Espacio creado para apoyar y promover el espíritu emprendedor en Castilla-La Mancha.
Creando Oportunidades
El emprendimiento femenino está ganando terreno en el mundo rural en España. De hecho, según el Instituto de la Mujer, el 56% de los emprendedores en los pequeños municipios son mujeres. “Por nuestra experiencia, en los últimos años estamos viendo como mujeres interesadas en las nuevas tecnologías y la economía circular están creando oportunidades de empleo en el medio rural”, asegura Ana Alarcón, responsable de los programas de emprendimiento en Acción contra el Hambre.
Así el emprendimiento de las mujeres “puede generar más empleo en las zonas rurales y evitar el abandono de estas zonas, dar visibilidad a su trabajo, adquirir más poder de decisión en consejos rectores y redefinir el rol de los hombres en este ámbito”, manifiesta Alarcón. En definitiva, construir un nuevo tejido rural en el que retener a las personas y evitar la despoblación.
No obstante, las mujeres rurales que deciden emprender se enfrentan a dificultades dobles: por su entorno y por su sexo. “Las del medio rural tienen que ver con la falta de acceso a determinados medios de producción, infraestructuras o formación, porque no todas las actividades formativas se realizan on line y esto supone una limitación. En cuanto al sexo, sufren techos de cristal y conductas discriminatorias que continúan limitando la participación femenina en la economía y política rurales”, detalla Alarcón.
Acción contra el Hambre trabaja por la inclusión sociolaboral impulsando del trabajo por cuenta ajena o propia. En el caso de emprendimiento, la mayoría de las personas que participan en los programas de emprendimiento son mujeres y, muchas de ellas, dirigen sus negocios al ámbito rural. Con el programa Vives Emprende de Acción contra el Hambre, que asesora, acompaña y forma a personas interesadas en emprender, se han constituido 210 negocios en toda España, 121 por mujeres, en el 2018. Pero, ¿Cómo está la situación en Castilla-La Mancha?
“Entre hombres y mujeres no hay tanta diferencia. Se nota un pequeño repunte de gente que quiere poner en marcha proyectos el en el mundo rural y coincide que son mujeres, pero no he notado un despegue brutal. Es un proceso muy lento, los procesos de emprendimiento no cambian de golpe. Sin embargo, la actividad si cambia en función de la situación económica, es decir, cuando la situación económica a nivel global es más favorable los proyectos de emprendimiento son más vocacionales y cuando la situación es menos favorable, los proyectos se basan en la necesidad y la inversión es más pequeña”, explica María José Sánchez, técnico de emprendimiento en Castilla-La Mancha de Acción contra el Hambre.
En Castilla-La Mancha la organización humanitaria cuenta con dos oficinas ubicadas en la provincia de Toledo y realiza, al igual que en el resto de comunidades autónomas, tres tipos de acciones con las personas emprendedoras: tutorías individuales, talleres y eventos. “En las tutorías hacemos una entrevista inicial para saber cuál es su punto de partida, y dependiendo de su situación hacemos unas acciones u otras. Normalmente hacemos el plan de empresa y los damos opciones en el que caso de que necesiten financiación. Además si hay alguna ayuda o subvención abierta se les informa y si se puede, le ayudamos a solicitarla”, asegura Sánchez.
“En Toledo trabajamos de una forma genérica, no con un colectivo específico, por lo que cualquier persona que tenga un proyecto de emprendimiento puede participar en el programa. Eso sí, uno de los requisitos es que tiene que estar en situación de desempleo”, concluye.
Alicia Ruiz González es una de las emprendedoras que ha podido poner en marcha su idea de negocio gracias a Acción contra el Hambre. En concreto, junto a un compañero ha puesto en marcha un bar de comida mexicana y mediterránea en la localidad toledana de Bargas.
“Las cosas no eran como pensábamos al principio, lo veíamos todo muy fácil y no lo era. Pero cuando hablamos con Acción contra el Hambre salimos con nuevas ilusiones. Teníamos una idea, y nuestros familiares no nos entendían, nos miraban con miedo, y cuando explicamos todo a María Jose (de Acción contra el Hambre) le encantó la idea y la vio viable”, explica esta joven de 26 años.
“Finalmente abrimos el bar en julio. Teníamos una idea de lo que queríamos hacer pero se han tenido que cambiar la mayoría de las cosas. Lo más difícil ha sido tener que cambiar el rumbo de lo que queríamos al principio. Queríamos un sitio de comida mexicana y lo que mejor nos va es el tema de los pinchos, por lo que estamos haciendo, por ejemplo, guisos. Hemos tenido que adaptar la comida a los vecinos de la localidad”, concluye.
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