “cuotas de autónomos”, alquileres o impuestos. “Después de un estudio interno que hemos hecho, cerca de un 80% del patrimonio de cada empresario lo tenemos invertido en productos turísticos que están paralizados y que no generan beneficio ni lo van a hacer en el corto o medio plazo”, señala.

“Estamos en una situación muy desesperada. No veo luz al final del túnel... Por la propia cadencia de los acontecimientos, vemos que vamos a ser los últimos en salir de la crisis”, lamenta Espinosa, quien calcula que la capital castellanomanchega hay unos 150 comercios de artesanía y souvenirs que dan empleo directo a unas 500 personas. 

La mayoría de ellos se ubican en el Casco Histórico, “el barrio más afectado” por la crisis ya que “la mayoría de las empresas, no solo de este sector, viven del turismo”. “Mientras que en otros barrios hay cierta actividad, en el Casco no la hay. A nosotros no nos ha obligado a cerrar pero nos han hecho un cierre encubierto ya que nadie puede entrar en la región”, manifiesta.

“Seguimos sin ayudas, no formamos parte de la cadena de valor del turismo para el Gobierno. Hay una indignación total que se convierte en desesperación porque vemos que después de un año de seguir pagando los mismos impuestos, se firma un real decreto para ayudar al sector del turismo y no nos incluyen”, lamenta el representante de la Asociación de Comercio de Artesanía y Souvenir de Toledo, que aspira a que se haga un CNAE “específico” para que este sector pueda recibir ayudas.

“La facturación ha caído primero en un 90% y luego en un 100%, en lo que llevamos de 2021”

Por su parte, Manuel Madruga de la Federación Empresarial Toledana (FEDETO), explica que la situación afecta por una parte a los comerciantes de productos turísticos y por otro, a los fabricantes de estos productos. “Los sectores no son considerados como parte de la cadena de labor del turismo, por lo que las ayudas que favorecen el turismo no los contemplan, porque se basan en el código nacional de actividades económicas, CNAE. Entonces, qué sucede, que a los comerciantes de productos como damasquinados se les considera como joyería y no lo son. No se les considera dentro del turismo y en las ayudas no se está tomando esto en cuenta”, recalca.

Por otro lado, indica que al hablar de turismo “parece que sólo se habla de hostelería”, por lo que estas empresas se quedan “al margen”. “Desde que se cerraron las fronteras, la facturación ha caído primero en un 90% y luego en un 100%, en lo que llevamos de 2021. No venden nada, porque no hay turistas”, lamenta.

Además, advierte de que hay unos 30.000 trabajadores, muchos de los cuales están en situación de ERTE y que tampoco han cobrado. “Por eso piden ayudas directas, no subvenciones, sino que las consideran indemnizaciones por la situación. Se les ha obligado a cerrar de forma directa al impedir que vengan turistas”, señala.

Al igual que en otros sectores, los gastos continúan, mientras los ingresos “son cero”. “Por eso piden que se les considere dentro de la cadena de valor del turismo, y estamos concienciando de eso a las administraciones”, recalca Madruga. Para ello, se han reunido con sendos senadores por la provincia de Toledo, Félix Ortega y Pilar Alía, para que expongan la situación en la Comisión de Turismo del Senado. A corto plazo pretenden que se les considere dentro de esta cadena de valor y a largo plazo, que se modifique el código CNAE para que incluya la venta de artículos turísticos. “Es un cajón desastre”, recalca.

En el caso del comercio, afirma que se ha logrado modificar el decreto de la Junta de Comunidades, pero “no sabemos qué pasa con los fabricantes, que no han sido incluidos”. “No tienen ninguna ayuda. Es la paradoja de que mucha gente cobra ayudas con caídas del 40%, pero los fabricantes, con una caída entre el 92% y el 100% no pueden acceder a ello”, recalca.

La advertencia desde FEDETO es que es “muy probable” que este comercio “desaparezca” en entre cuatro y seis semanas. “El riesgo que se corre es muy importante, por eso demandamos sensibilidad y empatía para ayudar a un sector con comercios que tienen una antigüedad media de entre 30 y 60 años. No hay relevos y se perdería una parte importante de los productos turísticos que engloba no sólo a la artesanía, sino también los souvenirs. Son sectores muy importantes en las economías locales que dependen de ellos”, afirma.

La pérdida entre los comerciantes ha sido “ingente”, afirma, llegando incluso hasta el 75% del patrimonio personal para poder sostener a la empresa. Además, Madruga lamenta que las ayudas que sí se han recibido “llevan aparejada la obligación de mantener el nivel de empleo y esto no depende de la empresa, sino de las restricciones sanitarias. Cuando toque abrir, será difícil reincorporar a las plantillas”, destaca.

“¿En qué quedaría el Casco si desaparecen las 150 tiendas que emplean a 500 empleos directos? Quedaría desolado, porque el Casco no tiene servicios y en el caso de comercio de carácter general lo que más hay es comercio dedicado al turismo. Si eso se acaba, la economía de la ciudad tendrá un perjuicio importante, porque todos los sectores están interrelacionados, unos viven indirectamente de los otros. Por eso hay que prestar atención a este tema”, concluye.

Peluquerías: “Tenemos sensación de desazón, de desconcierto, de agobio...de que nos han dejado de lado otra vez”

El sector de las peluquerías y la estética también se ha quedado fuera de los 11.000 millones de euros en ayudas que ha anunciado el Gobierno.

Ruth Navarro, peluquera y propietaria de The Room en Albacete narra cómo “desde que nos cerraron a todos en la pandemia, la peluquería, al igual que otros muchos sectores hemos tenido que acarrear con todos los gastos de la Seguridad Social de los ERTE, donde teníamos que pagarla íntegra durante esos dos meses y pico, aunque no estábamos facturando nada y teníamos que pagar los alquileres, el agua, la luz y todo tipo de gastos más los impuestos, que dijeron que nos lo condonaban hasta octubre y en pleno mayo nos lo cobraron”.

“Estamos viviendo una situación muy muy difícil puesto que no sabemos bien por dónde tirar”, continúa Ruth, “el Gobierno nos dice que somos de primera necesidad y nos deja abrir los primeros para trabajar en mayo, pero seguimos pagando un IVA de lujo, es el más alto que existe, el 21 por ciento”.

En este sentido, la propietaria de The Room asegura que se les dejó abrir en mayo, pero con unas condiciones y unos aforos limitados: “Teníamos que tener en la fase 1 una sola clienta por trabajador, con trabajos de tres o cuatro horas, con la facturación que supone eso. Lo que facturamos fue poco o nada desde mayo hasta septiembre. Nosotros no solo hemos perdido esos dos meses y medio de cierre, hemos seguido perdiendo hasta que se levantaron las fases y hemos podido tener un aforo más amplio, aunque todavía no es del cien por cien”.

“No sabemos por qué nos dejan ahora fuera de esas ayudas, no sabemos si es porque nos dejaron abrir en mayo o por qué. El sentimiento que tenemos ahora mismo todos los peluqueros es de desazón, de desconcierto, de agobio...de que nos han dejado de lado otra vez y no puede ser”, afirma Navarro.

“Más de 16.000 peluquerías han cerrado y se han perdido muchos puestos de trabajo. Mucha gente va a empezar a trabajar de manera ilegal en casas, están avivando la economía sumergida. Estamos desamparados. Somos un sector que, junto con los Fisioterapeutas, los profesionales de estética y los médicos especialistas, tocamos al cliente de manera directa. En mayo sin saber cómo funcionaba el virus nos sacaron a trabajar y sin embargo en la Administración a día de hoy no puedes ir a firmar un papel. Y como en todo nos dejan de lado, en las vacunas, tampoco estamos en ningún plan”, concluye Ruth.

“Es un golpazo al sector”, dicen las autoescuelas

En el sector de las autoescuelas “la noticia se ha movido como la pólvora”, explica Rafael Lozano, presidente de la Federación de Empresarios de Autoescuelas de Castilla-La Mancha.

 “Es una falta de delicadeza y un golpazo a un sector que de por sí está ya muy tocado de la crisis económica anterior y que empezaba a sacar la cabeza”.

Estas empresas acusan al Gobierno de España de “dejadez que no entiendo hacia un colectivo que paga sus impuestos. ¿Por qué esa discriminación también a peluquerías y otros sectores?”, se pregunta Lozano.

Este sector también ha tenido pérdidas. Tras el parón de los meses de confinamiento, las autoescuelas volvieron a la actividad con restricciones. “Nos pidieron poner mamparas, tener menos alumnos en las aulas y en los vehículos…El sector tiró para adelante, pero estuvimos mucho tiempo parados sin exámenes por parte de la DGT. Fue un caos, se tardó mucho en reaccionar”.

Lo han vivido peor las autoescuelas con aulas más pequeñas. “Reducir a tres o cuatro alumnos llevaba a pensar que mejor cerrar e irse al ERTE”, recuerda.

Lozano ha recordado el “duro castigo” añadido que padecen estas empresas. “Lo tenemos también por parte de la DGT por la falta de examinadores. Hay un tapón que hay en todas las provincias por un sistema caduco que está provocando el cierre de muchas empresas y autónomos. Ahora estábamos esperando las ayudas directas y nos quedamos fuera. No sabemos por qué”.

El presidente del sector en la región recuerda en esa “dejadez” de la que acusa a la Administración central que también “faltan profesores, unos 1.500 en España y unos 150 en Castilla-La Mancha que podrían empezar a trabajar mañana”.

Lozano aprovecha también para pedir “que se vacune al personal de las autoescuelas porque también somos docentes. Estamos muy expuestos, también los examinadores. Se pasa de un alumno a otro y de un coche a otro”. 

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