Una cementera 'vende' sus instalaciones como solución para resolver problemas ecológicos
La fábrica de cementos Lafarge, instalada en la localidad toledana de Villaluenga de la Sagra, ha asegurado que el uso que hará de los residuos de la laguna tóxica de Arganda del Rey (Madrid) como combustible en sus instalaciones “tiene las mismas garantías que cualquier combustible alternativo y está sometido a todo tipo de controles ambientales”.
La directora de la fábrica, Maruxa Suárez, ha afirmado, a preguntas de los medios durante la presentación del balance de la fábrica durante el año 2015, que esta balsa es “un problema ecológico bastante importante” y que esta cementera es “la mejor solución para tratar estos residuos y por la que apuesta la directiva europea”.
De esta forma, la directora contesta a la Plataforma Toledo Aire Limpio que, en una reunión mantenida con IU durante la pasada campaña electoral para las elecciones generales, afirmaba que la llegada de los residuos de Arganda a Lafarge suponía traer a la planta toledana “lo peor que puede haber en cuestión de contaminantes”.
Suárez ha explicado que en la fábrica no se producirá un “consumo directo” de los residuos de la balsa tóxica, ya que estos “pasarán a un centro de transferencia en el que serán pretratados y procesados para adquirir las características necesarias para ser usados como combustible industrial”.
La directora ha apuntado que todos los combustibles que se usan en la planta de Villaluenga de la Sagra “están sometidos a los mismos controles vengan de donde vengan”, reiterando que el control de las emisiones “está garantizado”.
“No existe un cambio significativo en las emisiones por el uso de un combustible que esta pretratado para convertirlo en industrial”, ha finalizado.