Investigan los efectos de la artemisia para aliviar a los enfermos de cáncer
El bioquímico Iván Colmena Martínez, de 25 años, puso en marcha hace cinco en su pueblo natal, el municipio conquense de Cañizares, una plantación de Artemisia annua. Paralelamente al cultivo, también ha desarrollado una investigación a pequeña escala con conocidos suyos afectados de cáncer que estaban recibiendo quimioterapia. Aunque el joven quiere dejar claro que la muestra todavía no es representativa, sí asegura que se ha observado en los enfermos que han tomado esta planta una reducción de los efectos secundarios que provoca este tratamiento.
El fortalecimiento del sistema inmune, el aumento del hierro en sangre y la mejora del apetito son algunos de los beneficios que se han podido ver en los enfermos que se han sumado de forma voluntaria a este proyecto con la Artemisia annua.
“Los resultados no se pueden extrapolar todavía porque la muestra ha sido pequeña pero de la planta se han observado estos efectos”, señala el joven, cuya iniciativa le ha valido un reconocimiento en la undécima edición de los Premios al medio rural Ribera del Escabas 2019 por su trayectoria como investigador de los recursos naturales de la Serranía de Cuenca.
Colmena subraya que le ha hecho mucha ilusión recibir este reconocimiento que premia a gente de la comarca de Ribera del Escabas que realiza alguna actividad innovadora o que conserva las tradiciones “evitando que se muera la zona”.
El joven conquense detalla que, hasta el momento, las investigaciones que se han hecho sobre esta planta -que no es habitual en nuestro país y es originaria de Asia, cultivándose en lugares como India y China, y también en Rumanía- se centraban principalmente en tratamientos contra la enfermedad de la malaria.
La planta y las variaciones debido al terreno
La planta varía mucho sus características dependiendo del terreno donde se asiente, según explica el investigador. De esta manera, el joven decidió así cultivarla en esta tierra para ver cómo reaccionaba a las condiciones de esta zona.
“Y ha respondido de una forma extraordinaria”, asegura Colmena, que detalla que la Artemisia annua se ha desarrollado en su cultivo en Cañizares, de una hectárea, con una “alta producción de principios activos”.
Colmena, que estudia un máster de mejora genética vegetal en la Universidad Politécnica de Valencia, está interesado en investigar sobre el cáncer y, cuando finalice estos estudios, tiene pensado continuar su formación haciendo el doctorado sobre oncología para poder seguir estudiando las posibilidades de esta planta en el tratamiento de esta enfermedad.
El joven cañizariego recibió hace dos años una beca de la Diputación Provincial de Cuenca para el desarrollo de este proyecto, en el que cuenta con la colaboración de su padre, que le apoya en la plantación con las labores agrícolas.
Colmena explica que en estos momentos anda a la búsqueda de alguna ayuda que le permita seguir financiando esta iniciativa, en la que ha depositado mucha ilusión.
De cara al futuro y si la investigación avanza de forma positiva, se podría plantear desarrollar algún suplemento o incluso un medicamento con los principios activos de esta planta. Por el momento, dice que anda centrado en informarse sobre los trámites burocráticos necesarios que le permitirían avanzar en esa dirección.
Cultivo alternativo en la comarca
Además de la investigación sobre los efectos que podría tener esta planta para personas afectadas de cáncer, otro de los objetivos del bioquímico con este proyecto es analizar también las posibilidades de que se pueda plantear la Artemisia annua como un cultivo alternativo en esta comarca que, por sus características orográficas, tiene dificultades en la agricultura. Como ejemplo, detalla que es complicado hacer laboreo con tractores.
Pero, ¿qué características tiene la Artemisia annua? Colmena detalla que se trata de una planta anual que se siembra en primavera (sobre el mes de mayo) y se cosecha a mediados de septiembre. El cultivo agradece el sol pero siempre que no sea muy fuerte y “el agua le viene bien”. Sus flores son de color amarillo.
El caso es que la planta ha respondido bien en el municipio de Cañizares. Y si lo habitual es que este vegetal alcance una altura que oscila entre uno o dos metros, el cultivo de este joven ha llegado a superar los tres metros. Parece que la comarca de Ribera del Escabas le ha gustado para echar raíces.