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Entender el pasado a través del Archivo de la Catedral de Toledo: “Aquí descubres la riqueza de un manuscrito lleno de polvo”

Documento sobre astronomía del Archivo Capitular de Toledo

Bárbara D. Alarcón

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Al igual que otros lugares de culto, la Catedral de Toledo fue uno de los centros neurálgicos del poder económico, político o cultural de la Iglesia Católica. Así lo reflejan los cientos de documentos generados por la institución religiosa desde su apertura, hace más de 500 años, y que hoy están abiertos a la consulta pública en su Archivo y Biblioteca.

Recorremos sus salas y depósitos de la mano de Alfredo Rodríguez González, quien ha sido archivero de la Primada durante los últimos 17 años y nos adentra en una colección histórica que refleja la evolución de la vida religiosa a lo largo de los siglos, pero también otras muchas realidades sociales: desde la meteorología, hasta la monarquía, pasando por la arquitectura o la sanidad. 

“Los archivos son lugares donde se conserva la documentación pero en realidad nuestro trabajo es la conservación y la difusión”, explica Rodríguez. “Conservar por conservar está bien pero es la mitad del trabajo, la otra mitad consiste en que la información de estos documentos esté a disposición de las investigaciones o de las personas interesadas”. 

Y es que este archivo toledano cuenta con actas capitulares, expedientes de limpieza de sangre, de obra y fábrica, de contaduría, de la secretaría capitular o de las distintas capillas. Muchos de estos textos se encuentran en pergaminos, otros en manuscritos o impresos. “A partir de su consulta se abren numerosas posibilidades de investigación” que dependen de los intereses de cada proyecto. “Un arquitecto vino a consultar los informes sobre la venta y alquiler de los inmuebles de la Iglesia toledana porque estaba haciendo una investigación sobre la evolución de la arquitectura en el Casco”. 

La historia de Toledo va ligada a la de la Catedral ya que la Iglesia era mucho más que un lugar de culto puesto que poseía inmuebles, hospitales, era mecenas cultural y daba trabajo a numerosas personas, tal y como puede verse en las contrataciones recogidas en los informes de ‘Obra y fábrica’. 

Rodríguez reconoce que todavía quedan numerosos fondos documentales por catalogar, una acción “importante porque damos la posibilidad de realizar investigaciones que hasta ahora no se podían hacer por desconocimiento, porque hasta que no hay un catálogo hecho no se puede consultar un fondo. Necesitábamos el trabajo hecho por Carlos y Miguel”. Y es que, Carlos Martínez Gil y Miguel Ángel Ríos, ambos musicólogos, han hecho posible la apertura del Archivo Musical Moderno, un nuevo espacio formado por unos 1.700 documentos musicales de entre los siglos XVI al XX. 

Según subraya el archivero, este es “uno de los fondos musicales más ricos de España pero absolutamente desconocido. Para los musicólogos es la oportunidad de estudiar obras de calidad que no se han podido consultar hasta este momento”. 

“Hay obras de maestros de capilla de la Catedral de Toledo y de otros músicos que pertenecieron a ella, de compositores que trabajaron para otras capillas o de compositores extranjeros”, concreta. 

Durante los últimos 25 años, Carlos Martínez Gil se ha volcado en la organización de los materiales que hoy conforman este Archivo Musical, el último abierto al público por la Catedral. “Yo me incorporé hace 8 años para hacer unas prácticas y a día de hoy todavía estoy involucrado”, explica Ríos, musicólogo de 30 años interesado en el trabajo de Martínez desde el primer momento. “Una vez metido en el archivo descubres la riqueza de un manuscrito lleno de polvo y, en este caso, de la música a lo largo de la historia en todos los centros religiosos y, en especial en la Primada de España”. 

Junto a Martínez, han “descubierto un repertorio que va desde las misas y la música para el oficio, pasando por la música de Semana Santa, lamentaciones o misereres”, unos documentos en los que se puede encontrar numerosa información sobre el poder de la Iglesia, la sociedad o la historia de la capital regional. 

“Nos llamó mucho la atención que las plantillas musicales del siglo XVIII eran muy grandes, mientras que en la mayoría de catedrales eran más pequeñas”, señala el musicólogo quien explica que a partir de este detalle se puede concretar que la Catedral invertía mucho en su música. 

La Primada trasladaba su poder a su capilla con “formaciones musicales muy grandes y músicos importantes, lo que refleja la importancia de la Catedral”. 

Además, gracias a los archivos musicales Martínez y Ríos han podido concluir que la Primada contaba con “cuatro coros repartidos por todo el espacio... de esta forma la música envolvía todo formando una sonoridad envolvente. Esto lo descubrimos gracias a las partituras de Semana Santa que además son uno de los repertorios más ricos de todas las catedrales y de la música del siglo XVIII”. 

La British Library y universidades de Estados Unidos, entre las localizaciones de “pliegos de villancicos que se cantaron en Toledo en los siglos XVI y XVIII”

La Catedral de Toledo era muy rica en villancicos y cada año se renovaban para adaptarse al contexto social. “Hablaban desde los acontecimientos que habían sucedido en Toledo y en España, o de pastores, cómicos, imitando el canto italiano o a los andaluces”. 

En el archivo hay numerosos pliegos de estos villancicos pero muchos de ellos, se cantaron en Toledo y hoy se encuentran en diferentes partes del mundo. “Hay en la Biblioteca Nacional, pero también en la British Library y en universidades de Estados Unidos”. Y es que, tal y como explica Ríos, “estas publicaciones de imprenta se fueron dispersando por compras de bibliotecas privadas, de hecho en la Catedral se conservan muy pocos, lo que es curioso…. aunque también es posible que dentro de unos años, con más investigaciones, se localicen más porque la documentación generada por la Catedral es muy abundante y no está todo inventariado”. 

Hay actas en las que se recogen crónicas de las movidas de la propia capilla

El archivero de la Biblioteca Capitular apunta que es complicado elegir lo que más impresiona del material de la Catedral ya que depende de los intereses de cada persona. “Yo como investigador tengo unos intereses concretos” y, por ello, Rodríguez se quedaría con “los fondos manuscritos de Italia ya que hay algunos muy interesantes sobre la historia de Roma y sobre la administración de la Iglesia durante los siglos XVII y XVIII”. 

Rodríguez “también destacaría los sínodos, una especie de concilios a un nivel más pequeño, del siglo XVI, que contienen una información interesante sobre cómo se vivía la religiosidad a finales de siglo, en la época del Greco”. 

“Hay actas en las que se recogen crónicas de las movidas de la propia capilla o de visitas reales, como la que hizo la infanta Carlota Joaquina, futura reina de Portugal e hija de Carlos IV y María Luisa de Parma”, añade el musicólogo. “Cuando se fue a Portugal a casarse pasó por Toledo y tenemos documentación de las crónicas que iban describiendo los actos y la música que sonó en el Catedral con motivo de su llegada. Fue música instrumental y una música como villancicos, recitados, alabando la figura de la monarquía”. 

Del archivo a los escenarios: “Hemos vuelto a hacer sonar esta música sacándola del olvido del archivo”

Ríos, junto a otras agrupaciones musicales, ha apostado por recuperar la música de los documentos del archivo en conciertos. “Hemos vuelto a hacer sonar esta música sacándola del olvido del archivo”.

“Además hemos hecho algunos conciertos con estos villancicos”, añade el musicólogo quien asegura que se trata de letras y melodías “muy enriquecedoras y muy ricas a nivel musical”. “Es reconfortante trabajar con los materiales, pero que se lleve a escena, que suene, es la gran satisfacción”, afirma el investigador. “Que unas plantillas que hemos ordenado y con las que hemos trabajado, vuelvan a sonar y que podamos oírlas es increíble”. 

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