Las mujeres del mundo rural “perciben” más discriminación machista
Las mujeres que viven en los municipios de menos de 500 habitantes de Castilla-La Mancha sufren discriminación en el ámbito laboral, reciben un trato despectivo por cuestiones de género y son acosadas y maltratadas físicamente. Sufren todas estas discriminaciones y agresiones machistas en mayor medida que las mujeres que viven en localidades con más habitantes. Además, es en esos pueblos más pequeños donde hay más mujeres que aseguran que han sufrido abuso sexual.
Son datos que se extraen del 'Informe de resultados del proyecto de investigación sobre la percepción subjetiva de los/las castellano-manchegos/as en materia de igualdad, con especial atención al ámbito rural', realizado por la Asociación Testa cofinanciado por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha.
El informe muestra los resultados obtenidos a raíz de una investigación realizada entre julio de 2017 y junio de 2018 a un millar de ciudadanos de la región, el 60% mujeres, y la mayoría de entre 30 y 44 años. Todos viven en municipios menores de 20 mil habitantes. Solo una de cada tres mujeres preguntadas dice no haberse sentido discriminada por cuestiones de género.
Tal y como se aprecia en los gráfico, que muestran en imágenes los datos obtenidos del estudio, se evidencia que la discriminación que sufren las mujeres por cuestión de género, se intensifica cuanto más pequeño es el municipio donde residen.
Esta encuesta también desvela que el desempleo recae más sobre las mujeres que sobre los hombres: el 5,54% frente al 17,03%, esto pese a que son ellas las que mayoritariamente tienen estudio superiores. Junto al desempleo, las mujeres que viven en el entorno rural de Castilla-La Mancha también sufren más precariedad laboral. Son los trabajos de pocas horas, de entre 2 y 5, los que están más feminizados frente al dato contrario: los trabajos de más de 8 horas al día suelen ser para ellos.
Sin embargo sí hay un trabajo al que las mujeres encuestadas dedican más horas: el cuidado de personas y del hogar. Y es que, según esta misma encuesta, en el caso del cuidado de la casa, las cifras muestran que son más las mujeres que los hombres las que invierten entre 2 y 5 horas al trabajo del hogar, y las personas que invierten más de 5 horas al cuidado de la casa son, casi en exclusividad, mujeres. Cuando se habla del cuidado de personas, hay un 20% más de hombres, 1 de cada 4, que dice no dedicar nada de tiempo al día al cuidado de otras personas, como los hijos. En este caso también, como sucedía con el trabajo en el hogar, son ellas, prácticamente en exclusiva, las que invierten más de 5 horas al cuidado de otras personas.
O lo que es lo mismo, las tareas del hogar están lejos de ser compartidas al 50% entre las partes y son las mujeres las que siguen haciéndolas en su mayoría. “Esta sobrecarga hace que las mujeres tengan peores condiciones laborales y que sufran más el desempleo pese a tener mejor formación que los hombres”.
La igualdad de género, una asignatura pendiente en el mundo rural
El estudio ha ratificado que existe una parte importante de la sociedad, “principalmente masculina”, que desconoce y/o se opone al fomento de la igualdad de género en algún sentido: “o bien porque considera que ya existe igualdad entre mujeres y hombre y desconoce los tipos de violencia que sufren las mujeres”. O porque, como desvelan las autoras Irene López y Sara Rodrigo en las conclusiones, esos hombres se oponen a perder “ciertos privilegios”.
Sea como fuere, los resultados de la muestra revelan la necesidad de atender a las poblaciones rurales en materia de igualdad de género donde, a raíz de las respuestas obtenidas en la encuesta, se observa una “brecha importante” entre las discriminaciones que sufren las mujeres en los pequeños municipios frente a las que residen en grandes ciudades.
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